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Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

sábado, 27 de julio de 2019

PARTE DE UN TODO









PARTE DE UN TODO

Creo que por el hecho de ser hija única me siento muy cómoda andando sola.  Cuando otras personas necesitan andar siempre acompañadas, salvo excepciones, yo no siento esa necesidad.  Escribir mis ensayos es un ejercicio en soledad, aunque luego los comparto con otros. Como dice un dicho popular, yo misma me canto y me lloro.  En estos días he cantado poco y llorado mucho.

Los horrores que destapó el nefasto chat del aún gobernador y sus más íntimos colaboradores hicieron reabrir la herida que tenía desde María.  Mi herida era pequeña a nivel individual, pero enorme a nivel colectivo.  Sola en mi apartamento lloraba al escuchar los relatos de mis compatriotas que la radio o el periódico revelaban –los pedidos de hijos o hermanos para localizar parientes; los horrores de gente que estuvo a punto de morir ahogada; los encuentros de padres e hijos tras semanas sin poder comunicarse.  Con el tiempo, la vida retomó su ritmo y pese a que sé que aún hay muchos que no han podido rehacer sus vidas, un número sustancial de puertorriqueños se ha levantado con tesón.

Y entonces sale a relucir este odioso chat, tras los arrestos de la secretaria de Educación por contrato y la directora de la Administración de Servicios de Salud, hecho que de por sí es indignante.  Mientras muchos aún luchan por salir a flote, estas funcionarias buscaban beneficiar a unos pocos.  El chat destapó la raíz de este proceder: un profundo desprecio por el pueblo.  Y lloré de rabia, mientras entonaba  una frase de la canción Días y flores, de Silvio Rodríguez: “la rabia coño paciencia, paciencia; la rabia es….mi vocación”.

La rabia se le instaló al pueblo entero y estalló en protestas masivas.  Una de ellas, la del lunes 22 de julio, resultó ser la mayor registrada en nuestra historia.  Y yo estuve allí. 


Me uní a un grupo de amigas, una de las cuales conozco hace años.  Thalía es uno de los seres más solidarios y desprendidos que he conocido en mi vida.  Nos recibió en su casa, para de allí partir.  Al regreso, enchumbás hasta más no poder, nos ofreció toallas para secarnos y cubrirnos, mientras  poníamos la ropa en la secadora.  Hasta Carla, una de sus gatos, se mostró compasiva cuando me vio sin camisa y mojada y procedió a pasarme su áspera lengua por el hombro, como queriendo decir: “déjame secarte un poquito”.

No contenta con el servicio de lavandería, Thalía nos ofreció quesitos, jamoncito (ella es vegetariana, así que esto vale doble) y vino.  Yo pude regresar con ropa seca a casa, aunque los zapatos tardaron día y medio en secarse.  Lo que hizo Thalía nace de lo que verdaderamente somos: gente generosa.  Fueron muchos los residentes del Viejo San Juan que pese a la angustia del ruido cada noche, los gases lacrimógenos y el graffitti en las paredes, ofrendaban agua para calmar la sed o aliviar el ardor en los ojos.  Muchos manifestaron que pese a los inconvenientes, pensaban que era un sacrificio necesario, para combatir un mal mayor.  Y es cierto, las paredes se pintan, pero la corrupción y el desprecio no se pueden borrar.

La noche del día 24 resultó una angustiosa.  El aún gobernador prolongó la agonía de un pueblo que esperaba con ansias un desenlace favorable.  Era como estar con un paciente en sala de intensivo, esperando la muerte liberadora.  Yo ansiaba ese momento y hasta había comprado una botella de champán unos días antes, para celebrar el momento.  Yo, que suelo irme a dormir a las 9 ó 10 de la noche, esperé hasta eso de las 11:40 para escuchar las ansiadas palabras.  Cuando ocurrió, no sentí la alegría que pensaba sentir.

