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Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

martes, 28 de febrero de 2017

La consistencia vs. la frustración



CONSISTENTE

Siempre he dicho que soy consistente.  Fiel a esa característica, desde ayer se ha puesto en evidencia mi condición de ser technologically challenged. Para el ensayo que escribí ayer, pero coloqué hoy sobre el tema de los contratos, inserté textos de páginas de internet de dos agencias.  Todo se veía muy bien hasta que intenté publicar en el blog.  Dos áreas salían en blanco.  Las corté, las re –arreglé – hasta transcribí la porción, corté el texto anterior y copié lo transcrito.  Nada, es como si el espíritu de los que se idearon los contratos se posesionaran del escrito.

Pues para seguir siendo consistente, decidí darle la vuelta al asunto –en eso también soy consistente.  Busco maneras de que lo que produzco sea de calidad, pero si no puedo alcanzar lo óptimo, procuro lograr el objetivo, que es, al fin y al cabo, lograr que el escrito sea leído. No es perfecto, pero es lo que pude lograr con mis limitaciones. Si alguien sabe cómo resolver el problema, me avisa.


28 de febrero de 2017

Los contratos


Nota:
Este texto, que incorpora unas citas, aparece con áreas en blanco.  Mi paciencia ha llegado al límite, así que lo publiqué de todas maneras.  Al sombrearlo puede leerse el contenido –al menos yo pude hacerlo.  Tómenlo como una aventura.

LOS CONTRATOS

En los últimos días han salido a la luz varios contratos  otorgados por el Senado de Puerto Rico para ofrecer servicios de “asesoramiento administrativo”.   De ordinario, esto  levantaría pocas cejas, pero es la identidad de los contratados lo que llevó cientos de pares de cejas a hacer movimientos que pueden llevar a varios a acudir a un cirujano plástico.  Se le crean líneas de expresión a cualquiera.

Muchos nos escandalizamos al saber que el ex alcalde de Toa Baja, Aníbal Vega Borges obtuvo uno de estos contratos.  Como he dicho antes, resulta en un contrasentido que una persona que ha dejado al municipio que dirigió por varios años en un descalabro total, vaya ahora a ofrecer asesoramiento administrativo.  Una se pregunta si va a asesorar sobre cómo no hacer las cosas, algo así como el ex convicto que va a las escuelas a relatar sus experiencias para que los estudiantes no sigan su ejemplo.
Y poco a poco fueron saliendo más contratos, tanto del Senado, como de otras agencias, algo así como un cucarachero recién descubierto.  Salió a relucir el contrato de la Secretaria de Educación, Julia Keleher.  Aquí debo consignar que no estoy opuesta a los contratos de personas o corporaciones para ofrecer servicios altamente especializados, que se salgan de la capacidad técnica de los empleados gubernamentales que cobran un salario por sus funciones.  No se trata de oponerse a toda contratación.  Como persona que se ocupó de la evaluación de contratos en la agencia de la que me jubilé hace un año, debía evaluar contratos en términos de su corrección.

A menudo recibía llamadas de personas en altas posiciones para saber el estatus del contrato de Fulanito o Menganito.  En ocasiones, el contrato ni siquiera había llegado a la oficina.  Ocurría con frecuencia, además, que lo único que recibía era el nombre de la persona, su seguro social, la naturaleza de los servicios y la cantidad que se le iba a pagar.  Recuerdo muy bien un caso del contrato de un americano que iba a prestar servicios en el área de tecnología, por el que empecé a recibir seguimientos continuos.  El contrato ni siquiera describía la naturaleza de los servicios, ni quien estaría a cargo de revisar las tareas.  Era un contrato de varios cientos de miles, que se renovó varias veces, por otros varios cientos de miles.

La persona que me llamaba con insistencia decía que yo no necesitaba más información, que con el número de horas trabajadas y la cuantía era suficiente.  Pues le tuve que decir que con el número de horas no era suficiente, que era necesario tener un desglose de tareas, con itinerario de cumplimiento, porque con sólo el número de horas y la cuantía la persona podía someter facturas por horas supuestamente trabajadas y podía pasarse todas esas horas jugando cerito.  Es pertinente destacar que la persona que tanta insistencia tenía ocupaba un alto puesto atendiendo, precisamente asuntos administrativos bajo la administración de Rosselló padre.

