SOLIDARIAS
He dicho
muchas veces que soy más que bendecida.
Como mujer, he tenido grandes ejemplos en mis padres –por un lado, una
madre fuerte, con habilidades extraordinarias y modelo de superación al
sobreponerse a una niñez difícil. Por
otro lado, un padre tierno, que me inculcó que yo podía lograr lo que quisiera en la vida y me demostró lo que es el
amor incondicional. También he tenido
nobles ejemplos en otros miembros de mi familia –mujeres valientes,
trabajadoras, con un estilo innato; hombres fieles, tiernos,
comprometidos. Como si fuera poco, tengo
en mis amigos una familia extendida.
Una de
las características que más aprecio en mis amigas es la solidaridad, algo de lo
que a veces se carece en demasía en estos tiempos difíciles. A lo largo de los años, he sido testigo de la
solidaridad que practican mis amigas.
Ivette Cancel, abogada que me sirve de ejemplo al superar varios retos
en su vida personal, puede multiplicarse para brindar ayuda a varios miembros
de su familia y ha sido apoyo incondicional para su hijo del alma. Alba Pabón, otra abogada, dedicó gran parte
de su tiempo a cuidar de sus padres enfermos, pese a sus múltiples obligaciones
como fiscal. Mientras laboramos juntas,
dedicaba horas de su tiempo a explicarle a una compañera aspectos legales, con
una paciencia infinita que yo no tenía -todavía no la tengo y dudo mucho que a
estas alturas vaya a desarrollarla.
Carmen
Zorrilla (Carmencita para mi) -amiga de la niñez, es una doctora destacada en
el campo de la investigación y tratamiento del SIDA, que ofrece su tiempo para
ayudar a otros con dificultades no sólo médicas, sino también emocionales por
ser marginados, como son los miembros de la comunidad LGBTT. Mi Buddy, Giselda
Fernández Borrero, es una mujer que lleva una lucha de años para sacar adelante
su familia tras una tragedia que hubiese destrozado a muchos y aún así, saca tiempo
para brindar apoyo a otros con amor y alegría, aunque a veces se sienta
desfallecer.
Marta
Bernier, ex compañera de trabajo, comparte conmigo creaciones culinarias y no
dudó en acompañarme en las exequias fúnebres de Lillian. Carmen Serrano, otra ex compañera de trabajo,
compartía con nosotros los alimentos que tuviera, aunque tan sólo fueran suficientes
para ella. Gloria Mendoza, otra ex compañera,
también evidencia el mismo espíritu de compartir no sólo sus alimentos, sino
también su alegría y a la menos provocación, inventa un bembé . También mis primas Socorrito y Mari, psicólogas de
profesión, apartan de su tiempo para ayudar a otros y son apoyo para otras
mujeres.
Y
hablando de psicólogas, otra amiga generó toda esta disertación sobre la
solidaridad, porque me ha dado muestras de esa cualidad en varias ocasiones, la
más reciente en estos días, pero han sido muchas. Una de las que más me conmovió y tal vez ella
ni lo recuerde fue en una conversación telefónica en la que le relataba el
rompimiento de una relación que fue breve e intrascendente, pero que como todo
rompimiento siempre deja una tristeza.
Era ya de noche, aunque temprano y ella me preguntó si yo quería que viniera a acompañarme a cenar. Le agradecí el ofrecimiento, pero le manifesté
que podía manejar el asunto.
La he
visto detenerse para alimentar animalitos en la calle, dejar alimento a un
deambulante tirado en la acera; me ha acompañado a la presentación de mi
libro, me celebra mis escritos; ofreció una taller sin costo para una de mis
actividades; se indigna con las situaciones del país que deberían indignar a más
personas y recientemente hizo algo que pone de manifiesto su nivel de apoyo a
una amiga.
Inicié mi
blog y pensé que uno de sus cuadros me podía servir para ilustrar la portada. Le pregunté si podía enviarme la
foto de uno de sus cuadros y lo hizo sin vacilar, sin insistir en que se
pusiera el crédito -hasta me dio las gracias por querer usarla y se ofreció a
enviarme todas las que necesitara. La
foto que acompaña este escrito es de unos de sus cuadros, el que me regaló y me
encanta, por ser símbolo de un brindis y que yo lo bautizo hoy Brindis de solidaridad. Así es Thalía
Cuadrado, como son las amigas que me honran en acompañarme en este tramo de mi
vida y las que me han acompañado en otros.
He sido
bendecida con la presencia de tantas mujeres solidarias en mi vida. Me entristece cuando veo que otras no tienen
la misma dicha y de hecho, también he sufrido cuando no he recibido esa misma
solidaridad de parte de otras mujeres, pero ese es otro tema. En este momento quiero honrar a todas las mujeres
solidarias de mi Patria y desearles que siempre reciban la bendición de la
solidaridad.
Feliz Día
Internacional de la Mujer Trabajadora.
8 de
marzo de 2017
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