Yo no sé si es la conciencia de que esto es sólo el comienzo, o el saber que estoy viviendo un momento histórico, pero más que alegría, siento una profunda emoción.  Este pueblo, al que muchos han llamado ñangota’o, dócil, aguantón, sometido o bocabajo y ha sido objeto de burlas por otras naciones, finalmente se sacudió y tiró la raya –hasta aquí. Te metiste con mi casa, con mis familiares, con mi salud económica, física y emocional y sobre todo, con mis muertos.  Como una mujer maltratada que al fin saca fuerzas, este pueblo dijo no más.

En estas dos semanas se juntaron todos los grupos sociales y generacionales y se alzaron en una voz.  Seguiremos teniendo diferencias, pero nos hemos unido en un propósito común: denunciar y sacar del poder a quienes la fallan de manera descarada a un pueblo que estaba en el piso tras María.  Hemos sacado fuerzas de donde no recordábamos que las teníamos para decir basta ya.  Esta patria chiquita le dio lecciones al mundo entero.

Tras la salida prometida, el Viejo San Juan, escenario de la lucha por desterrar al villano fue duramente golpeada, pese a que grupos ciudadanos se lanzaron cada mañana a ayudar en las labores de limpieza, pero su economía se ha visto afectada, ya que muchos negocios no podían operar, aparte de los cruceros que no pudieron atracar en su puerto.  Al llamado para que acudiéramos a hacer compras y disfrutar de sus restaurantes, acudí hoy, solita, para poder disfrutar de la ciudad que siento como una parte de mí, aunque nunca he vivido en esas casas que muy bien Don Ricardo Alegría logró fueran preservadas.  No obstante, son muchas las veces que he recorrido sus adoquinadas calles y contemplado el mar, sentido la brisa y disfrutado de sus delicias culinarias.

Decidí comenzar mi recorrido por el Paseo La Princesa, donde suelen apostarse artesanos.  En efecto, allí vi un artesano que trabaja en metal repujado sobre madera y me detuve a hablar con él, pues lo había visto en un programa sobre nuestra cultura.  Luego hablé con una artesana que trabaja vidrio sobre madera –me vi tentada a comprar una pieza, pero luego pensé en que ya me queda poco espacio.  Seguí caminando hasta llegar a la carpa de un artesano que realiza trabajos en madera sobre la que escribe y coloca piezas de vidrio.  No me pude resistir a una de ellas –ya veré dónde la coloco.



              


              

Continué mi ruta hacia la puerta de San Juan y me admiré del mar en pura calma –ese mar sobre el que unas embarcaciones escenificaron una protesta marítima, porque la inventiva del puertorriqueño se lució como nunca en estos días.


Subí hacia la estatua de la Rogativa, pera ver la entrada a la Fortaleza.  Todo en calma y pocos policías.  En la subida, un tronco pintado con nuestra bandera en jirones, como le quedó la vida a muchos de nuestros hermanos, mientras el aún gobernador y su grupo más cercano gozaban de privilegios y se burlaban del pueblo.  










Tomé la foto que he tomado en varias ocasiones –una perspectiva de la Puerta de San Juan y la Fortaleza, pero esta vez se sentía distinta.  Esta vez la estamos mirando con el convencimiento de que quien la habite, deberá asegurarse de que cumple con la voluntad del pueblo, porque ya no somos los mismos -ya no aceptamos ciegamente las versiones oficiales.



Subí por una pequeña y tranquila calle en dirección a la Calle del Cristo y antes de llegar allí me asomé a observar la entrada principal de la Fortaleza, en la calle que lleva su nombre.  Sentí que su actual morador  no se ha dado cuenta aún de lo que ha ocurrido. No quisiera estar en sus zapatos si alguna vez se da cuenta.  Debe ser horrible percatarse de que alguna vez tuvo la oportunidad dorada de dirigir un país y lo echó todo por la borda debido a actitudes inmaduras y terminó siendo rechazado por quienes una vez consideró inferiores.  Debe ser horrible además, tener que huir del país y sentirse que su vergüenza pública lo persigue, incluyendo la sombra de su padre.

Llegué hasta la Capilla del Cristo, que estaba abierta y entré a hacer una pequeña oración, que es algo que suelo hacer cuando estoy de viaje. 