Yo no sé si esto pasó de moda, pero a mí me educaron bajo el concepto de que un servidor público está para cuidar los asuntos de la agencia para la cual trabaja, no los de Fulanito o Menganito; que no importa a qué presión estemos sometidos, nadie nos puede obligar a ejecutar actos que vayan en contra de los intereses de la agencia para la cual laboramos.  Pues este individuo estuvo contratado por varios años en la agencia.  Era algo así como un científico loco, que llegaba en bicicleta, todo sudado, con el pelo a la cintura todo alborotado y en ocasión asistió a una reunión en chancletas y  se trasteaba los dedos de los pies mientras hablaba – Ughhhhhh!  Poco me faltó para desmayarme de un ataque de asco.

Yo no sé si en verdad sus servicios eran de tal excelencia –no me tocaba a mi evaluar eso.  Como abogada hice lo posible para que los intereses de la agencia quedaran protegidos, pero creo que lo que se le pagó no rindió los frutos que debía, particularmente porque todos los manuales los preparaba en inglés y las personas que los iban a utilizar eran empleados de primer nivel que no siempre manejaban ese idioma  no digo ya con fluidez, sino ni tan siquiera medianamente bien.  Sospecho que quienes le verificaban las facturas no entendían a cabalidad el trabajo que debía llevar a cabo, por lo que no le exigían  servicios que verdaderamente respondieran a las necesidades de la agencia.

El caso de Julia Keleher es algo muy distinto y mucho más complejo.  No dudo de la competencia de esta persona –no tengo los elementos de juicio para evaluarla.  Por lo que leído en la prensa, ella ofrecía servicios al Departamento de Educación, que es una agencia administración central –es decir no es una corporación pública, por lo que los fondos debían provenir del fondo general.  Esto no me consta, pero es lo que presumo.  Los servicios los ofrecía por medio de una corporación; es decir, que el Departamento contrataba con una corporación, no con ella en su carácter personal.  Una vez es designada  Secretaria de Educación, el contrato se dejó sin efecto.  Todos pensamos que ella simplemente pasó a ser empleada del Departamento, pero ahora sabemos que pasó a ser contratista.

 Y aquí la cosa se complica aún más, porque el contrato no es con el Departamento, sino con una entidad que se llama Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal (AAFAF), entidad con personalidad jurídica propia y que se crea en el 2017 como sucesora, aparentemente de una entidad creada como Junta en el 2015, con modificaciones en el 2016. Aparenta ser que se le trasfirieron funciones, fondos y personal del Banco Gubernamental de Fomento. Como he dicho, es un aspecto legalmente complicado y no me voy a meter en toda una investigación sobre esto - estoy jubilada y aunque tengo una curiosidad intelectual, no me voy a meter en eso –al menos por ahora.

Pues aparenta ser que la Keleher es ahora contratista de esta entidad que es muy poderosa, con funciones que afectan todas las agencias en sus aspectos financieros y organizacionales.  Según el contrato, va a asesorar en aspectos del Departamento de Educación y se menciona que las funciones como Secretaria no están en conflicto con el asesoramiento que ofrecerá.  Una vez sale a la luz el contrato por la cantidad de $125,000, se forma todo un revuelo.  Debo destacar que esa cantidad es hasta junio de este año.  El gobernador justificó el contrato alegando que ya ella tenía un contrato, así que en efecto se estaba ahorrando el salario como Secretaria – un dos por uno, como las ofertas de Walgreen’s – compre uno y lleve uno gratis.  La Directora de la Oficina de Ética Gubernamental indicó que no había conflicto, porque el contrato no es con el Departamento de Educación.  Los maestros se expresaron -  criticaron el monto del contrato, indicando que ella recibiría en un mes lo que algunos maestros cobran en un año.

