DEL CONEJO, LA PARGUERA, ELIEZER Y
LAS CONTRADICCIONES
Pisciana como soy, no me cabe duda
de la dualidad que nos habita. En mí hay
un lado organizado, que le gusta ponerle fecha a las cosas, porque si no, se
quedan sin hacer, pero al mismo tiempo tengo un revolú de papeles en varios
lugares, que desmiente eso de que yo pueda ser organizada. Pese a que no le temo a dirigirme a una audiencia
de cientos de personas y me muestro segura de mi misma, no tengo la misma
seguridad en reuniones sociales que me obliguen a sostener una conversación con
desconocidos. Soy muy consciente de que
la valía del ser humano no tiene que ver con su apariencia; suelo estimular a
amigas a no ser tan críticas de sí mismas, mientras en distintas etapas de mi
vida me he recriminado por estar sobrepeso, verme deslucida, perder la
apariencia juvenil e incluso pasar desapercibida, como si fuera
transparente. Nada más lejano a una
persona segura.
Y podría seguir enumerando las
contradicciones que me habitan, como habitan a la mayoría de los seres
humanos. En estos precisos momentos históricos,
vivimos una contradicción política, como la viven los Estados Unidos, tras
seleccionar líderes que no necesariamente reflejan el ideal de un(a) gobernante. Y me limitaré a nuestra querida isla, porque
me causa demasiado desasosiego incluir el horror de lo que se avecina con la
juramentación de ese ser que, si algo ha sido, es consistente en su desprecio
hacia los demás. Dicho sea de paso, resulta
una suprema ironía que la juramentación sea precisamente el día designado para
honrar la memoria del Doctor Martin Luther King, máximo exponente de la lucha
por los derechos civiles. Y acá, ya
juramentó Jenniffer González, quien sabemos enfrentaba a través de sus suegros
una querella por la ampliación de una caseta, casucha, casita o como le quieran
llamar en el área de mangle en La Parguera.
La forma en que se desarrollaron
los sucesos es muy ilustrativa de su carácter, por si todavía había dudas. La gobernadora designó a un tal Waldemar Quiles,
hijo, a dirigir el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA). Algún periodista le preguntó qué pasaría con
la querella contra sus suegros y ella contestó algo así como que la querella
seguiría el curso necesario, pero que no tenía dudas de que no prosperaría por
ser políticamente motivada. Es algo así
como que le preguntaran al juez administrador por un caso criminal ante uno de
los jueces y éste contestara que el caso terminaría con la convicción del acusado
por ser un pillo. ¿Dónde quedó la
abstención, el decoro, vamos, el guardar la forma? Al día siguiente de la designación del
individuo con cara de tonto mayor, por no decir la palabra que me vino a la
mente, nos enteramos que el día de su designación, como si no hubiera un asunto
más importante en el departamento, el susodicho emitió la Orden Administrativa
2025-01. Allí se disponía para el cobro
de algún tipo de arancel a los ocupantes de casetas en La Parguera y al final,
como quien no quiere la cosa, ordenaba el archivo de las querellas contra quienes
estuviesen ocupando los espacios y por supuesto, ahí caía la famosa caseta de
los suegros.
El tipo no hizo más que llegar, ni
siquiera sabía dónde estaba el baño en su oficina y ya había firmado una orden
que le salvaba el pellejo a los suegros de su jefa. Entrevistado después, alegó que ya esa orden
estaba redactada cuando él llegó. ¿Y? Evidentemente ningún jefe de agencia se
sienta a redactar órdenes. Esos
documentos son redactados por abogados de la agencia y se remiten para la firma
del secretario, en caso de que esté de acuerdo.
Nunca he sabido de secretario alguno a quien le hayan puesto un puñal
para firmar una orden o resolución. Yo
misma trabajé en el DRNA y tuve que redactar documentos para la firma del
secretario. Recuerdo una ocasión en que
redacté una resolución tras una vista administrativa y el secretario no la
firmó. Algunos compañeros me preguntaron
si no estaba molesta y respondí que no, porque yo había hecho mi trabajo. Firmar o no una resolución es prerrogativa
del secretario.
En esto de los aspectos legales
puede haber conclusiones de derecho distintas para unos mismos hechos. De eso viven los abogados y no hay nada
incorrecto per se en ello. En lo que hay
algo mal es en ajustar el derecho para favorecer inmerecidamente a una
parte. Resulta anti ético que la
gobernadora hubiese enviado un mensaje directo al secretario de que la querella
no prosperaría. Y eso es lo que
vemos. Sabrá Dios cuantas directrices se
imparten en privado y sin que nos enteremos. El DRNA, departamento con la
misión de velar por nuestros recursos naturales, está en manos de alguien que
no ha sido capaz de hacer un análisis concienzudo de un documento sometido para
su firma. Con esa actitud, no me extrañaría
que si sobrevive -espero que no- apoye la propuesta sometida por el presidente
de la Cámara de Representantes para redefinir la zona marítimo-terrestre.
Las señales que está dando este
gobierno desde tan temprano son preocupantes. La prisa para atender asuntos
relacionados con el ambiente no parece anclada en análisis riguroso, sino en favorecer
determinados sectores. El caso de
Rincón, en el que Eliezer Molina alcanzó notoriedad, es ilustrativo de
esto. Es como si el gobierno PNP, ahora
bajo el mando de Jenniffer en lugar de Pierluisi -el mismo dulce con distinto
palito- estuviese empeñado en asegurar que nuestras costas estén en manos de
los que pueden pagar por la vista al mar para unos pocos en lugar del disfrute
de todos los ciudadanos y criaturas marinas. El surgimiento del fenómeno
Eliezer es una muestra más de estas contradicciones humanas. Nunca he simpatizado con Eliezer -me parece
bocón, irrespetuoso y dado al protagonismo.