Hoy estaba de turista en mi propio país, viéndolo con nuevos y admirados ojos.  Di gracias por este despertar, este nuevo país que ha nacido en dos semanas y me dirigí a almorzar en un restaurante que me encanta – Verde Mesa.  Su ambiente es como de un pequeño restaurant francés y tiene un menú que representa una re - interpretación de lo conocido, como por ejemplo el plato que ordené –serenata con bacalao.  A la vista no se parece en nada y al probarlo, se reconocen los sabores, pero con elementos distintos.  Me parece una metáfora del país que recién descubrimos – no se parece en su forma externa –dejó la docilidad atrás, pero retiene su esencia noble.  Somos distintos y al mismo tiempo, seguimos siendo quienes somos.

Salí satisfecha del restaurante y me dirigí a la librería Laberinto, donde compré dos libros.  Decidí emprender el camino de vuelta con una contentura muy particular.  Estaba sola, pero al mismo tiempo conectada a este país que amo tanto y sintiéndome aún mas orgullosa que nunca de ser PUERTORRIQUEÑA.

27 de julio de 2019


martes, 16 de julio de 2019

TOCAN A LA PUERTA







TOCAN A LA PUERTA A MEDIANOCHE


No, no voy a dirigirme a la posibilidad de que el FBI toque a la puerta de más funcionarios o contratistas gubernamentales.  Me refiero  a otra puerta y otra medianoche.  Hace mucho tiempo que siento una profunda admiración por la figura del Dr. Martin Luther King, paladín de los derechos civiles que era también pastor de la iglesia Bautista.  Aparte de su capacidad para mover a las masas con su potente voz y su verbo inspirador, era un gran estudioso de temas de psicología, filosofía y literatura.  Adentrarse en sus escritos es como recibir grandes lecciones.  Acudo a la lectura de sus sermones o discursos cuando quiero recibir inspiración y obtener claridad en mi pensamiento.

El día que el gobernador regresó la semana pasada de sus vacaciones en Europa, citó a una improvisada y limitada conferencia de prensa en la que pidió perdón por las expresiones que él y sus asesores hicieron en el despreciable chat que jamás pensó saldría a la luz pública.  En ese momento todavía no habían salido a relucir más horrores, que fueron apareciendo poco a poco.  Lo que salió a la luz pública denota un total desprecio a la dignidad humana; denota que para la “manada azul” nada es sagrado, ni siquiera el dolor de los que perdieron seres queridos durante el huracán María o los que aún aguardan por la entrega de un cadáver.

Tras las horribles revelaciones, el gobernador seguía reiterando que había pedido perdón.  El domingo se difundió una grabación y varias fotos del gobernador en una iglesia, donde afirmaba que se humillaba ante la congregación.  Estoy convencida de que pocos creen en la legitimidad de esta aparición. Ayer, en una entrevista radial que fue evidentemente manipulada, quedó demostrado que el modus operandi de “la manada” es “business as usual”.  Hoy, tras una intensa jornada de protestas, convocó a una conferencia de prensa que duró como dos horas.  Comenzó por lo que no sorprendió a nadie: condenar los actos violentos de la protesta, para luego reafirmar que continuará trabajando, porque está siguiendo el mandato del pueblo que lo eligió.  La respuesta a cada pregunta incisiva que hicieron muchos de los periodistas será analizada extensamente durante los próximos días, pero queda claro que el gobernador está enajenado, insistiendo en que no violó la ley y que seguirá en su puesto.  Ayer su padre anticipó esto, cuestionando a una joven que lo abordó preguntándole si ella nunca había usado palabras soeces en conversaciones privadas.

No se trata de las palabras soeces, insultantes y peyorativas.  Se trata de que el chat reveló definitivamente posibles violaciones de ley, persecución a personas por sus creencias y una profunda oscuridad en el alma de los participantes.  Yo creo en el perdón.  De hecho, el verdadero perdón de parte del agraviado ocurre sin que sea necesario que el ofensor lo pida.  Todavía tengo demasiado coraje, pero soy capaz de perdonarlo en un futuro –ello no lo exime de responsabilidad, ni lo rehabilita para poder gobernar.  Lo que no puedo es creer en la sinceridad de este arrepentimiento, porque no se ha acercado a mirar la profundidad de su oscuridad.