Aquí muchos vuelven a caer en el error de enfocarse en la cuantía a pagar y no en aspectos que pueden ser aún más serios que el de la cuantía.  Con los contratos ocurre igual que con los salarios –muchos se escandalizan con los montos elevados, pero no examinan la complejidad de las funciones, las responsabilidades y las largas horas invertidas por las personas contratadas.  El contratista, salvo disposición en contrario, debe cubrir los gastos, incluyendo pago a sus propios empleados, alquiler de oficina, seguros, en fin todos los costos relacionados con el sostenimiento de una oficina.  En algunos contratos, los gastos se cobran aparte, pero ese no parece ser el caso del contrato de la Keleher.  En ese sentido no es justo comparar lo que ella va a devengar con el salario del maestro, sin que esto se interprete como que menosprecio la labor de los maestros, quienes muchas veces invierten de su propio dinero y tiempo para dedicarse a sus estudiantes.

Lo importante con respecto a la cuantía es ver cómo va a asegurase AAFAF de que los servicios que ofrecerá la Keleher se prestan de manera adecuada y cónsona con los mejores intereses del Departamento de Educación.  Dudo mucho que la AAFAF tenga un conocimiento especializado en el campo de la educación.  Según la página de internet de dicha entidad y cito:

“La AFAAF fue creada con el propósito de actuar como agente fiscal, asesor financiero y agente informativo del Gobierno de Puerto Rico, sus agencias, instrumentalidades, subdivisiones, corporaciones públicas y o municipios, para asistir a tales entidades en confrontar la grave crisis fiscal y emergencia económica por la que atraviesa Puerto Rico. La AAFAF ha asumido la mayoría de las responsabilidades de agencia fiscal y asesoría que anteriormente tenía el Banco Gubernamental de Fomento para Puerto Rico.

El 18 de enero de 2017, el Gobernador Ricardo A. Rosselló firmó la Ley orgánica Núm. 2-2017. La nueva ley enmienda y remplaza algunos artículos de la ley anterior que creó la AAFAF para incluir, entre otras, la responsabilidad de renegociar, restructurar y/o llegar a un acuerdo con los acreedores sobre toda o parte de la deuda pública o cualquier otra deuda emitida de cualquier ente gubernamental.  Además, la AAFAF será el ente gubernamental encargado de la colaboración, comunicación y cooperación entre el Gobierno de Puerto Rico y la Junta de Supervisión Fiscal, creada a tenor con la Puerto Rico Oversight, Management, and Economic Stability Act, conocida como PROMESA (por sus siglas en inglés), Pub. L. 114-187.”

En contraposición al propósito de la AAFAF, agencia que contrata a la Keleher, está la misión del Departamento de Educación, la cual aparece en la página de internet de dicha agencia y no me fue fácil encontrar:

Garantizar una educación gratuita y no sectaria, que desarrolle las actitudes, destrezas y conocimientos de todos los estudiantes para que los preparen para desempeñarse con éxito en un mercado laboral globalizado y de manera competente y con creatividad a los retos del mundo moderno, independientes, aprendices de por vida, respetuosos de la ley y del ambiente natural, y capaces de contribuir al bienestar común.

Keleher fue nombrada Secretaria  por el gobernador y confirmada por el Senado pese a las objeciones de su presidente -que nada tenían que ver con el complicado entramado que se creó para que ella ejecutara esta misión, pero pagada por quien tiene otros objetivos. No se trata de que los objetivos de una  y la misión de otra sean malos o buenos, es que son bien distintos.  Uno va dirigido a estabilizar finanzas; otro va dirigido a proveer educación.  Es como si yo contratara a la persona que me va a instalar un programa nuevo, altamente sofisticado en la computadora y que de paso, me editara los textos de los ensayos que voy a difundir.  Son mentalidades totalmente distintas –es como si hablaran idiomas diferentes.  Y puedo hablar con conocimiento de causa.  Me gradué de Humanidades y me casé con un graduado de la Facultad de Administración Comercial.  Luego fui a trabajar como abogada a una agencia dirigida y dominada por ingenieros.  No digo que no nos podamos comunicar, pero no es nada fácil.  Los abogados y los ingenieros no hablamos el mismo idioma.  Sospecho que lo mismo ocurre con expertos en aspectos fiscales y los educadores. El enfoque de una agencia va dirigido a recortar gastos; el otro va dirigido a educar niños, teniendo la sensibilidad de buscar maneras innovadoras de enseñar, buscando los mejores recursos.

