SANTA CLAUS
Últimamente
tengo mucho tema sobre qué escribir, gracias a las actuaciones de las ramas
ejecutiva y legislativa de la actual administración. Lamentablemente, no ha
sido para bien. Lo más reciente son los salarios
de empleados de legisladores que terminan ganando más que ellos. Ya dos cayeron bajo la investigación
del FBI que culminó en el arresto de Tata Charbonier y Nelson del Valle. Es un esquema que refleja el grado de esmayamiento de estos dos seres, una de
las cuales se hace llamar cristiana. El
esquema consiste en que el legislador le paga un salario que resulta ser por encima de lo que gana el propio legislador
y de ese salario, el empleado le paga una tajada al legislador. Es el colmo de la bajeza, que alguien con
poder, prestigio y un salario que supera lo que la mayoría de los asalariados
en este país reciben, se preste para esto.
Ahora
están saliendo como cucarachas los contratos de personas que los legisladores
seleccionan para hacer ciertas tareas.
El problema no es la contratación; es la falta de justificación para las
tareas que las personas van a realizar y la tarifa que se les pagará. De lo que ha trascendido, el más reciente
caso es el de un tal Manuel Matos Pacheco, que sin tener un bachillerato,
contrató con dos legisladores a razón de $100 la hora por unos servicios que
parecen algo así como los de un soplapote - es decir, para aquéllos que
recuerden el personaje de Don Remigio Rodríguez que hacía Don Cholito, un
Moralito de la vida. Para el último año,
indica el reportaje del periódico que el contratista suscribió contratos con un
tope de 51 horas mensuales por cada legislador. Saque cuenta para que vea lo
que el contratista recibiría si facturara el tope de horas, que con los ejemplos
que se ofrecen, no dudo que así fuese.
Según el
reportaje, facturó $800 en un día por acompañar al legislador en un mensaje del
entonces gobernador, la misma cantidad por asistir a una actividad en dos
escuelas y $900 por actividades de repartición de cajas de juegos a niños y
ancianos. Otra factura de $900 involucra
reportar cuántos focos no estaban funcionando en Orocovis. Hay otros ejemplos
de actividades en Navidad y San Valentíín que hacen a una calcular cuántos
soplapotes presentes en las actividades de repartición de you name it que vemos, estarán cobrando cantidades similares y es
como para que la cabeza nos gire como a la de la película del Exorcista.
El
contratista pretende justificar este recuento de tareas simples, que no
requieren de una especialidad que respalde que se le pague a razón de $100 la
hora, con la afirmación de que es un fajón, que tiene que facturar por lo que
hace. Esto es un insulto a todas las
madres solteras fajonas, que lo que tienen es un trabajito de salario mínimo en
Burger King, en Walmart, en una
cafetería, que se tienen que fajar de verdad levantándose al amanecer, haciendo
malabares para llevar sus niños a cuidar y a veces tienen que suplementar sus
ingresos vendiendo Avon, o haciendo bizcochos, pastelillos, limbers o lo que sea para
sobrevivir. Esas sí que son fajonas y me
quito el sombrero ante ellas.
En mi
caso, yo también fui fajona en mi trabajo, aunque reconozco que es otra manera
de fajarse, hasta cierto punto más cómoda, usualmente en oficina. Yo trabajé como abogada, tras culminar mis
estudios y pasar una reválida. Me
enfrenté a situaciones difíciles de discrimen velado –de ese que no se puede
demostrar. Tuve que lidiar con las tensiones
que produce supervisar un personal que no siempre entiende la importancia de
cumplir con los reglamentos y los jefes que en muchas ocasiones no les
importaba o ni siquiera sabían lo que se hacía en mi oficina. Hace más de 4 años me retiré. Al leer el reportaje de este que cree ser
merecedor de recibir $100 la hora, fui a buscar mis talonarios de pago, para
ver cuál era la tarifa por hora que se me pagaba. Dice el talonario $32.97, que no está mal,
pero es un tercio de lo que le pagan a este señor que no tiene ni bachillerato
y cuyas tareas puede hacer casi cualquiera que piense.
Sin
embargo, hay una justificación que él ofrece cuando se le cuestiona sobre la
factura por repartición de dulces. Dijo
que él a veces no detalla las facturas, así que omitió especificar que en esa
ocasión se vistió de Santa Claus. Ah,
bueno, siendo así…
13 de
octubre de 2020
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