Martin Luther King pronunció un sermón al  que se le ha denominado “A knock at midnight”, aludiendo a un versículo de San Lucas que relata la historia de un hombre que se detiene a la puerta de un amigo a la medianoche para pedirle tres hogazas de pan porque espera a unos viajeros y no tiene nada que ofrecerles.  Pese a la negativa del dueño de la casa el hombre sigue insistiendo hasta que finalmente logra que le abran la puerta. El Dr. King entra entonces a establecer un paralelismo entre esa noche oscura y la medianoche en que está sumida la humanidad.  Dice el Dr. King que la medianoche es la hora en que el hombre moderno “busca desesperadamente obedecer el onceavo mandamiento: no serás descubierto. De acuerdo a la ética de la medianoche, el pecado cardinal es ser descubierto y la virtud cardinal es pasar.  Está bien mentir, pero hay que hacerlo con estilo”.

Estas palabras son de aplicación a la situación del gobernador.  Jamás pensó que sería descubierto y ahora busca  cómo el pueblo le deja pasar esta, porque ya le ha dejado pasar tantas otras.  El pueblo ha tocado insistentemente a su puerta, buscando lo que el Dr. King llama el pan de la fe, el pan de la esperanza y el pan del amor.  Pero nos ha negado la fe en que los gobernantes actúan de manera honorable en beneficio del pueblo.  La gente se ha vuelto cínica y muchos han perdido la fe no sólo en él, sino en cualquiera que asuma el poder.

Se nos ha querido robar la esperanza de un futuro prometedor; un futuro en que haya respeto, se suplan las necesidades básicas y se garantice un trato digno.  Finalmente, se nos ha privado del amor que implica respeto por las diferencias.  La traición final ha sido burlarse de nuestros muertos en un ejercicio de supremo cinismo que nos estremece.  Aunque el Dr. King se refiere a la iglesia, la analogía es perfectamente aplicable al gobierno, pero resulta interesante leer algunas referencias que nos hacen reflexionar sobre el rol de esa iglesia a la que el gobernador acudió como parte de su estrategia.  Dice el Dr. King que “La iglesia debe recordar que no es dueña ni sirviente del estado, pero sí su conciencia.  Debe guiar y ser crítica del estado y nunca su herramienta”.  Afortunadamente, varias iglesias ya han hecho lo que corresponde.

Continúa diciendo el Dr. King que muchos siguen golpeando la puerta de la iglesia, porque saben que el pan de vida está ahí.  Parafraseando al Dr. King, los puertorriqueños siguen tocando a las puertas de Fortaleza porque saben que el pan de un verdadero gobierno está ahí, aunque su actual ocupante no haya sido capaz de darlo.  Y seguirán tocando hasta que se vaya.  Al final, prevalecerá eso con lo que el Dr. King cierra su sermón: “El amanecer llegará.  La desilusión, la angustia y la desazón nacen a la medianoche, pero a eso le sigue el amanecer”.

16 de julio de 2019

Nota: Para los que quieran leer más sobre los escritos del Dr. King, les invito a entrar a https://kinginstitute.stanford.edu/



sábado, 13 de julio de 2019

La palabra...











LA PALABRA, LA ACCIÓN Y LAS ENSEÑANZAS

Hablaba yo ayer de la importancia de que nuestras acciones sostengan lo que decimos, en medio de una tarde de diálogo sobre las deleznables palabras del gobernador y sus más allegados colaboradores en el nefasto chat que ya todo el país conoce.  Le relaté a mi interlocutor una experiencia con una conductora de Uber con quien sostenía un ameno intercambio.  Ella me contaba que había asistido a una actividad en un lujoso complejo que, pese a múltiples protestas, se construyó en lo que no sólo yo, sino el entonces Secretario de Justicia Roberto Sánchez Ramos mediante opinión concluye se ubica al menos parcialmente en zona marítimo terrestre.   Por ende, son terrenos de dominio púbico no sujetos a enajenación.  En palabras simples, los terrenos le pertenecen al pueblo y no pueden pertenecer a una persona en particular.  Pese a lo que considero una joya de opinión, lo que allí se planteó no prevaleció y el resultado es que la conductora de Uber y un montón de puertorriqueños van a un lugar que se considera “in” a disfrutar de lo que parece ser muy buen ambiente.