He dicho muchas veces que ignoramos las lecciones de experiencias pasadas.  La Ley núm. 7 de 2009, que declaró un estado de emergencia, buscaba reducir la nómina gubernamental y lo hizo de forma supuestamente objetiva, poniendo una fecha de corte a empleados de menos de x número de años de servicio, sin considerar cómo se afectaban las unidades de trabajo.  Todavía se ven los resultados de esta medida fundamentada sólo en recortar el presupuesto.

Los contratos de servicios profesionales en gobierno contienen una cláusula que dispone que el contratista tiene un deber de lealtad completa a la agencia que le contrata; en este caso, la AAFAF, no el Departamento de Educación.  Ese es un problema medular de este contrato, así como quién será la persona que pase juicio sobre los servicios de la Keleher.  Eso es más preocupante que el monto.

Por supuesto, la cuantía  del contrato levanta ronchas porque como dice el dicho, no es lo mucho, sino lo seguidito.  El ciudadano común está cada vez más limitado por el aumento en los costos de vida, pero sin un aumento en su salario.  Aparecen miles y hasta millones para aquéllos que tienen mayor poder adquisitivo; la Junta de Control Fiscal tiene un presupuesto de 2 millones mensuales y se reúnen nada más ni nada menos que en el Hotel Conquistador. Según decisión del tribunal, los ex gobernadores tienen un derecho adquirido a las escoltas que son en realidad alzacolas glorificados, mientras muchos, incluyéndome a mi, ven reducidas sus pensiones, que formaban parte del acuerdo contractual al emplearnos en gobierno, sin que prospere el alegato del derecho adquirido. Ya se habían revelado los contratos de Vega Borges y otros, cuando la semana pasada salió a relucir que el Senado otorgó un contrato para brindar asesoramiento administrativo a Glenn Monroig.  Tal parece que el Senado tiene un contrato tipo one size fits all –todo el mundo asesora administrativamente. Esto fue la gota que colmó la copa.

Yo no conozco la preparación académica ni la experiencia que pueda hacerle merecedor de un contrato nada más ni nada menos que con el Senado de Puerto Rico para asesorar sobre aspectos administrativos.  Lo que conozco de él está relacionado con ser excelente cantautor, hombre desaliñado, algo ordinario y dado a la falta de circunspección al hablar.  Si es experto en asuntos administrativos se lo tenía muy bien escondidito, pero el olfato de la mayoría del país apunta a que no existe tal expertise.

Mi experiencia de 30 años en gobierno me demostró que el talón de Aquiles de las agencias es precisamente el aspecto administrativo.  La mayoría son dirigidas por  profesionales con excelente preparación y en la mayoría de los casos un deseo genuino de servir.  Sin embargo, no se rodean de personas con un verdadero conocimiento en aspectos administrativos que permitan  establecer controles, supervisar adecuadamente y hacer el mejor uso de los fondos públicos.

El momento que vivimos exige el mayor de los escrúpulos en la administración de los fondos públicos. Cada centavo debe resistir el escrutinio que el pueblo realiza y debe poder justificarse con honestidad, no con argumentos rebuscados para justificar lo injustificable.  A la Keleher que escoja a cuál amo va a servir, a Vega Borges que busque contratos que no sean pagados con fondos públicos y a Glenn que se vaya  cantando bajito a hacer lo que sabe.

27 de febrero de 2017




viernes, 24 de febrero de 2017

Sucio difícil




SUCIO DIFÍCIL

Hace unos días salió a relucir que el Senado de Puerto Rico había contratado al ex alcalde de Toa Baja, Aníbal Vega Borges, para asesorar en aspectos administrativos.  Esto llama la atención porque esta persona administró un municipio con un récord deficitario de proporciones astronómicas, que está siendo investigado por el gobierno federal y cuya crisis económica es tan grande que los empleados municipales no pudieron cobrar su salario de una o dos quincenas.  Antes de que explotara la bomba noticiosa, ya se comentaba el exceso en contratos, entre los cuales está el de otro personaje – el ex alcalde de San Juan, Jorge Santini.  Toa Baja lo tenía entre sus contratos y ahora el Senado también lo contrata.

