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Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

lunes, 7 de mayo de 2018

CHAMBEANDO Y AMANDO DURO




CHAMBEANDO Y AMANDO DURO

Me considero una persona de mente abierta.  Tengo amistades que rehúsan escuchar cualquier cosa en el género del hip hop, reguetón o música urbana.  Como excepción, puedo escuchar algunas canciones de Daddy Yankee y Calle 13.  Eso no quiere decir que me gusten todas sus acciones o modo de conducirse en público, pero hay contenido y talento en sus canciones.  La canción Despacito, un dúo de Luis Fonsi con Daddy Yankee, tiene excelente ritmo y una letra que si bien es un tanto fuerte en algunas líneas, no llega a cruzar del todo esa finísima línea entre  lo risqué y lo patentemente ofensivo, de mal gusto e incluso denigrante.  En tiempos recientes hemos visto como el género urbano ha evolucionado -o tal vez deba decir degenerado y culmina en algo llamado trap. 

Gracias a la tecnología, puedo buscar en ciertas aplicaciones cualquier canción e incluso, ver los vídeos de aquellas que han alcanzado popularidad.  Creo firmemente que no se puede hablar de lo que no se conoce, así que me di a la tarea de buscar la canción Chambea, de un joven que se denomina a si mismo Bad Bunny.  Lo he visto en programas de entrevistas regulares y aparte de su indumentaria para mi estrafalaria, pensaría que es un joven tranquilo, respetuoso.  Verlo en acción en uno de sus vídeos, interpretando sus canciones, es otra cosa.

El vídeo oficial de la canción lo muestra paseándose por el interior de una mansión, rodeado de chicas escasísimas de ropa y sobre las cuales la cámara se enfoca en sus traseros al descubierto.  Hay tomas de fajos de billetes y en ocasiones se muestra al cantante fumando una pipa que no creo que contenga tabaco del que venden en Walgreen’s o al menos, se nota la intención de proyectar que es una pipa de algo ilegal.  Tuve que buscar el significado de chambear, que no es el que se le da en Méjico a buscar trabajos ocasionales- lo que aquí llamaríamos chiripear.  Chambear en el mundo del trap es activar el resorte de un arma, para volver a disparar.

Parte de la letra de esta joyita de canción dice:

Chambea, jala cab…ya no te quedan balas
…………….
Ya Susan Soltero dijo que de balas va a haber aguacero
Gusanos como tu yo no los tolero
……………
……………
A tu mujer en cuatro voy a ponerla
Chin…ndo y fumando un pasto de la Perla
Tu cara ya nadie va a reconocerla

Y otras lindezas.  Cabe señalar que si fuerte es leer esos extractos, más fuerte es ver los vídeos, sobre todo uno en que Bad Bunny canta con otro de los del género, en una cancha, rodeado de niños.  En ese otro vídeo, el otro intérprete improvisa y dice algo como a esas pu..s me las tiro de tres en tres. No me cabe en la cabeza cómo alguien pueda pensar que estas canciones envían un mensaje positivo.  El mensaje que se transmite ensalza el uso de la droga y armas, pintando como algo positivo que se amenace con aniquilar al rival. A las mujeres se les trata como meros objetos –algo que se usa.

El problema con este tipo de música y su difusión es que se empieza a ver este lenguaje como si fuera algo normal. La gente se engancha en la melodía pegajosa y no se detienen a escuchar con detenimiento la letra y el mensaje que está detrás: la droga es algo tan mercadeable como el papel toalla; la vida humana vale en la medida que están conmigo; las mujeres están ahí para saciar mis instintos y cuando me estorben, las desecho sin contemplaciones.  La palabra es poderosísima –por eso siempre critiqué cuando se les decía perra a las mujeres o cuando se puso de moda entre los jóvenes llamarse nig…  Hay que saber lo que está detrás de las palabras que pronunciamos.