Cuando le dije a la conductora que yo no pisaba el lugar por una cuestión de principios –sigo creyendo que allí no debió construirse nada- me dijo que yo me estaba perdiendo algo muy bueno.  Puede ser, pero lo que no quiero perder es mi convicción.  No puedo patrocinar algo que creo que va en contra de principios elementales de bienes que son para el disfrute de todo el pueblo y no de unos pocos. Esta mañana ocurrió otro suceso de esos en los que debo poner a prueba mis convicciones.  Además, sentí la necesidad de dejar saber la carga negativa que tienen las palabras, que impiden que a much@s de nosotr@s algo nos parezca gracioso simplemente porque esté escrito de manera ingeniosa o lo ridículo de la situación.

Esta necesidad de expresar mi descontento con los chistes que no son graciosos porque denigran a seres humanos me ha traído dificultades y sinsabores.  Me han dicho que no tengo sentido del humor, que no hay nada malo en reírse de situaciones serias, porque con ello se libera estrés (hmmm-¿les suena familiar?), que no ven nada malo en el comentario, etc.  Dediqué poco más de quince años de mi vida a combatir el discrimen, ofreciendo charlas al personal de la agencia para la cual trabajaba.  Muchas veces, el mensaje que llevaba caía en oídos sordos, pero nunca dejé de llevarlo.  De hecho, a tres años y medio de haberme retirado, sigo llevando el mensaje, porque es un compromiso de vida. 

He solicitado hablar con gerentes de supermercado para indicar que los vehículos de la empresa están estacionados en espacios de personas con impedimento.  Continúo escribiendo sobre temas de hostigamiento sexual, hago recomendaciones sobre cómo debe modificarse el lenguaje para evitar herir sensibilidades.  La semana pasada  una persona que me brindaba un servicio y quería dar un ejemplo en torno a personas que no estaban capacitadas para llevar a cabo determinado trabajo se refirió a ciudadanos de cierta nacionalidad en términos de que no poseían las destrezas necesarias.  Con paciencia, le expliqué que él en realidad no quería decir que los oriundos de ese país no tenía esas destrezas y le afirmé “usted no dijo lo que dijo".  Él entendió y me respondió “es cierto, no lo dije”.  Con eso, llevé el mensaje y creo que la lección quedó aprendida.

Las recomendaciones no siempre son bien recibidas.  Cuando trabajaba, había empleados que me decían claramente que no opinaban lo mismo que yo, a lo que yo respondía que podían opinar lo que quisiesen, pero que lo importante era que conocieran la ley que prohibía el hostigamiento sexual.  A modo de ejemplo, les indicaba que una persona podía opinar que rotular determinado tramo de la carretera para ser transitado a 35 mph era ridículo, pero si infringía la ley, estaba sujeto a una multa.  Ahora que ya no es mi responsabilidad hacer recomendaciones, me siento compelida a seguir haciendo las denuncias que creo pertinentes.

Esta mañana me sentí obligada a reaccionar a una promoción vía redes sociales de un restaurante que me gusta mucho, en la que usaban parte del chat como si algunos de sus participantes estuviesen discutiendo asistir al restaurante.  Sin lugar a dudas, es ingenioso –de eso no hay duda.  Pero la podredumbre que se ha develado en el asqueante chat no me permite tomar a broma su contenido.  Manifestada mi incomodidad, me expresé en privado y el dueño del restaurante me contestó, cortésmente, que no se sintió obligado a responderme; que otros habían entendido el comentario (es decir, que yo no lo entendí) y que las redes sociales utilizan medios no convencionales para llevar un mensaje.  En esto último estamos de acuerdo, pero el problema es que se lleva un doble mensaje – por un lado se quiere lograr un impacto.  El mensaje que hay detrás, sin que el que lo divulga esté necesariamente consciente, es que toma a broma asuntos que son muy serios, en aras de la publicidad.  Y no es solamente el que divulga el mensaje quien no se da cuenta; muchos de los que lo leen tampoco.  Por eso estamos como estamos.