Poco después de salir a la luz pública la contratación de Vega Borges, la periodista Wilda Rodríguez anunció en su programa radial que rehusaba permanecer en la estación si la gerencia de WIAC reafirmaba la decisión de ofrecer un espacio al ex político y ex convicto Edison Misla Aldarondo, convicto por actos de corrupción gubernamental y actos lascivos contra su hijastra.  Al día siguiente, la gerencia de la estación le notificó a la periodista que ya no estaría en el programa.

Los señalamientos de la periodista se suman a las críticas por la participación como analistas de varios ex convictos en programas radiales o televisivos – Alejo Maldonado, ex coronel de la Policía convicto por pertenecer a una banda criminal dentro de la policía que participó de asesinatos, entre otros delitos; Jorge de Castro Font, ex senador convicto de fraude y extorsión.  Menciona también a Alfredo Herger, quien fue convicto por apuntar con un arma y fue indultado por el ex gobernador.  Herger posiblemente participe de un programa televisivo, pero este es un caso distinto y con el que no estoy de acuerdo con la apreciación de Wilda Rodríguez.

En todos los casos de los ex políticos convictos o señalados por mal manejo contratados, al igual que en el caso de Herger, se ha esgrimido el argumento de que la persona tiene derecho a rehabilitarse o tiene una preparación académica y experiencia que lo cualifica para tener un contrato.  Vamos por partes.

Tomemos en primer lugar, lo planteado por la periodista.  Dice ella y concurro, que resulta peligroso que formadores de la opinión pública, como son los analistas, tengan un foro abierto para difundir sus ideas, pagados por una entidad privada, como lo son las estaciones radiales y televisivas.  Algunos de estos ex convictos -De Castro y Misla- han ripostado que tienen un derecho a la libre expresión.  Cierto es. Una cosa sin embargo, es expresarse libremente y otra es que alguien pague por lo que estos ex convictos dicen en medios tan poderosos como la radio y la televisión. Que una estación sienta que por aumentar su audiencia debe recurrir a contratar con personas que le han fallado al país de una manera tan vil resulta inquietante.  Resulta inquietante, además, que el público tenga una curiosidad tan morbosa que los lleve a querer escuchar lo que estos seres que han cometido crímenes altamente reprochables tengan a bien decir.

Hay que recordar el horrible programa de la Comay, donde un hombre que hasta donde se no ha sido acusado de delito alguno, pero que no me extrañaría los hubiese cometido, se burlaba de figuras públicas y privadas, mientras ventilaba intimidades que muchos querían escuchar sobre otros, pero no querrían se supiese sobre sí mismos.  Y ahí está el gran problema.  Estas personas que han cometido delitos altamente censurables (hay delitos y hay delitos- es como la mentira) ostentaban un alto nivel de poder.  Algunos quisiesen tener el mismo poder que ellos tenían y para ello estarían dispuestos a cometer delitos.  Recuerdo cuando Víctor Fajardo, Secretario de Educación bajo Pedro Rosselló fue convicto.  Escuché a alguien decir que su problema había sido tener el dinero en una caja fuerte en su casa – o sea, que entiende que hay que saber cómo delinquir.  También escuché decir a alguien luego de la victoria de Sila Calderón, refiriéndose a la repartición de puestos clave, que el quería “un pedazo del bizcocho”.  Es decir, que el veía en la victoria del partido de su preferencia no la posibilidad de mejorar el servicio público, sino la posibilidad de obtener una tajada de los beneficios.

El otro aspecto que es esgrimido por los defensores de estas contrataciones es que en el caso de los convictos, tienen derecho a rehabilitarse.  Muy cierto es.  Toda persona que sale a la “libre comunidad” debe tener derecho a encaminar su vida.  De hecho, es requisito que la persona tenga un empleo.  Lo que es censurable es que ese empleo sea en aspectos de opinar sobre los acontecimientos en la vida pública.  Tanto De Castro Font como Misla y Maldonado pueden obtener empleo en otras áreas que no propendan a dar la impresión de que el que viola la confianza del pueblo al final sale airoso y hasta con status de celebridad porque sale en televisión o radio.

El caso de Alfredo Herger me parece distinguible.  El no era servidor público y siempre se había mantenido ligado de un modo u otro al mundo del espectáculo.  Este es el mundo que conoce y no veo censurable que retorne a él, aparte de que su delito me pareció mas bien producto de la inmadurez.   Cierto es que es un managanzón de más de 40 años, pero qué le vamos a hacer, este es un país donde abunda la inmadurez.

