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Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

lunes, 6 de enero de 2025

Reyes

 




REYES Y TRADICIÓN

Este año no me animé a decorar para Navidad– tan solo puse un tríptico de la Virgen que me regaló una amiga y anoche saqué la talla de los tres Santos Reyes que permanece en el curio y que solo saco en anticipo a la festividad más tradicional de nuestra patria – el Día de Reyes.  En mi casa se celebraba el día de Navidad y Santa Claus me traía regalos, usualmente más abundantes en cantidad y de acuerdo con mis peticiones.  Los regalos de los Reyes eran más sencillos.  Sospecho que esto se debía al deseo de mi papá de darme los mejores regalos pronto -aquéllos que había pedido con mucha ilusión.  Sin embargo, guardo el recuerdo de mirar debajo de la cama para buscar el regalo de los Reyes, que estaba más accesible que el de Santa, que había que buscarlo debajo del árbol.

El hecho de que los regalos de los Reyes fuesen más sencillos resulta acorde con la tradición popular, de unos Reyes que llegaban a hogares modestos, con pocas posibilidades de obtener regalos de mayor valor monetario.  Esos regalos de poco valor monetario, sin embargo, no deslucían ante los niños y niñas que quedaban hipnotizados por la magia de tres magos que llegaban desde lejos, montados en sus camellos, ninguno de los cuales tenía posibilidades de entrar a una humilde casa de madera.  Esa tradición se ha mantenido fuerte, pese a la comercialización excesiva y el bombardeo de anuncios del simpático pero foráneo Santa.  Por alguna razón, nos sentimos más vinculad@s a esos Reyes, que en un giro interesante nuestros artesanos figuran montados en caballos y no camellos.

Hoy sale publicado un artículo sobre la situación difícil que enfrentan nuestros artesanos y artesanas, debido a los altos costos de la materia prima para confeccionar sus piezas.  En el reportaje uno de ellos alude a los clientes que sin consideración a las horas de trabajo, los someten a esta censurable actividad del regateo, la cual ciertamente no hacen en Marshall’s o Costco, para comprar algo producido en masa -objetos sin alma, sin que una persona les haya tomado en sus manos y con cuidado dibujado, tallado o formado.  Tengo artesanías y piezas de arte de diversos precios -por ninguna osé regatear.  El valor de cada pieza va más allá de cuánto haya pagado por ella. La última adquisición fue un coquisito tejido que es la cosa más mona que he visto en mucho tiempo.



La artesana que lo hizo tenía varias piezas muy novedosas – vaquitas, gallinitas, mantarrayas, tortugas, ¡hasta aguavivas!  Compré un coquí un poco más grande con una pavita para un amigo, pero me enfoqué en este que es más pequeño.  Pregunté si lo tenía en color natural, porque los que había en la mesa eran más oscuros, pero para mi sorpresa me ofreció hacerlo en ese momento.  Calculó que se tardaría como 30 minutos, así que decidí seguir viendo otras mesas y regresar luego.  Ni siquiera le pregunté el precio.  Regresé más tarde, pero todavía el parto del coquisito estaba en proceso.  Yo había sacado la mañana para ir a esa feria de artesanías en el Viejo San Juan porque en la medida que puedo, me gusta regalar artículos artesanales hechos por manos puertorriqueñas, así que me dediqué a visitar otras mesas.

Una de las cosas que más disfruto es hablar con l@s artesan@s, quienes se alegran de que nos detengamos a preguntar sobre sus trabajos o simplemente admirarlos.  Como me gusta ir a estas ferias, suelo identificar l@s artesan@s a quienes les he comprado antes y me encanta ver sus caras cuando saben que tengo otras piezas de su hechura.  Luego de un rato, regresé a la mesa de Annie[i], que así se llama la artesana y vi mi nueva criaturita, símbolo de nuestro apego al terruño.  El precio resultó ser más que razonable y saber que lo hizo el mismo día, en el color que quería le añade al encanto de la pieza, que me enternece cada vez que la veo.  Hoy, Día de Reyes, disfruto de mi talla de los Reyes que he tenido por tantos años y del coquisito que simboliza todo lo auténtico y tierno que nos habita.  Espero que siempre les acompañe el espíritu de los Reyes y nuestro coquí.

¡Feliz Día de Reyes!

6 de enero de 2025

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 



[i] Tiene una página en Facebook: Annie Craft and Crochet


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