Lo que ha salido a relucir del odioso chat muestra un combete  de macharranes embriagados de poder que  se burlan de las mujeres y las ofenden, que buscan acallar las voces de los que no comulgan con sus ideas, que urden tramas para aniquilar reputaciones; en fin, son actos despreciables.  Si yo tuviera un negocio, ni de broma querría que se asocie con lo que allí se dice.  Manifesté mi incomodidad y el dueño del restaurante afirmó no ver nada incorrecto en su post, por lo que allí permanecería.  Es mi mayor deseo que en algún momento pueda ver mi punto de vista, pero independientemente de ello, dije lo que necesitaba decir.

Hace unos minutos entré a la página del restaurante y no vi el post.  Ojalá que el dueño haya decidido retirarlo. Yo suelo patrocinar los negocios locales y me daría mucha pena  no seguir patrocinando este.  Es mi forma de poner la acción donde pongo la palabra.  Creo firmemente que poco a poco vamos haciendo camino al andar.  Mi esperanza es que en algún momento, se comprenda el mensaje, pero el hecho de que no ocurra no quiere decir que vaya a dejar de emitirlo. Los tiempos exigen que no nos hagamos cómplices con el silencio.  Es necesario denunciar lo que está mal. Hay temas que no deben ser objeto de chistes: la violación, el hostigamiento sexual, la raza, el origen nacional, la orientación sexual, la muerte de seres humanos e incluso, de animales.  Si usted no se siente preparado para denunciarlo, por lo menos no se ría de una burla que  como mínimo  es discrimen y en última instancia, violenta algo sagrado – la dignidad del ser humano.

13 de julio de 2019


viernes, 12 de julio de 2019

El chat









EL "CHAT" DE DORIAN GRAY

Hace años que se me quedó grabada la historia del retrato de Dorian Gray a través de una adaptación fílmica de una novela de Oscar Wilde.  Es una película  de 1945, así que debo haberla visto por televisión en uno de esos matinés que pasaban de películas viejas, seguramente doblada al español. No recuerdo detalles, pero el impacto del mensaje ha permanecido conmigo y hoy se me reveló como una gran lección para nuestros tiempos. En la historia, un joven muy atractivo comisiona a un pintor para que le haga un retrato.  La obra reflejó todo el atractivo del joven, dejando plasmada su impresionante y atrayente imagen, plena de juventud, vigor y sensualidad.  Por razones que no recuerdo, el retrato fue a parar al desván, donde permanecía oculto a la vista de todos.  El cuadro tenía la particularidad de que mientras su dueño permanecía joven y hermoso pese al paso de los años, la imagen se iba transformando.

El retrato que permanecía en el desván no sólo se transformaba para reflejar el paso de los años, sino tal vez de forma más significativa, reflejaba los malos comportamientos de su dueño.  Casi al final, Dorian Gray descubre que su retrato reflejaba una imagen grotesca, que denotaba no solo fealdad, sino también pura maldad. El cuadro en el desván mostraba su verdadera esencia corrompida, que no se revelaba en el cuerpo que ante todos permanecía atractivo.

En esta semana ha salido a relucir que el gobernador de Puerto Rico se comunicaba a través de un chat con sus más íntimos colaboradores, entre los que hay “expertos” en comunicaciones, sobre temas diversos.  Lo que revelan las comunicaciones es que el tono sería tal vez entendible si proviniese de adolescentes burlones, pero se hace difícil comprender cómo hombres –porque todos en el chat son hombres- que deberían estar discutiendo asuntos serios, se intercambian memes, hacen burla a personas por su apariencia, orientación sexual o por el simple hecho de que son mujeres.  El gobernador y otros denotan su desprecio a los miembros de la Junta de Supervisión Fiscal, que vamos, no es que hayan ganado un concurso de simpatías, pero debe haber un respeto mínimo a los cargos, sobre todo si se hace necesaria la comunicación con sus componentes. Lo que colmó la copa fue ver que el propio gobernador llamó pu*a a la ex concejala por Nueva York, Melissa Mark- Viverito.

