EL FESTIVAL DE AMOR DE TRUMP
When someone shows you who they are, believe them the
first time
Maya Angelou
No sé qué imagen les viene a ustedes
cuando piensan en amor. En mi caso,
pienso en gestos tiernos -un beso, un abrazo, una madre acunando un bebé, un
gatito durmiendo plácidamente; gente unida en oración cuando pedimos sanación o
acompañamos a alguien que ha sufrido una pérdida. Pienso en los actos desinteresados de quienes
van en misión de ayuda, como los misioneros a quienes me uní en dos ocasiones
para llevar ayuda a Haití (ellos han ido en múltiples ocasiones) o en la más
extraordinaria acción en pro de otros, cuando Roberto Clemente perdió la vida
cuando quiso ayudar al pueblo de Nicaragua.
Pienso en las caravanas de autos, guaguas, camiones, de gente que se
sintió compelida a viajar a distintos puntos de la isla -esta hermosa isla- para
llevar alimentos a las víctimas del huracán María, a quienes el gobierno
abandonó y hasta se empecinó en negar las cifras de muertos.
Pienso en una multitud que marcha
decidida, expresando su deseo de lograr el bien colectivo, como cuando
marchamos para exigir la salida de la marina de Vieques o de un gobernador que
no respetó a quien piensa o se ve distinto.
Es más, hasta recuerdo aquél famoso festival de Woodstock en el año
1969, con sus símbolos de la paz y las flores de amor, tan ampliamente
criticado por el consumo de marihuana y sexo libre, pero que nacía de un deseo
de paz mundial ante el envío de tropas norteamericanas a Vietnam. Hay
muchas maneras de expresar amor, a nivel individual y colectivo. Nuestro país
se distingue por ser uno generoso, solidario.
Compartimos lo mucho y lo poco. Son
muchas las mesas en las que se replica el milagro de los panes y los peces.
El domingo pasado ocurrió algo que levantó
una ola de indignación que cruzó el mundo, por unos comentarios -que no voy a
repetir- de un “comediante” durante una actividad política del candidato
republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump. Nos enfocamos en los comentarios despectivos
hacia Puerto Rico, pero hubo más. El mismo “comediante” hizo una cruda referencia
al acto sexual por parte de los latinos, haciendo una abominable referencia a
lo que hacían con el país. Otro energúmeno
clamó por “una América para los americanos”; es decir, que l@s que no son
americanos no tienen cabida en ese país.
Más tarde, el candidato habló con sorna sobre “ese grupo amorfo, listo,
vicioso que tenemos que derrotar”.
Uy, yo no sé a ustedes, pero a mí
me suena a los discursos de odio de Hitler contra los judíos y otras minorías,
cuando les tildaba de escoria y creaba actitudes en su contra que en última
instancia llevaron al exterminio de miles de ellos a través de Europa, con el
apoyo de otros gobernantes. A mí me
suena a odio, pero Trump no se distanció de esos comentarios. Sus alcahuetes, perdón, jefes de campaña
emitieron declaraciones indicando que desconocían que “el comediante” haría
comentarios de esa naturaleza y que los mismos no reflejaban el pensamiento de
Donald Trump. Unjú. El candidato a vicepresidente dijo que eso
era comedia y que teníamos que “dejar de estar ofendiéndonos por cada pequeña
cosita y tener sentido del humor”. Unjú.
Trump guardó silencio hasta el
martes, cuando reunió a la prensa y caracterizó el evento como un festival de
amor (lovefest), mientras afirmaba que nunca había visto tanto amor
manifestándose. Unjú. Ese es el
problema -ese hombre no tiene la más mínima p*** idea de lo que es el
amor. No se disculpó por lo que se había
dicho lo cual, si analizamos bien, es cónsono con su personalidad. Este peligroso individuo no posee la empatía
en su ADN. Él sólo es capaz de apreciar
el lado de los que se ven y piensan como él.
Los demás no contamos. Ya lo dijo
uno de los participantes en la actividad -América (queriendo decir Estados
Unidos de Norteamérica) es para los americanos.
Los demás no cuentan. El
desprecio hacia los latinos es evidente.
Las contradicciones en este
individuo y los millones que le siguen son también evidentes para mí. Por un lado, dice creer en los valores de la
familia, por lo que dice no creer en el aborto, pero no duda en separar
familias que buscan un mejor porvenir.
En un mitin el infame 6 de enero del 2021, Trump, con la Biblia bajo
el sobaco, incitó a las turbas republicanas -nunca mejor dicho- a defender los
votos, lo que causó los actos que contemplé horrorizada, los cuales jamás imaginé
fueran posibles en el congreso norteamericano.
Como es su costumbre, Trump se desentiende del asunto, con el clásico estilo
de yo no sé nada, yo llegué ahora mismo; si algo paso, yo no estaba allí, en
un ejercicio del que tira la piedra y esconde la mano.
Y la pregunta que yo me hago es ¿cómo es posible que todavía
haya millones de personas que no ven -no digo la fanfarronería, la arrogancia, prepotencia,
machista, abusadora conducta de un individuo que desde aquél programa le decía
a la gente you are fired!, que tuvo la osadía de aspirar a la
presidencia luego de haber dicho que le favorecían tanto que podía matar a
alguien en plena calle y aún votarían por él?
Es el mismo que decía que podía agarrar a las mujeres por ya saben
dónde. Es el mismo que ahora no es capaz
de distanciarse de unos comentarios racistas, xenófobos. Cualquier persona normal -y sostengo que él
no lo es- ante una situación así hubiese dicho que él no sabía que se harían
esos comentarios -unjú-, pero que condenaba los mismos. Se niega a hacerlo, porque allí se dijo
exactamente lo que él piensa.
Yo no sé cuántos de ustedes habrán
visto un comercial genial de Universal, donde una chica varada en la carretera
intenta obtener un servicio de grúa a través de un sistema automatizado y finalmente
termina gritando grúa, grúa, grúa, Grúaaaa! Pues a mí me dan ganas de gritarle varios
improperios que no voy a escribir aquí, pero que pueden imaginar y decirle a
quienes todavía ven algo positivo en este deleznable ser, que es malo, malo, malo maloooo!
y advertirles
que es un peligro, peligro, peligro, peligroooo!
31
de
octubre de 2024*
*Sí, hoy es Halloween, pero el personaje de Trump,
tristemente, es real
Saludos desde Aibonito. Cuanta verdad hay en tu escrito, comparto completamente tu reflexión, a veces no puedo entender como es posible qese elemento tan prepotente, arrogante ,malcriado y detestable haya podido llegar a ser presidente de su país, es un caso similar al de Milei en Argentina, son tal para cual , te felicito porque tenemos que dejar saber nuestra indignación ante la injusticia y la falsedad, lo lamentable es que en ese país haya más de 70 millones de personas que piensan igual que el , en el ínterin nosotros tenemos la responsabilidad como tu de denunciar el atropello ,la maldad ,la arrogancia y la borrachera del,
ResponderEliminarsigamos adelante, poder