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Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

sábado, 18 de marzo de 2017

Team Rubio







TEAM RUBIO

No soy fanática de los deportes. De niña mi pasatiempo era la lectura y de adulta lo sigue siendo.  Tengo unas nociones generales de las reglas del beisbol, menos de las del baloncesto y 0 de las del fútbol.  Sí poseo  unos hermosos recuerdos de cuando Papi  nos llevaba a Mami y a mí al Estadio Hiram Bithorn a ver los juegos de pelota.  El tampoco era fanático, pero había algo especial en hacer esa expedición al parque, armados con emparedados y un termo de café que hacían suspirar a los que nos rodeaban.

A veces ni siquiera miro la sección de deportes del periódico y me levanto a hacer otras tareas cuando el noticiario transmite la sección deportiva. Ahora bien, cuando juegan los nuestros en torneos internacionales, sigo las incidencias de los partidos a través de la prensa y en ocasiones veo los juegos por la tele, si el sueño no me vence.  Ví parte del partido contra la República Dominicana hasta que honestamente me aburrí y ayer pensé ver el partido contra E.U., pero el sueño me venció.  Eso sí, en mi subconsciente estaba pendiente de los sonidos alrededor, a pesar de que en un momento se fue la luz.  Creo que como a la 1:30, todavía sin luz, escuché gritos y busqué temerosa mi celular, hasta que ví que Puerto Rico había triunfado.  Me alegré sobremanera, por muchas razones.

Las victorias que mantienen a nuestro equipo invicto demuestran el poder de un propósito común; del trabajo en equipo, de tener el objetivo claro.  El asunto de pintarse el pelo de rubio opera como un talismán – algo que le da fuerza a sus componentes, como el cabello largo de Sansón.  Pero más allá de ser un gimmick para aludir al dorado de una medalla al ganador, es una afirmación de que cada miembro del equipo es parte de un todo. Y eso, es algo que nos hace una falta enorme como país.  Este equipo nos está mostrando el secreto del triunfo.

Aparte del deseo natural de ganar que es característico en el deporte, este partido tenía otras connotaciones para muchos de nosotros, si no la mayoría –lo admitan o no.  Como puertorriqueños nos hemos sentido ninguneados, pisoteados, ignorados y despreciados por el gobierno de los Estados Unidos, la aprobación de la ley PROMESA y la imposición de la Junta de Control Fiscal.  Hay un sentido de indignación, de que este control férreo ha destapado una caja de Pandora que revela que por décadas vivimos como las mujeres engañadas -sabiendo, sin querer saber, que vivíamos en un mundo ficticio.

Una parte de mi quería ver el juego anoche y otra no quería verlo, temiendo que sufriéramos otra derrota.  Nuestro espíritu no lo resiste.  Necesitábamos esa victoria para de algún modo afirmar nuestra valía –no es que no la tuviéramos si perdíamos –es que hay una necesidad de tener modelos de triunfo, para convencernos de que podemos salir adelante como pueblo. Ya Mónica había adelantado algo de esto, pero el hecho de que ahora sea un equipo, le añade un elemento esencial a la lección.  Ganemos o no en los partidos que restan, la lección permanece.

Este equipo nuestro nos ha mostrado el camino -gracias, Team Rubio.


18 de marzo de 2017

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