CHAMBEANDO Y AMANDO DURO
Me
considero una persona de mente abierta.
Tengo amistades que rehúsan escuchar cualquier cosa en el género del hip
hop, reguetón o música urbana. Como
excepción, puedo escuchar algunas canciones de Daddy Yankee y Calle 13. Eso no quiere decir que me gusten todas sus
acciones o modo de conducirse en público, pero hay contenido y talento en sus
canciones. La canción Despacito, un dúo de Luis Fonsi con
Daddy Yankee, tiene excelente ritmo y una letra que si bien es un tanto fuerte
en algunas líneas, no llega a cruzar del todo esa finísima línea entre lo risqué
y lo patentemente ofensivo, de mal gusto e incluso denigrante. En tiempos recientes hemos visto como el género
urbano ha evolucionado -o tal vez deba decir degenerado y culmina en algo
llamado trap.
Gracias a
la tecnología, puedo buscar en ciertas aplicaciones cualquier canción e
incluso, ver los vídeos de aquellas que han alcanzado popularidad. Creo firmemente que no se puede hablar de lo
que no se conoce, así que me di a la tarea de buscar la canción Chambea, de un joven que se denomina a
si mismo Bad Bunny. Lo he visto en programas de entrevistas
regulares y aparte de su indumentaria para mi estrafalaria, pensaría que es un
joven tranquilo, respetuoso. Verlo en
acción en uno de sus vídeos, interpretando sus canciones, es otra cosa.
El vídeo
oficial de la canción lo muestra paseándose por el interior de una mansión,
rodeado de chicas escasísimas de ropa y sobre las cuales la cámara se enfoca en
sus traseros al descubierto. Hay tomas
de fajos de billetes y en ocasiones se muestra al cantante fumando una pipa que
no creo que contenga tabaco del que venden en Walgreen’s o al menos, se nota la
intención de proyectar que es una pipa de algo ilegal. Tuve que buscar el significado de chambear, que no es el que se le da en
Méjico a buscar trabajos ocasionales- lo que aquí llamaríamos chiripear.
Chambear en el mundo del trap es
activar el resorte de un arma, para volver a disparar.
Parte de
la letra de esta joyita de canción dice:
Chambea, jala cab…ya no te quedan balas
…………….
Ya Susan Soltero dijo que de balas va a haber aguacero
Gusanos como tu yo no los tolero
……………
……………
A tu mujer en cuatro voy a ponerla
Chin…ndo y fumando un pasto de la Perla
Tu cara ya nadie va a reconocerla
Y otras
lindezas. Cabe señalar que si fuerte es
leer esos extractos, más fuerte es ver los vídeos, sobre todo uno en que Bad
Bunny canta con otro de los del género, en una cancha, rodeado de niños. En ese otro vídeo, el otro intérprete
improvisa y dice algo como a esas pu..s
me las tiro de tres en tres. No me cabe en la cabeza cómo alguien pueda
pensar que estas canciones envían un mensaje positivo. El mensaje que se transmite ensalza el uso de
la droga y armas, pintando como algo positivo que se amenace con aniquilar al
rival. A las mujeres se les trata como meros objetos –algo que se usa.
El
problema con este tipo de música y su difusión es que se empieza a ver este
lenguaje como si fuera algo normal. La gente se engancha en la melodía pegajosa
y no se detienen a escuchar con detenimiento la letra y el mensaje que está
detrás: la droga es algo tan mercadeable como el papel toalla; la vida humana
vale en la medida que están conmigo; las mujeres están ahí para saciar mis
instintos y cuando me estorben, las desecho sin contemplaciones. La palabra es poderosísima –por eso siempre
critiqué cuando se les decía perra a
las mujeres o cuando se puso de moda entre los jóvenes llamarse nig… Hay
que saber lo que está detrás de las palabras que pronunciamos.