Ya el pueblo estaba agobiado por los arrestos federales a, entre otros,  Julia Keleher,  ex secretaria de educación por contrato  y de Alberto Velázquez Piñol,  personaje de quien se conocía poco, pero que sin ser funcionario gubernamental, parece ejercía grandes influencias en varias agencias. Y lo triste es que esto no acaba aquí.  Se esperan más arrestos, que pueden ser a altos funcionarios, como a otros personajes que no ocupan ya puestos, pero que como muchos mencionan insistentemente, ejercían gran influencia –léase Elías Sánchez.  Y por supuesto, el gobernador indica desconocer de estas influencias, lo cual nos trae el nefasto recuerdo de la administración de su padre, bajo la cual resultó convicto por corrupción el entonces secretario del Departamento de  Educación, el tristemente recordado Víctor Fajardo.

El odioso chat pone de manifiesto la verdadera naturaleza de los que tienen en sus manos atender los asuntos de este país.  Es como para indignarse primero y llorar después, o viceversa.  El gobernador pidió perdón, pero el problema es que lo que dijo no se puede borrar.  La herida ya está y no se trata de que diga, como  un niño a quien lo sorprenden en la travesura, “prometo que no lo vuelvo a hacer”.  Lo que  dijo refleja un lado demasiado oscuro de su persona.  No es lo mismo “hablar malo”, que referirse de forma despectiva con respecto a otra persona.  Lo que ha dicho con respecto a Mark-Viverito denota un total desprecio hacia una mujer por el hecho de defender una causa distinta a la suya.  Es igualmente ilustrativo que la expresión de Erik Rolón, uno de los allegados en Fortaleza que exigió lealtad al gobernador, seguido por la expresión de Anthony Maceira de que a los que no siguieran la norma le iban a “volar la cabeza”.  Es como si estuvieran en una de aquéllas películas de Clint Eastwood de la serie “The good, the bad and the ugly”.  Puedo pensar en varios que podrían representar “the bad” y “the ugly”.  Sobre quién representaría “the good”, creo que necesito mucho tiempo para pensar.

La palabra es muy poderosa.  Con ella podemos expresar lo que sentimos.  Cierto es que a veces no usamos la palabra adecuada, pero cuando no refleja lo que quisimos decir, buscamos enmendar y encontrar la palabra apropiada.  Creo que casi todos nosotros hemos usado “malas palabras”. De hecho, yo usé una en Facebook el otro día, pero no era dirigida a una persona, sino un reflejo de mi coraje y frustración.  Ha habido momentos en mi vida –hace muchos años- en que he hecho chistes inapropiados y lo he reconocido, sobre todo porque me he dado cuenta que detrás del lenguaje ingenioso hay algo que le falta a la dignidad de la persona y eso no refleja lo que yo creo. Y de inmediato enmendé mis acciones, independientemente de que estuviese en círculos íntimos o no. No sólo no hago chistes que violen la dignidad de una persona, sino que  los rechazo cuando otros los hacen. Nuestra conducta tiene que reflejar aquello en lo que creemos.

De verdad me ha parecido que necesitamos un acto de contrición colectivo. A riesgo de sonar cantaletera (soy digna hija de mi madre), no podemos seguir aceptando que exponentes del género del trap se refieran a las mujeres como pu*as, o que ensalcen la violencia y las drogas - lo excusamos como algo normal, mientras nos horrorizamos por lo que dijo el gobernador, quien dicho sea de paso, recibió en su casa al máximo exponente del género a horas inusuales.  Muchos, pero no tantos, se expresaron en contra de esto.  Tenemos que adecentar la manera como nos expresamos a diario en las redes sociales.  Es frecuente ver los ataques personalistas, bajunos hacia personas que meramente expresan una opinión distinta

