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Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

lunes, 19 de octubre de 2020

A las millas

 




A LAS MILLAS

A mí me gusta disfrutar de las actividades de temporada –eso a lo que nos acostumbramos por tradición: coquito y pasteles en Navidad; ensaladas frescas y vinito blanco bien frío en verano, pavo y postres a base de calabaza en noviembre.  No quiere decir que no los coma en otra época, pero en temporada es como algo que me hace sentir cómoda.  Después de todo, soy bastante predecible y le encuentro su encanto a la rutina, a lo esperado, pese a que he hecho cosas que algunas personas nunca han hecho, como por ejemplo, viajar sola.  Pero esa es otra historia.

Hoy había decidido que desayunaría en un restaurante familiar de esos de cadena norteamericana y tenía antojo de panqueques de calabaza.  Después de todo, estamos a 19 de octubre y puedo recordar aquélla canción de primaria cuando llega el mes de octubre, corro al huerto de mi casa y busco con alegría, tres o cuatro calabazas… En mi casa nunca hubo un huerto ni mucho menos había calabazas sembradas.  Sí había pimientos de cocinar, recao, limones y acerolas.  Mi mamá no hacía postres con calabaza, pero compraba pedazos que usaba para añadir a las habichuelas o la hacía en tortitas.  Yo sí comencé a experimentar con ese vegetal y he hecho pan, cheesecake, arroz con calabaza, sopa de calabaza y vamos, no sigo porque me pongo como el amigo de Forrest Gump y su lista de platos con camarones.  Por fortuna, aquí no tenemos que esperar una temporada para encontrar calabaza.

Llegué al restaurante y al entrar, me topé con un árbol de Navidad completamente decorado.  Ese árbol allí era como estar en uno de esos ejercicios de identificar algo que no cuadra.  Yo hubiera imaginado que tal vez tendrían adornos de calabazas, gatos negros, brujas voladoras, hasta pavos, pero ¿qué hacía un árbol de Navidad en la entrada del restaurante un 19 de octubre? ¿Y dónde estaban las calabazas, que es lo que yo hubiese esperado ver?  Cuando me trajeron el menú, no había ni rastro de algo con calabaza, así que pedí unos panqueques de harina integral con canela, que no estuvieron nada mal.  Mientras esperaba por el desayuno, me fijé que más arriba, frente a mí, habían colocado un gigantesco Santa Claus inflable, que parecía burlarse de esta mujer que osaba cuestionar su presencia cuando esperaba ver calabazas y no su rechoncha figura.



Desde hace tiempo me inquieta este afán de apresurar los acontecimientos, sin que nos detengamos a disfrutar del presente.  ¿Cómo que ponemos árbol de Navidad y un Santa Claus el 19 de octubre –sabe Dios desde cuándo está puesto y yo no lo sabía- si todavía no nos hemos comido los maicitos de dulce, esos tan empalagosos y mucho menos el pavo en noviembre? La vida se nos escapa y no nos damos cuenta, ni siquiera en estos tiempos de pandemia, cuando hemos estado encerrados y poco a poco vamos saliendo.  ¿Será que han cancelado épocas y yo no me enteré? ¿Será que ahora es solo verano en la playa o Navidad?  Vamos a las millas y me siento como Mafalda con su petición de que paren el mundo para poderse bajar.

Una vez terminé el desayuno, le pregunté a la mesera por qué no había nada en el menú a base de calabaza y me respondió que la temporada no había llegado.  True story – no miento. Es como si fuera un chiste.  La temporada de las calabazas no ha llegado, pero Navidad sí.  Anden list@s, que nos desparecen el Día de Reyes, San Valentín, las madres, los padres y si se enteran, hasta el día del cumpleaños.

19 de octubre de 2020


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