CARA DE LECHUGA
Hay gente
que proyecta una imagen de persona razonable, sosegada –de esas que se dice que
no rompe un plato. Pedro Pierluisi,
aspirante a candidato a la gobernación por el PNP, es uno de esos. La gobernadora, también aspirante, es otra. Ambos contrastan con los estilos desafiantes
y aplanadores de Ricky, Pedro Rosselló, Romero Barceló y Thomas Rivera Schatz. Pero como dice un refrán muy nuestro, del agua mansa líbreme Dios, que de la brava
me libro yo.
Wanda
Vázquez comenzó a ganar mucho respaldo al proyectarse como persona capaz de
escuchar a diversos sectores con los que se reunió al inicio de su estadía en
Fortaleza. Esto pareció opacar el mal
sabor de aquélla incursión tipo operativo militar en busca de mal manejo de
suministros en un municipio, mientras que una investigación sobre varios
vagones trasladados a un lote quedó en nada.
Y no se diga del despelote que hay
con la actual secretaria de Justicia, designada por Vázquez, que declaró que la
investigación del mal manejo del almacén de suministros en Ponce podría tardar
de 2 a 3 años. Gracias a Dios que no se trata de una investigación que requiera
pruebas de ADN o citación de testigos que estén fuera de la jurisdicción. Si no fuera tan indignante, parecería un
chiste de mal gusto.
Y
entonces se enjareta – para decir la palabra correcta, porque yo solía de decir
enjeretar – aquí el sainete de los
despidos, que comenzó con el de Carlos Acevedo, el director de Manejo de
Emergencias y Desastres, que resultó ser un desastre en sí mismo. Ningún ex director de esa agencia lo reconoció
como persona competente y cuentan y no acaban los relatos de las veces que
recomendaron su destitución tanto a Ricky como a Wanda. Su jefe en todo este sainete era otro con
cara de yo no fui – el ahora
secretario de Estado, Elmer Román, quien se ha enredado tantas veces dando
explicaciones, que se le traba la lengua y me recuerda a Porky Pig, personaje de muñequitos.
La
investigación preliminar sobre el almacén encomendada al NIE se tramitó a través
de precisamente Elmer Román. Unas veces dice que él no vio el informe; otras
que sí vio que el resultado no arrojaba comisión de delito por parte de su
subalterno, al que dicho sea de paso, no entrevistaron. Yo solía hacer investigaciones de discrimen y
hay algo muy elemental –la investigación debe incluir, por lo menos, a las
partes involucradas. ¿Cómo llevaron a
cabo la investigación sin entrevistar al causante de la misma? Todas estas investigaciones parecen caer en
un hoyo negro -¿se acuerdan de la teoría del black hole espacial? En mi
primer trabajo en gobierno solíamos bromear que documento que llegara a la
oficina del director, documento que caía en el hoyo negro. Allí han ido a parar las investigaciones de
los vagones, la del secretario de Agricultura y sabe Dios cuántas otras.
Al
despido de Acevedo le siguió el de los secretarios de Vivienda, Familia y más
recientemente el del director del CESCO de Carolina, que fue sorprendido en una
reunión política con Pierluisi en horas laborables. Este último salió, como en
los otros casos, a acusar a la gobernadora de discrimen político. Habrá quien salga seguida a defender esta teoría,
pero hold your horses. En primer
lugar, se trata de empleados de confianza, que son de libre selección y libre
remoción, así que no les cobija el mismo derecho que a los empleados de
carrera, salvo claro está, que se trate de discrimen político. Una vez se levanta esta alegación, es preciso
que el patrono, en este caso la gobernadora o el secretario del DTOP – quien no
se ha destacado y podría estar en la lista de posibles despidos- demuestre una
razón válida para su remoción del cargo.