Tenemos que exigir respuestas coherentes cuando las explicaciones que se ofrecen no nos convencen.  Los empleados públicos no deben acatar órdenes ciegamente, cuando sospechan que algo no anda bien. Whitefish y Cobra, el nombramiento de Keleher –que no era empleada, sino  contratista -con compensación astronómica, los desmanes de Héctor Pesquera, el misterio de los vagones , el juego de pies con Donald Trump, el ridículo del avión de García Marín, los contratos exorbitantes de BDO y otros ocurre porque lo hemos permitido con nuestro silencio. Parafraseando al juez Serrano Geyls (Q.E.P.D.), el elector o el empleado público no debe ser tan ingenuo como para creer lo que nadie creería. Si queremos que el gobernante represente la dignidad de su cargo, tenemos que empezar por examinar nuestra conducta.  Tristemente, él es reflejo de un número sustancial de la sociedad que no solamente lo eligió, sino que aún luego de lo sucedido, lo defiende a capa y espada.  Algo similar ocurre con Donald Trump.

Voy a echarle una miradita a mi retrato en el desván, a ver cómo está. Me encantaría ver los de los participantes del chat, aunque luego tenga pesadillas.

12 de julio de 2019


martes, 9 de julio de 2019

Pesadilla









PESADILLA

Yo no tengo hijos.  Pese a ello, puedo aproximarme –nunca  comprender del todo- a contemplar el horror que debe representar la pérdida de su criatura para una madre o padre.  Me parecen particularmente dolorosos esos casos de una muerte totalmente inesperada –esos en que la persona ha visto en la mañana a ese ser que engendró y por la tarde ya no está.  Es doloroso siempre, pero en el caso de los hijos se multiplica, porque entra en función todo lo que pudo haber sido y a destiempo ya no será. Y resulta que el más reciente caso me angustia, me persigue y me deja pensando varias veces al día en el dolor inconmensurable de una familia cuyas vacaciones se convirtieron en una pesadilla.

Un crucero -la fantasía de muchos  para escapar del trajín diario, hacer o no hacer lo que les venga en gana.  Flotar en el mar, dejándose llevar de un destino a otro por alguien que asume todas las tareas y nos alimenta, en compañía de nuestros seres más queridos.  Hay quien ahorra por años para tomar unas vacaciones como éstas. Para muchos norteamericanos que nunca han visto el mar, nuestra isla y las circundantes es algo que se le parece mucho a su idea del paraíso.  Yo me imagino que la familia que llegó a San Juan en un enorme crucero el pasado domingo tenía grandes expectativas en torno a ese viaje.  A base de lo que leído, se trata de un matrimonio con dos hijos –un niño de unos 10 años y una niñita de año y medio –la edad de la hermanita que perdí- que viajaban con los abuelos maternos y paternos.

Dice el espeluznante relato que el abuelo se asomaba con la niña en brazos por una ventana en un piso muy alto de esa mole que puede ser un mega crucero de esos en los que fácilmente me puedo perder, cuando ella se le resbaló y cayó sobre el muelle de cemento. Yo, que no conozco  a esta familia, me angustio.  Esos segundos en los que el abuelo siente como pierde el agarre, tal vez piensa lo puede recobrar y luego se percata que ya la niña ha caído.  La angustia de la madre y del padre; del resto de la familia, es algo que me estruja el corazón.  La tragedia tendrá varios capítulos – el sentido de culpa, las recriminaciones, la soledad del hermano que sobrevive, ese cuestionarse por qué el abuelo cometió esa torpeza, por qué le permitieron cargar la niña, por qué hicieron el viaje, por qué se movieron a ese piso, por qué, por qué…

Yo he tenido varias pesadillas, pero tras unos momentos de angustia, sé que fue solo eso y puedo continuar con mi vida.  Para esta familia, la pesadilla apenas comienza.  Desde lo más profundo, lo más humano, lo más espiritual de mi corazón, elevo una oración para  que la luz de Dios les rodee, el amor  de Dios  les envuelva, el poder de Dios les proteja y la presencia de Dios vele por ellos durante todo el triste camino que les toca recorrer.

9 de julio de 2019