Datos personales

Mi foto
Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

miércoles, 6 de marzo de 2019

Krippy






KRIPPY


Mi ausencia de sentido de dirección es notoria.  El pasado fin de semana me volví a perder, pero no es de esa perdida de la que voy a hablar –es de mi sensación de estar perdida en este laberinto de contradicciones de nuestra realidad actual.  Leí que el gobernador regaló entradas a estudiantes para asistir al concierto de Bad Bunny.  No me lo estoy inventando.  Vean la página 53 del periódico El Nuevo Día de hoy miércoles 6 de marzo.  Para abundar a la sensación de estar más perdí’a que el hijo de Lindbergh, como diría el gran Demetrio Fernández, hay una cita del gobernador en el artículo que me dejó eleta, pasmada y patidifusa.

Según un comunicado de prensa que cita el periódico, el gobernador dijo que “en esta ocasión, esta oferta musical también apela a un mensaje para nuestros jóvenes, por parte de alguien quien hace unos años cursó estudios también en Vega Baja y en nuestro sistema público de enseñanza.  El esfuerzo rinde frutos y con dedicación y esmero, las metas son alcanzables”.  El mensaje muy bien puede ser que el esfuerzo rinde frutos, pero hay que ver en qué consiste el esfuerzo y cuál es la meta.

Creo que Bad Bunny tiene talento, carisma y una habilidad para rodearse de genios en mercadeo.  Pablo Escobar, el Chapo Guzmán y muchos dueños de puntos en Puerto Rico también, así como varios ejecutivos dizque respetables que logran agenciarse jugosos contratos en el gobierno.  El mensaje no está nada claro para mí.  O tal vez si lo está y estoy en negación. Hace unos días se reportó el éxito que tuvo Bad Bunny en Viña del Mar, una plaza tan difícil de conquistar que la han llamado “el monstruo”.  Decía el reportaje que Bad Bunny cerró el concierto con las canciones Krippy Kush y Chambea. Sobre esta última, ya había opinado, pero baste decir que es una oda a la violencia, salpicada con comentarios denigrantes hacia la mujer.

Como no opino de lo que no sé, busqué en You Tube el vídeo de Krippy Kush, que resulta ser una oda a la marihuana, a hacerse millonario con su venta y cómo se recibe hasta por Fedex.  Para colmo, la letra dice que los maleantes quieren Krippy (del inglés creepy, que quiere decir escalofriante, refiriéndose a una marihuana manipulada genéticamente y tratada con químicos) y las babys/ pu… quieren Kush, que es una marihuana orgánica.

Yo no tengo mayores problemas con que una persona adulta se fume un motito de vez en cuando o que la use para propósitos medicinales.  Con lo que sí tengo problemas es con que a jóvenes que no tienen su mente aún formada se les invite a  escuchar canciones que fomentan el uso y distribución de drogas, la violencia y el trato denigrante hacia la mujer.  Estas canciones no tienen absolutamente ningún socially redeeming value; no son canciones que pinten una realidad negativa para demostrar el daño que todo esto hace.  Todo lo contrario; el mensaje que llevan las canciones es que si vendes droga harás mucho dinero y tendrás muchas mujeres a tu alrededor, que te dejarán que las llames pu… si quieres.  Que el gobernador regale boletos para escuchar esta aberración me parece de espanto.

El mensaje es bieeeen krippy.

6 de marzo de 2019

No hay comentarios:

Publicar un comentario