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Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

jueves, 13 de septiembre de 2018

EL AGUA HUÉRFANA Y LAS DOS HORAS DE TRABAJO VOLUNTARIO





Los acontecimientos recientes me tienen como agua para chocolate...


EL AGUA HUÉRFANA Y LAS DOS HORAS DE TRABAJO VOLUNTARIO

De un tiempo a esta parte da miedo leer estas noticias que a gente como yo, nos produce vergüenza ajena.  Los más recientes ejemplos del ya instituido faux pas o dicho en boricua, administración de las metidas de pata, son el asunto de los miles de botellas de agua abandonadas en la base de Ceiba y el novedoso sistema de gerencia de personal bajo la administración de Abel Nazario en Yauco.  Vamos por partes.

De lo que se ha reportado en la prensa, sale a relucir que en mayo de este año FEMA anunció que tenía disponible 20 mil y pico de paletas de agua excedentes que ponía a la disposición de quien las solicitara.  Eso es un montón de agua – con un valor de sobre 22 millones de dólares, que es un montón de dólares.  La Administración de Servicios Generales (ASG) solicitó el agua, la cual estuvo disponible desde mayo en la base de Ceiba.  Tras un reportaje del periodista David Begnaud, de CBS, se encontró que las susodichas paletas estaban allí, a la merced de nuestro inclemente sol tropical, en pleno verano, sin que se distribuyeran.

De inmediato salieron los coros de voces –que si las paletas eran de FEMA, que si no, que eran de la ASG.  Héctor Pesquera, con esa capacidad infinita que tiene para explicar todo con sensibilidad y ecuanimidad, aclaró que las susodichas no llevaban allí un año, sino sólo desde mayo.  ¡Ah, bueno, si es así, no hay problema!  Yo, que compro mis botellas de agua y las guardo en la sombrita de mi apartamento, me fijo en la fecha de expiración.  Algunas marcas, incluso, advierten que se mantengan lejos de los rayos solares, en un lugar fresco.  Probablemente esta agua estaba condenada a morir al día siguiente de  haber llegado y estar expuesta al inclemente sol.  A mí me produce una sensación tan espantosa ver las fotos que cambio rápido la vista, como hago con esas películas en que le propinan una paliza a alguien.

En otra entrevista dijo que el agua podía tener un olorcito malo  -así, con diminutivo, para que suene menos importante y que durante la emergencia llegó a tomar agua con sabor algo raro, pero que se la bebió porque era lo que había y que si él se la toma, no hace daño.  Nada, que lo podrían usar para anunciar botellas de agua con sabor y olor raro –si Pesquera la bebe, usted también puede o tal vez: ¡Desarrolle fortaleza, beba el agua que toma Pesquera!

Más adelante indica que FEMA debe ser responsable de recoger el agua, porque tal vez estaba próxima a expirar cuando se ofreció.  Es decir: FEMA anuncia que tiene agua excedente; el gobierno de PR la solicita.  Nada se dice si la inspeccionaron cuando llegó, ni si se distribuyó de inmediato.  Es de notar que se alega recibieron quejas del olor, pero aún había un abasto enorme.  ¿Por qué no se hizo el reclamo de inmediato?  Ya se identificó un empleado de ASG que fue el que solicitó el agua.  Me temo que es a este a quien le van a echar toda la culpa.  Y Pesquera, intocable, porque el gobernador lo respalda totalmente.

En el caso del ex alcalde de Yauco, Abel Nazario, luego de su arresto por violación a las leyes federales del trabajo él mismo explica que nunca se enriqueció.  Que para ”ayudar” a aquéllas personas que iban a solicitar asistencia para el pago de luz y otras necesidades, les ofrecía trabajo – 4 horas pagadas y 2 horas de servicio “voluntario”.  Creo que él, con todo y su maestría,  no tiene claro el concepto de voluntario, que significa que se hace por voluntad espontánea y no por obligación.  En un programa televisivo llegó a decir que todo esto formaba parte del contrato del empleado, lo que ocasionó que por poco mi quijada llegara al piso.

Lo triste de todo esto es que el ahora senador no ve nada incorrecto en su actuación.  Y así hay cientos de supervisores, que creen que pueden ajustar las normas de trabajo apartándose de toda la reglamentación local y federal existente.  Recuerdo claramente el caso de un supervisor que entrevisté mientras investigaba una querella por hostigamiento sexual, quien me dijo con toda candidez que él no sabía por qué la empleada se querellaba, cuando él la ayudaba con los horarios de trabajo.  Según él, ella estudiaba, por lo que le permitía salir dos horas antes, aunque reflejaba en la asistencia que cumplía con su jornada laboral. Yo me quedé tan perpleja como ahora y le dije: ¿usted está consciente de que está cometiendo fraude al figurar como horas trabajadas unas horas en que la empleada no estaba presente?

Lo horrible de casos como los del agua huérfana,-porque ahora ni FEMA ni ASG reclaman paternidad y el caso de Abel Nazario, es que hay una actitud generalizada de echar culpas a otros y de ni tan siquiera ver dónde está el problema.  Cuando se asume un cargo público –el que sea, se es custodio de un bien que no nos pertenece.  No podemos adaptar las normas a lo que nosotros creemos que es lo correcto.  La persona que supervisa tiene una obligación de custodiar los equipos que se le asignan y asegurarse que los empleados cumplen con los horarios y tareas asignadas.  Hay supervisores que por congraciarse con los empleados les permiten ausentarse horas e incluso hasta días y no se dan cuenta que esto equivale a validar el robo.  Ese tiempo no es del empleado ni de su supervisor; es tiempo que pertenece al pueblo de Puerto Rico.

Poco a poco el servicio público se va deteriorando cada día más, a costa de personas que como Abel Nazario no ven dónde es que está el problema.  Y eso es lo grave de todo esto –no pueden corregir la conducta porque ni siquiera la identifican como errónea.  Soy testigo de cómo los empleados escalan posiciones de supervisión sin tener adiestramiento alguno sobre lo que implica supervisar.  Olvídese de los cursos de ética, que se ofrecen después que la gente está en los puestos y sólo se usan para cumplir con un requisito.  Es necesario instituir cursos de administración básica previo a ocupar un puesto de supervisión.

Hace falta que el inclemente sol que arruinó el agua que sólo Pesquera bebe, ilumine el camino de todos los que ocupan puestos en el gobierno, queme sus malas costumbres y mantenga sus acciones limpias como ropa blanca que se seca al sol.

13 de septiembre de 2018


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