Y ACÁ

 

Y ACÁ…

El día de las elecciones no me sorprendió el triunfo de Jenniffer González, aunque ciertamente no me agradó.  Lo que sí me sorprendió fue el triunfo de Trump y el hecho de que acá el PNP lograra un control absoluto de las cámaras legislativas.  Según transcurrían los días, nos íbamos enterando de las movidas -o falta de ellas- por parte del gobierno de Jenniffer. Le ha tomado tiempo designar jefes de agencia, todavía faltan por designar unos cuantos.  Como secretario de la Gobernación designó a Francisco Domenech, quien había sido su director de campaña.  Ya había designado a su esposa como secretaria de Estado, lo cual me parece un peligroso binomio.  Francisco Domenech es un hombre prepotente, sarcástico, muy propenso a aplastar a quienes no estén de acuerdo con sus posturas.  Cuando está a disgusto suele tener un gesto de torcer la boca, similar a Trump, lo cual ciertamente no me refleja nada positivo.  He visto este mismo gesto en hombres igualmente prepotentes, por lo que ya de por sí me envía una señal de peligro.

En un tercer grupo de nombramientos, designó a Waldemar Quiles, hijo, para dirigir el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales.  A preguntas de la prensa indicó que la investigación de la casa de sus suegros seguiría su curso, aunque sabía que sería desestimada por ser un caso de persecución política.  Así, sin empacho alguno.  El designado, ni corto ni perezoso, emitió una orden administrativa ese mismo día, que en el párrafo final desestimaba todas las querellas pendientes.  Tuvimos conocimiento de la insólita orden al día siguiente y está por verse qué pasará tras la vista de interpelación ante el Senado que tuvo el flamante secretario designado.  En una entrevista que se le hiciese dijo algo tan increíble como que no podía saberse cómo eran las casas de la Parguera antes, cuando una búsqueda en los archivos puede reflejar fotos aéreas del desarrollo de las casas en controversia.  Si yo fuera senadora le votaba en contra a este nombramiento por incapacidad manifiesta para ejercer los deberes del cargo.

Y en el festival de órdenes ejecutivas que resultó ser más modesto en cantidad, pero no por ello menos preocupante, la gobernadora, entre las primeras ordenes ejecutivas declara como política pública que todas las agencias defenderán e implantarán el mandato a la estadidad.  Para ello deberán rendir informes periódicos de las gestiones realizadas, participar de reuniones y hacer viajes según necesarios, particularmente el que organizará la Administración de Asuntos Federales (PRFAA) anualmente en Washington en el día de la ciudadanía americana, en lo que denominó Cumbre  de Igualdad y Estadidad.  Todos los jefes de agencia vienen obligados a realizar estas gestiones y claro, ¿quién está a cargo de los jefes de agencia? Pues Francisco Domenech, por supuesto.  Si no me creen esta ridiculez, cotejen la OE -2025-007.

Y a esta ridic, digo orden, le sigue la OE-2025-008, que dispone las funciones, deberes y responsabilidades del secretario de la gobernación, que aparte de la supervisión de los jefes de agencia que es lo usual -es decir, ser Chief of Staff, puede

·         Decidir sobre toda contratación de servicios profesionales, compras y subastas

·         Evaluar y autorizar o desautorizar todos los puestos de confianza, así como desautorizar cualquier nombramiento a puesto de carrera

·         Establecer todas las medidas para regular todo movimiento o transacción de personal en las agencias

·         Revertir o desautorizar ponencias, posiciones, interpretaciones, decisiones o acciones de las agencias contrarias a la política pública de la administración

·         Transferir recursos humanos, fiscales, propiedad y derechos de uso

Yo me pregunto para qué hay leyes habilitadoras para las agencias, para qué se designan a los jefes de agencia como autoridad nominadora y para qué está la misión de cada agencia, si este ser todopoderoso puede dar al traste con cualquiera de sus decisiones.  Creo que cada agencia tiene su función y cada una debe defender su misión a brazo partido.  Si alguna entra en conflicto con otra, le tocará a la gobernadora decidir cuál será la ruta a seguir.  ¿Para qué la legislatura le va a solicitar ponencias a las distintas agencias, si éstas estarán sujetas al poder absoluto del canciller Domenech?  Y claro, cada ponencia, decisión o interpretación se mirará a la luz de lo dispuesto con la orden anterior, es decir, que sea compatible con la estadidad.

La gobernadora envió a la legislatura un anteproyecto de ley para legalizar las estructuras de la Parguera, lo cual es una muestra más de dónde están sus prioridades.  Y prioridades es una cosa y ridiculez es otra.  Se pronunció a favor de erigirle una estatua a Donald Trump en el Paseo de los presidentes que está bajo el control del Capitolio, lo cual levantó la ira de Rivera Schatz, quien sabemos es muy propenso a ello, pero ya había levantado la ira de gran parte de la población cuando afirmó que erigiría la estatua porque “se lo merece”. Y como para que pudiésemos ver en acción lo patentemente dictatorial de las acciones, ayer domingo agentes federales realizaron un operativo en Barrio Obrero y se llevaron arrestados a varios miembros de la comunidad dominicana que residen en el área.

Días antes la gobernadora había dicho que los dominicanos en Puerto Rico no tenían que preocuparse, porque las iniciativas del gobierno federal iban dirigidas a estados en frontera con Méjico.  Interesante que un puertorriqueño, ex militar, fue detenido en Nueva Jersey.  ¿Y cuál es la frontera en Puerto Rico?  La forma en que se efectuó el operativo reflejó una actitud de detener primero y preguntar después. Y no sólo detener, sino irrumpir de forma violenta en los hogares, forzando puertas y derribando aires acondicionados.  Y su canciller Domenech declaró que los arrestados eran personas que habían cometido delitos. Es el libreto trumpiano que aquí han aprendido.

Hoy aparecen reportajes de familiares o vecinos de los arrestados, relatando su angustia, de no saber a dónde los habían llevado.  A mí se me estrujó el corazón de escuchar el relato de la mujer cuyo esposo salió a comprar un aguacate y terminó arrestado.  La comunidad dominicana está aterrada y con razón.  Nadie quiere ser arrestado, aunque luego sea liberado.  ¿Y las horas angustiosas de la persona arrestada y la de sus familiares? ¿Y la angustia porque hay que buscar un abogado y no hay dinero?  Hoy estamos aquí, en Puerto Rico, pero cualquiera que se vea como yo, con esta nariz, este pelo rizo y estas nalgas, podría ser detenida por estar hablando en español, en Miami, Nueva York o Chicago, por parecer una indocumentada, delatada por un redneck fanático de Trump.

Me parece angustioso que precisamente un domingo, el día para descansar, toda una comunidad esté aterrada, con temor de salir y no regresar. El operativo de ayer hace recordar los destrozos realizados por los nazis en las comunidades judías, hacia las que se dirigió una campaña de acusarlos de criminales, como ahora se dice de estos hermanos dominicanos, que podrían ser haitianos, o venezolanos -no importa su origen.  Unos huyen de la pobreza, otros de gangas, otros de la posibilidad de represalias por oponerse al gobierno.  La inmensa mayoría se dedica a trabajar y criar una familia en un ambiente de paz.  Nadie merece vivir con esta angustia.  Yo siento desde ayer que se me acumulan las ganas de llorar guarda’s. Las lágrimas tal vez no tarden, pero lo que sí tardará será lograr la paz.  Nos toca trabajar para alcanzarla.

27 de enero de 2025

Nota: este escrito tiene una contraparte: “Allá”, de esta misma fecha