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Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

viernes, 18 de mayo de 2018

LA CULPA ES DEL GUACAMOLE



LA CULPA ES
 DEL GUACAMOLE

Ayer recibí una respuesta de esas que logran sacarme de balance y perder un poco de mi paz, porque parece un asunto tonto, pero no lo es. Ejemplifica una tendencia cada vez más generalizada a transferir la culpa a otra persona y no asumir responsabilidad por nada.  Es peor que la frase de la culpa es huérfana, porque se identifica como culpable a un ente separado de nosotros que a veces ni sabe que se le achaca una culpa realenga.

Yo había decidido acudir a la meca del consumismo, en un arranque de banalidad, porque sentía que últimamente me estaba privando de algunos pequeños lujos.  Tras dar vueltas y no toparme con nada que llamase poderosamente mi atención, me detuve a almorzar, anticipando una fría copita de vino para acompañar un plato con mariscos.  El joven que me atendió parecía no estar muy familiarizado con el menú, pero finalmente me decidí por unos tacos de langosta.  El vinito tardó bastante en llegar y los tacos, ni se diga.  Cuando finalmente llegaron, estaban fríos.  Como ese día estaba en plan de complacerme, me quejé, porque me gusta mi comida bien caliente. 

Tras otra espera, regresó el plato igualmente frío.  En este punto estaba molesta y peor aún, hambrienta, lo que me hace candidata ideal para el anuncio de Snickers (no eres tu cuando tienes hambre). Lo que colmó la copa fue que el mozo, al recibir mi queja por la comida fría, me dijo que eso se debía al guacamole -o sea, que la culpa es del guacamole.  Ese cuento se lo pudieron haber hecho a una persona que no cocine.  El asunto es sencillo: usted mantiene las tortillas y la carne calientes, hasta el momento preciso de servir, cuando añade todos los elementos y los sirve pronto, de forma tal que la temperatura de unos no afecte la de otros.

Como tenía tanta hambre, me comí un poco más de la mitad del plato, pero en un punto no seguí porque dejó de ser una experiencia agradable. Por fortuna, el gerente acudió a la mesa y no estaba en plan escapista.  Me dijo que le informaron que la comida no me gustó, lo cual es inexacto.  No es lo mismo que la comida tenga mal sabor a que esté fría.  Se disculpó y me descontó el plato de la cuenta, lo cual al menos, resulta algo positivo.

Me parece que esta experiencia debe servir de lección a muchas empresas, incluyendo el gobierno, que últimamente no pega una.  La lista de culpas ajenas es interminable.  En el caso de Whitefish, el gobernador dijo que no sabía que Ricardo Ramos se había disparado solito la maroma de contratar a una firma sin experiencia por tan sólo unos 300 milloncitos –vamos, una ganga.  Con los miles de semáforos que no funcionan, el secretario del DTOP ha dicho que esperan por la AEE y estos dicen que el DTOP no les informa para coordinar energizarlos.  Tengo uno a pasos de mi casa que no requiere coordinación con AEE porque ni siquiera hay semáforo –se lo llevó María.

Y ya que menciono a María, esta es la culpable ideal para todo.  En abril de este año planteé ante la Oficina de Ética que una carta mía de febrero de 2017, es decir, hace más de un año, permanecía sin contestar, mientras que por otro lado me requerían unos informes que alegaban yo no había rendido.  La respuesta de la empleada fue que debido a María todo se había retrasado.  ¡Pero si María fue en septiembre y mi carta es de febrero del 2017!  Menos mal que en ese momento no tenía hambre.

Hace unos días acudí a las oficinas de la AEE porque pese a que facturaron en diciembre y enero, es decir, después de María, desde esa fecha no recibo factura y tengo temor de recibir una de cantidades astronómicas.  Tras esperar casi dos horas, la joven que me atendió me preguntó si le llevé foto del contador.  Me gusta tomar fotos extrañas, pero la verdad nunca me he visto motivada a retratar el contador de luz –un aparato bastante feo, por cierto.  Me dijo que no podía hacer nada, porque no había lectura del contador.  Si le hubiese llevado la foto, habrían podido hacer el cálculo y facturar.  No me lo dijo, pero el razonamiento era que yo tenía la culpa por no haber llevado la foto  del contador.

Esta repartición de culpas no es exclusiva de esta administración, aunque parecen haber perfeccionado el arte.  Hace unos años, creo que bajo la administración de Aníbal Acevedo Vilá, debía localizar un expediente de un caso que mi oficina había trabajado y referido a otra división para el trámite conducente a aplicar medidas disciplinarias por una situación de hostigamiento sexual.  El empleado de la oficina que debía realizar el trámite me dijo que no había podido localizar el expediente.  La culpa, claro, es del expediente que no se deja localizar. Al mostrar mi molestia porque el expediente se había perdido, me dijo Licenciada, el expediente no está perdido, es que no ha podido ser localizado. Me imagino esos cubículos destinados a objetos perdidos, que bajo esta teoría ahora serían cubículos de objetos que no han podido ser localizados.  La serie Perdidos en el espacio se llamaría Sin poder ser localizados en el espacio.

Ayer vi una entrevista con el  director del Centro Comprensivo de Cáncer, designado por García Padilla, en la que le preguntaron por qué se inauguró dicho centro si todavía no estaba listo. El respondió que era el director, pero el gobernador le dijo que quería inaugurarlo y si el gobernador le dijo eso, ¿qué usted quería que yo hiciera? O sea, la culpa es del ex gobernador y él como médico y profesional que se debiera respetar a sí mismo, no podía hacer nada.

Y todos los días se señalan nuevos culpables, pero hasta ahora no he oído decir a representantes del gobierno que la culpa es del guacamole.  Deberían intentar esta nueva excusa, a ver quién se la traga.

18 de mayo de 2018

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