En cuanto a los que no fueron convictos, pero han sido señalados, resulta inquietante que se les haya contratado para asesorar sobre aspectos administrativos –precisamente en lo que a todas luces han fallado.  Si usted opera una empresa que desea sea exitosa ¿contrataría a alguien que ha llevado a la quiebra empresas que administraba para que le asesore?  Si usted va a terapia de familia, ¿la recibiría de alguien cuyos hijos se quejan de malos tratos o de alguien que se refiere a su pareja de forma despectiva o se ha divorciado 4 veces? No se trata de su preparación académica ni sus años de experiencia.  Se trata de los resultados obtenidos mientras la persona estuvo administrando. 

Lo que ocurre en estos últimos casos es que las agencias de gobierno se convierten en “refugio” de simpatizantes del partido en el poder o políticos derrotados.  Amparándose en la necesidad de tener asesores y las supuestas credenciales de éstos, se gestionan contratos, no porque la agencia los necesite, sino porque hay que “acomodar” a alguien.  Luego de la victoria de Sila Calderón, el entonces Secretario del DTOP, Ing. José Miguel Izquierdo Encarnación a quien respeto y distingo, me designó Presidenta interina de la AMA, puesto que ocupé por tres semanas y media.  Como a los tres días de haber sido nombrada, me llamó un ayudante suyo y me dijo que el Secretario había solicitado que se dejara sin efecto el contrato que había con un bufete que representaba a la AMA.  Según él, lo había llamado un asesor de Fortaleza y me dijo ¿usted sabe quién es?, a lo que le respondí que no.  Claro está, lo que estaba detrás de la pregunta era la amenaza velada de que se trataba de alguien con mucho poder y sin decirlo, la implicación de que yo saldría perjudicada si no hacía lo que se solicitaba. 

Con firmeza le indiqué que yo no podía dejar sin efecto unos contratos así, sin un análisis y de golpe y porrazo, porque podía haber señalamientos pendientes ante los tribunales, que dejasen a la AMA desprovista de representación.  Como abogada, sé que debe haber una transición ordenada cuando un abogado renuncia a la representación legal, para que el cliente, en este caso la AMA, no se vea afectado. Una determinación como esa debe ser analizada con cautela, no tomarla porque alguien me diga que otro le dijo que lo hiciera.  Mi interlocutor insistía y le dije que le dijera al Secretario que me llamara.  Si eso ocurría,  renunciaba al puesto que sólo ocupaba interinamente en ese momento, pero eso no ocurrió. Imagino que el Secretario ni sabía de esa petición. Estoy segura que ya tenían alguien alineado para darle el contratito; de nuevo, no pensando en los intereses de la agencia, sino en que hay que “darle trabajo a los de nosotros”.  Y nosotros no es el pueblo; es el partido.

En nuestro país hay una terrible costumbre que se inició hace varios años, de confundir el gobierno con el partido.  No es lo mismo ni se escribe igual.  El partido político que resulte vencedor en unas elecciones logró el favor del pueblo para llevar a cabo una labor.  Para lograr eso, se supone utilice los mejores recursos y cumpla con las leyes y reglamentos.  Ahí es donde como diría mi mamá, “la puerca entorcha el rabo”.  Los mejores recursos no siempre lo son.  Muchas veces son el que vendió mas boletos para las fiestas del partido, o el tío de la prima de la vecina o el manganzón desempleado que no consigue empleo por vago, pero que es hijo del comisario de barrio.  En cuanto a contratos, los que tienen influencias buscan la manera de llegar al que tiene el poder –que lo diga Anaudi- para ofrecer servicios a como de lugar, sean éstos necesarios o no.

En un momento como el que vivimos, donde los recursos económicos están tan escasos, se hace aún más imperativo que las personas a cargo de la contratación gubernamental analicen minuciosamente toda decisión que envuelva erogación de fondos.  La primera pregunta debe ser, ¿esto es indispensable?  Solo después de una respuesta en la afirmativa, debe procederse con la segunda pregunta: de dónde se va a pagar? Y la última, ¿quién es la persona más capacitada para ejercer la labor?  Creo que en los casos de Santini y Vega Borges no se cumple con ninguna de las tres.