Pero eso no me impide ver que sus señalamientos van dirigidos a hurgar y
sacar a la luz los actos corruptos de unos pocos con poder que nos impiden el
disfrute de aquello a lo que todos tenemos derecho.
Durante su primer día en la
legislatura se comportó con decoro, pero ya el otro día volvió a mostrar ese
lado histriónico que tanto le gusta, cuando la mayoría en la Cámara aprobó una
resolución concurrente -la primera en su gestión, para exigirle al Congreso la
admisión de Puerto Rico como estado, en otro acto impulsivo que demuestra dónde
están las prioridades del PNP. En su
afán de querer la estadidad pierden de vista las vicisitudes de este pueblo que
necesita esfuerzos inmediatos para detener la migración, lograr estabilidad energética
y hacer frente a la ola criminal y el trasiego de drogas. Eliezer, fiel a su
estilo sarcástico, manifestó que le votaba a favor a la medida “a ver si nieva”. Puedo entender que alguien vote a favor de la
medida para demostrar que el gobierno de Estados Unidos la ignorará en el mejor
de los casos y en el peor, se burlará de la misma al estilo del que está
próximo a juramentar y que fue capaz de ofrecerle a Canadá ser estado o dio señales
de querer invadir Groenlandia, en un claro acto de desprecio a países soberanos
o bajo la jurisdicción de otra nación.
Lo que no logro entender es por qué
Eliezer sigue en ese camino del cinismo y el protagonismo de show de escándalos,
en lugar de asumir un rol que le gane más adeptos y puedan ver sus causas de
manera objetiva. Quienes buscan el favor
del pueblo deben utilizar medios efectivos para sumar, no restar e incluso
lograr que la causa, en lugar de quien la impulsa, sea la protagonista. Lo
cual me lleva al fenómeno de Bad Bunny, personaje con el cual no simpatizo,
pero que debo reconocer que ha iniciado un camino de contribuir al despertar de
conciencia del país, primero señalando la corrupción en el PNP y luego, con su
último disco, alertando sobre los peligros del desplazamiento y la necesidad de
reafirmar nuestra cultura. He sido
crítica de las letras de sus canciones, llenas de lenguaje soez, pero peor aún,
en ocasiones violentas y peyorativas hacia la mujer. No creo en opinar sin saber de lo que hablo,
así que me di a la tarea de escuchar las canciones del nuevo disco. En su mayoría están llenas de nostalgia hacia
nuestros pueblos y aprecio por nuestros ritmos -bomba, plena hasta boleros de
tríos. Me parece positivo y hasta disfruté de algunas canciones.
Claro está, no faltan las letras
vulgares y con alusiones a los actos sexuales de la manera más gráfica que me
disgustan -sigo pensando que hay actos que deben permanecer en la intimidad. Se ha creado todo un furor con este disco y
ha sido tema de conversación de estos días, junto con el caso de las demandas
corporativas de Daddy Yankkee y su esposa, que no veo por qué tienen que ocupar
tanta prominencia en los noticiarios, junto con las Fiestas de la calle San Sebastián. Y mientras much@s se entretienen con todo
esto, allá en la legislatura y en Fortaleza siguen urdiendo tramas para finalizar
el banquete total. Bad Bunny hace sus
válidos pronunciamientos, mientras en su presentación en Rio Piedras interpretó
la canción Chambea, toda una joya en torno a la violencia y a tratar a
la mujer como un objeto más. Alguien
comentaba el otro día que las letras de las canciones de Bad Bunny no eran
machistas. Pues no sé cómo llamarle a
quien en este último disco se refiere a una mujer, como que es la número 561 en
su vida, o a quien en el anterior aludió a que tenía un yate con 200 cueros.
Nos toca a tod@s estar en alerta -a
separar y apreciar lo bueno que puedan decir Bad Bunny y Eliezer sin caer en
hacerlos santos por sus buenos actos, incapaces de mirar sus grandes
contradicciones. Procede que no nos
entretengamos en el espectáculo mientras los desmanes de una gobernadora y
legislatura borrachas de poder se despachan con la cuchara grande. Nos toca parar las orejas y estar atent@s. El
país está en juego.
18 de enero de 2025
Comparto mucho de tu escrito, hay algo de exageración en el referente a Eliezer Molina y a Bad Bunny, yo voté por Eliezer Molina y me siento orgulloso de ello , ese hombre con sus luces y sus sombras está haciendo lo el PPD , el PIP , Proyecto Dignidad y el mismo PNP no hicieron y jamas haran al igual que Bad Bunny ese muchacho está haciendo más que el mentado DMO y la Compañía de Turismo de aquí, si , pueden mejorar en algunos aspectos pero no seamos ingenuos, los partidos antes mencionados han hecho lo imposible para que Eliezer no llegara , han demonizado a Bad Bunny, pero están ahí , han despertado la consciencia de este país para defender nuestra patria, tendrán algún defecto pero su grandeza está en su trabajo y su trayectoria, lo demás para mi no importa, Ramón Toro Dominicci
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