En el
caso de Acevedo, no creo que haya que pasar mucho trabajo demostrando que había
razones válidas para su despido. Eso se cae de la mata. Su alegación de que
estuvo motivado por consideraciones políticas no creo que llegue muy lejos. En
cuanto a la secretaria de la Familia, la acción de la gobernadora tuvo unas
explicaciones confusas. Al principio,
parecía decirse que estaba vinculado al manejo de los suministros, pero al
parecer, está ligado al despido que ella a su vez hizo a la directora de ADSEF,
agencia bajo la sombrilla del Departamento, que era la designada de la
gobernadora para representarla en el municipio de Guayanilla. Esto va a requerir un poco más de análisis
por varias razones. Una de ellas es que
pudo haber una incomodidad de la gobernadora porque la secretaria actuó sin
notificarle previamente, lo cual puede justificar el retiro de confianza.
El asunto
no es tan sencillo, porque aun con la falta de notificación a la gobernadora,
la secretaria pudo haber tenido razones muy válidas para suspender a la
directora, al recibir información de que ésta estaba utilizando criterios
partidistas para la distribución de suministros, particularmente con la intervención
de la no muy felizmente recordada senadora Evelyn Vázquez. Y como si esto fuera poco, Fortaleza
desmintió haber solicitado a la secretaria que revirtiera la acción y apareció
un correo electrónico de nada más ni nada menos que el secretario de la
gobernación –es decir, el chief of staff,
solicitando dejar sin efecto la determinación de la suspensión sumaria y
que culminara la investigación para el 20 de enero, que era feriado. El correo le fue enviado el sábado 18 por la
noche. Es evidente que la secretaria no iba a poder realizar investigación
alguna en día y medio de un fin de semana.
En el
caso del secretario de la Vivienda, también pudo haber habido molestia por
parte de la gobernadora que propiciara retirarle la confianza, debido a
expresiones de éste de que las condiciones impuestas por el gobierno federal
eran demasiado onerosas y no se imponían a otras jurisdicciones. Se intentó justificar la acción en términos
de que esas expresiones ponían en juego la asignación de fondos, aunque no
había habido expresiones en ese sentido por parte de funcionarios federales. Ha
salido a relucir luego que el secretario es partidario de Pedro Pierluisi, por
lo que su alegación por lo menos, arroja dudas sobre las motivaciones de la
gobernadora.
Y
llegamos al director del CESCO, que fue sorprendido –bueno, ahora nos enteramos
que fue el propio Pierluisi quien colocó la foto en sus redes sociales- en una
reunión política con éste y otro personaje interesante –Edwin Mundo, en horas
en que debía estar resolviendo los miles de entuertos que hay en Carolina. Cualquier persona que haya tenido que
realizar un trámite relacionado con su licencia de conducir o de auto en ese
CESCO, sabe de lo que hablo. Yo fui un
día por la tarde y ya se habían acabado los turnos, por lo que regresé al otro
día a eso de las 8 am y ¡tampoco había turnos! Y Pedro Pierluisi tiene la
desfachatez, la cara de lechuga de salir
en defensa del derecho de este hombre a reunirse con quien quiera en su tiempo
libre, porque él había informado que ese día no asistiría, mientras el
secretario del DTOP dice que no solicitó ausentarse. ¿Pero en qué cabeza cabe que sea legítimo
ausentarse para atender un asunto político mientras la gente está desesperada
haciendo filas y pasando sofocones? Que se reúna por las noches o que solicite
irse de vacaciones de verdad, por una o dos semanas, si es que tiene balance.
Las
actuaciones de la gobernadora no están nada claras y las de los que fueron
separados de sus cargos tampoco. En
algunos casos, gritar discrimen es un insulto a tod@s aquéll@s que han sido y
continúan siendo discriminad@s por este
y otros gobiernos. El partido de gobierno, no importa cuál de los aspirantes al cargo de gobernador
termine triunfante en las primarias, no ha sabido estar a la altura de las
circunstancias y la oposición no ofrece muchas esperanzas. La clase política
puertorriqueña nos ha fallado malamente y me hace parafrasear el famoso poema
de Elizabeth Barrett Browning : How have
I failed thee? Let me count the ways…
6 de
febrero de 2020
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