A los ciudadanos que observamos todo con una mezcla de horror, hastío, coraje y asco, nos toca exigir pulcritud –algo así como buscar sacar el sucio difícil, que sólo se logra con la determinación de arrancar el mal de raíz –venga de “los nuestros” o “de los otros” y lograr que quede un gobierno pulcro, que pueda exhibirse como ropa blanca que se seca al sol, brillante, limpia, admirable.


6 de febrero de 2017

801




801-71-XXXX

Esta mañana estaba revisando mis mensajes de Facebook cuando vi un número en un mensaje de un amigo. No entendí qué quería decir el número, que empezaba con 801.  Pensé que se trataba de un código de área, pero luego iba seguido de dos dígitos en lugar de tres.  Seguí revisando mensajes y me topé con el de una amiga, que incluía también el 801, seguido de dos dígitos y 4 gallitos, con la referencia #ProductoUPR.  Finalmente entendí.  El 801 es el código en el número de estudiante, asignado al recinto de Río Piedras.  Los dos números que siguen corresponden al año de ingreso, que en mi caso es 1971.

Con la referencia de Orgullo UPR me di  a la tarea de buscar una página con ese nombre y la encontré.  La página recomienda demostrar  orgullo por nuestra Alma Máter y compartir nuestros logros, para que se sepa lo que produce esta Universidad en términos de calidad profesional.  Tres de mis amigos han colocado su número –con una porción camuflajeada, acción que se impone en estos tiempos paranoicos de robo de identidad.  Con esta acción demuestran su orgullo de ser producto de la Universidad de Puerto Rico, pero no dicen nada de sus logros.  Pues yo los voy a decir.

Uno de ellos es actor, director de teatro y fue mi maestro de actuación.  Es un hombre con un talento extraordinario, que demuestra su amor por el teatro no sólo en el aspecto de la actuación, sino que ama la estructura –el edificio mismo del cual es un celoso guardián.  Otra es una abogada dedicada, con varios (no voy a decir cuántos) años de experiencia en una corporación pública.  Allí se ocupa de defender los intereses de la agencia, independientemente de la administración de turno, ninguna de las cuales, debo decir, ha valorado en toda su extensión la enorme contribución que hace. Es una mujer que se da por entero a su familia y reserva casi nada de tiempo para sí misma, aspecto que le recrimino.

La más joven (su año es 2008 –o sea, los otros días) es directora ejecutiva de una ONG que administra un orfanato en Haití.  La conocí mientras me ofrecí de voluntaria para recaudar ayuda a Haití el año pasado y vi en ella una mujer entregada a la misión de ayudar a los que menos tienen.  Vi una mujer amorosa, dulce, capaz de inspirar con la acción.  Estos son sólo tres de los extraordinarios profesionales y seres humanos que ha producido la UPR y me siento más que orgullosa de haber compartido con ellos en diversas etapas de mi vida.

Como el propósito de la página es que se sepan los logros alcanzados por los egresados de la UPR, comparto que estudié Humanidades y tuve el honor de haber sido alumna de Luis Rafael Sánchez, nuestro escritor más destacado.  Un hombre con un talento que trasciende nuestros limitados confines geográficos y poseedor de una sensibilidad exquisita, la que esconde detrás de un façade  que intimida a muchos, pero que aprendí a amar.  Allí también estudié con Arcadio Díaz Quiñones, Mercedes López Baralt, Ana Lydia Vega; en fin, la crema y nata de la cultura de este país.  Aprendí francés con Ruth Hernández qepd, una profesora extraordinaria, quien me enseñó tan y tan bien, que mas de 20 años más tarde, con un repaso, puede desempeñarme en la lengua francesa en un viaje de placer a Francia.