En 1983
se popularizó la canción Every breath you
take del grupo The Police que me
cautivó. Me encantaba escucharla hasta
que presté verdadera atención a la letra, que de primera intención parece ser
de un hombre enamorado de la presencia de su compañera. Dice en algunas de sus líneas:
Every
breath you take
Every
move you make
Every
bond you break
Every
step you take
I’ll
be watching you
Y
para completar: Oh, can’t you see You
belong to me. Cuando
presté verdadera atención me dí cuenta de que no se trata de un hombre
enamorado; se trata de un hombre obsesionado.
Yo no quiero a nadie velando cada paso que doy, cada respiración que
tomo. La historia de casos de violencia
doméstica en este país está llena de hombres que siguen a las mujeres a donde
quiera que van, presos de unos celos obsesivos.
Recientemente
hubo varias voces que se alzaron por una canción interpretada por Víctor
Manuelle, un hombre que considero un caballero y quien inexplicablemente se
unió a otro cantante del género –Farruko, para interpretar una canción llamada Amarte duro. En la canción, Farruko
alude a que va a darle a su amada (¿?) bien duro, como Chris le daba a
Rihanna. Estos últimos son una ex pareja
que se separaron precisamente por los golpes que él le propinaba. Víctor Manuelle se disculpó –al menos eso se
le reconoce, aunque fuera una de esas explicaciones poco creíbles.
Según
Víctor Manuelle, la pareja tuvo una relación intensa y él se refería al amor
antes del asunto de la violencia. El que
se crea este cuento seguramente se cree el de los componentes del chat de WhatsApp que alegan no sabían
estaban interactuando con un juez. La
cosa no quedó ahí, porque el alcalde de Medellín escribió una carta que Víctor
Manuelle se vio obligado a contestar, quejándose con razón de la línea que dice
Esto que yo siento es puro como la coca
‘e Medallo Y no soy Pablo, pero tu sabe’ lo que hablo. En Puerto Rico,
entre otros, tenemos un problema de drogas –no se pretende tapar el cielo con
la mano, pero ninguno de sus alcaldes o el gobernador se sentiría cómodo a que
se aluda a ese hecho como algo normal.
¿Dónde
fue que se le quedó el cerebro enganchado a Víctor Manuelle, que no vio lo que
a todas luces resultaba ofensivo? Debe
ser en el mismo lugar que se le enganchó al Director Ejecutivo de la Compañía
de Comercio y Exportación cuando anunció públicamente que le otorgaba un
certificado a Bad Bunny bajo el programa PR Emprende y colocó una foto en
Twitter donde aparece entregándolo con una nota en la que indica “Un creativo
boricua exportando al mundo lo mejor que sabemos hacer en Puerto Rico, música.
Éxito en #TrapKingz y en toda tu carrera”.
Luego del
revuelo empezaron las cantinflescas explicaciones de que no era un premio, sino
que se le otorgó el certificado como empresario bajo el Programa. Si el joven cumple con todos los requisitos,
con simplemente emitir el certificado bastaba.
Era innecesario aludir a que representa lo mejor que hacemos en Puerto
Rico. A mí se me cae la cara de
vergüenza de pensar que a este joven, con todo el talento que pueda tener, se
le exalte como exportador de lo mejor que sabemos hacer, cuando las letras de
sus canciones ensalzan la droga, las armas y denigran a la mujer.
A mí, que
no me amen duro –que me amen con ternura, con pasión, con intensidad; que no me
ofrezcan amor puro como la coca, sino amor puro como las aguas de nuestros
manantiales; que no me muestren fajos de billetes, pero que si está dentro de
sus posibilidades, me lleven a viajar, a conciertos de buena música; a
disfrutar de buena comida y estimulante conversación con vocabulario que no
ofenda a otras personas. Y a los que
amamos esta Patria, deseo que nos encarguemos de hacer ver a quienes propician
letras denigrantes, que hay otras formas de demostrar el talento que nos sobra y
que si algo no necesitamos, es más publicidad negativa.
5 de mayo
de 2018
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