En 1983 se popularizó la canción Every breath you take del grupo The Police que me cautivó.  Me encantaba escucharla hasta que presté verdadera atención a la letra, que de primera intención parece ser de un hombre enamorado de la presencia de su compañera. Dice en algunas de sus líneas:

Every breath you take
Every move you make
Every bond you break
Every step you take
I’ll be watching you

Y para completar: Oh, can’t you see You belong to me.  Cuando presté verdadera atención me dí cuenta de que no se trata de un hombre enamorado; se trata de un hombre obsesionado.  Yo no quiero a nadie velando cada paso que doy, cada respiración que tomo.  La historia de casos de violencia doméstica en este país está llena de hombres que siguen a las mujeres a donde quiera que van, presos de unos celos obsesivos.

Recientemente hubo varias voces que se alzaron por una canción interpretada por Víctor Manuelle, un hombre que considero un caballero y quien inexplicablemente se unió a otro cantante del género –Farruko, para interpretar una canción llamada Amarte duro. En la canción, Farruko alude a que va a darle a su amada (¿?) bien duro, como Chris le daba a Rihanna.  Estos últimos son una ex pareja que se separaron precisamente por los golpes que él le propinaba.  Víctor Manuelle se disculpó –al menos eso se le reconoce, aunque fuera una de esas explicaciones poco creíbles.

Según Víctor Manuelle, la pareja tuvo una relación intensa y él se refería al amor antes del asunto de la violencia.  El que se crea este cuento seguramente se cree el de los componentes del chat de WhatsApp que alegan no sabían estaban interactuando con un juez.  La cosa no quedó ahí, porque el alcalde de Medellín escribió una carta que Víctor Manuelle se vio obligado a contestar, quejándose con razón de la línea que dice Esto que yo siento es puro como la coca ‘e Medallo Y no soy Pablo, pero tu sabe’ lo que hablo. En Puerto Rico, entre otros, tenemos un problema de drogas –no se pretende tapar el cielo con la mano, pero ninguno de sus alcaldes o el gobernador se sentiría cómodo a que se aluda a ese hecho como algo normal.

¿Dónde fue que se le quedó el cerebro enganchado a Víctor Manuelle, que no vio lo que a todas luces resultaba ofensivo?  Debe ser en el mismo lugar que se le enganchó al Director Ejecutivo de la Compañía de Comercio y Exportación cuando anunció públicamente que le otorgaba un certificado a Bad Bunny bajo el programa PR Emprende y colocó una foto en Twitter donde aparece entregándolo con una nota en la que indica “Un creativo boricua exportando al mundo lo mejor que sabemos hacer en Puerto Rico, música. Éxito en #TrapKingz y en toda tu carrera”.

Luego del revuelo empezaron las cantinflescas explicaciones de que no era un premio, sino que se le otorgó el certificado como empresario bajo el Programa.  Si el joven cumple con todos los requisitos, con simplemente emitir el certificado bastaba.  Era innecesario aludir a que representa lo mejor que hacemos en Puerto Rico.  A mí se me cae la cara de vergüenza de pensar que a este joven, con todo el talento que pueda tener, se le exalte como exportador de lo mejor que sabemos hacer, cuando las letras de sus canciones ensalzan la droga, las armas y denigran a la mujer.

A mí, que no me amen duro –que me amen con ternura, con pasión, con intensidad; que no me ofrezcan amor puro como la coca, sino amor puro como las aguas de nuestros manantiales; que no me muestren fajos de billetes, pero que si está dentro de sus posibilidades, me lleven a viajar, a conciertos de buena música; a disfrutar de buena comida y estimulante conversación con vocabulario que no ofenda a otras personas.  Y a los que amamos esta Patria, deseo que nos encarguemos de hacer ver a quienes propician letras denigrantes, que hay otras formas de demostrar el talento que nos sobra y que si algo no necesitamos, es más publicidad negativa.

5 de mayo de 2018


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