Tras graduarme de bachillerato proseguí estudios en la Escuela de Derecho – de la YUPI, bien sur, donde tomé cursos con abogados de la talla de Demetrio Fernández, Michel Godreau, Rafael Escalera, Jaime Fuster, qepd y Raül Serrano Geyls, qepd, entre otros. La capacidad de análisis que adquirí en la facultad de Humanidades, cuando debía hurgar en la psiquis de los personajes y conocer su entorno, fueron una excelente preparación para mis estudios de derecho.  Vivo orgullosa de mi formación en Derecho, comparable a la de cualquier universidad norteamericana, a donde de hecho, van a proseguir estudios de maestría y doctorales egresados de la YUPI. Siento que la Universidad de Puerto Rico me formó como una profesional redondeada, lo cual me llevó a desempeñarme en diversas capacidades en el gobierno.  Llegué a dirigir una oficina de Derechos Civiles y a dirigir interinamente a la AMA.   Tras mi retiro, logré publicar mi primer libro, un tributo al ser extraordinario que fue mi padre.  Nada de eso hubiese sido posible sin la educación que recibí en la Universidad de Puerto Rico.  Vivo orgullosa de ser producto de la UPR y ahora más que nunca, hay que redoblar esfuerzos para que otros puedan alcanzar la misma educación de excelencia que yo.

18 de febrero de 2017





Bienvenido




Este escrito es reciente y quiero compartirlo -espero lo disfruten.



BIENVENIDO

Hacía meses que no recibía visita de este ser especial.  Hubo un tiempo que las visitas eran frecuentes y hasta algunos de su familia llegaron a hospedarse conmigo en varias ocasiones.  Al principio hubo algo de  desconfianza y un deseo de mantener distancia, pero poco a poco triunfó el amor, al punto de compartir el dormitorio.  Establecimos una comunicación silenciosa.  Él advertía mi presencia y se dejaba acompañar.  Respeté su decisión de marchar sin despedirse y muchas veces me pregunto si murió sin que yo lo supiese.  También pensé que la presencia de un amigo al  que le disgusta su presencia le mantuvo alejado.

El sábado  pasado escuché su voz.  Al principio no estaba segura de que estuviera aquí – pensé que tal vez permaneció en el patio, pero no –está en el balcón.  No sé si esta vez dejará que lo contemple, pero espero que pueda sentir mi afecto, mi conexión con su existencia, que es una conexión ancestral –la conciencia  de que todos somos uno.  Es un reconocimiento a su tenacidad, que resulta admirable tomando en cuenta la fragilidad de su cuerpo.  Como decía el Principito, “lo esencial es invisible a los ojos”, así que a los que estemos dispuestos a ver con el corazón aprenderemos lecciones de él –a resistir los embates de agresores, a valorar nuestra identidad, a cantar de alegría por la bendición de la lluvia, a estar en paz con nuestro pequeño tamaño, a mostrar nuestra vulnerabilidad ante aquellos que sabemos nos quieren bien.

Yo te recibo con alegría, te honro, te doy la bienvenida.  Namasté, coquisito.


21 de febrero de 2017


martes, 21 de febrero de 2017

Buscando


BUSCANDO



Muellecito en Cabo Rojo - ideal para perderse

Hoy doy inicio a mi blog como un ejercicio mas de buscar nuevas formas de comunicarme y de ahí el título de esta entrada.  He titulado el blog Sin dirección porque carezco de sentido de orientación.  Me he perdido en todos los países que he visitado, pero como dice la canción de Diego Torres, "es mejor perderse que nunca embarcar".    También me pierdo aquí, con todo y gps, porque no solo carezco de sentido de orientación, sino que también soy " technologically challenged".  Todo lo tecnológico me causa estrés, así que  hasta escribir este blog es un gran reto.

Pese al título del blog no deben pensar que esto carece por completo de una dirección.  Es como solía decir sobre mi escritorio - hay un orden en mi desorden.    Pues hay un grado de orientación en mi desorientación - mi blog va orientado a expresar mis ideas sobre asuntos cotidianos, preocupaciones sobre las relaciones humanas, la situación del país, compartir experiencias; en fin, dejar salir aquello que yo esté experimentando que por ser experiencia humana, ustedes también sientan, pero por la razón que sea, no se sientan a escribir sobre ello.

Como es sin dirección, puede incluir escritos nuevos o que haya escrito hace mucho tiempo, pero que me siento motivada a compartir.  Tampoco tendrá una periodicidad fija -escribiré cuando me parezca, que para eso es mi blog. 

Bienvenidos
21 de febrero de 2017