EL GUINEO COMO ARTE O…
A ver
cuántos de ustedes me compran lo que expondré a continuación. La foto que ven, no es un guineo pegado con masking tape. Es una metáfora de cómo
nuestra agricultura está asida por un endeble tape que ni siquiera es tan fuerte como el duct tape que usó otro artista.
Es metáfora también de lo perecedera que es la vida –algo así como que
todos somos guineos que en un momento tuvimos carnes firmes y poco a poco vamos
perdiendo dureza, aparecen manchas y finalmente, si no se dispone adecuadamente
de nosotros, terminamos podridos.
El guineo
de la foto que tomé me lo regaló un vecino a quien aprecio. Me encanta contemplar cómo se ocupa de su
jardín y el entusiasmo que pone en sus cosechas. Recientemente cultivó guineos, por lo que
compartió con los vecinos el fruto de su esfuerzo. Sí, sí, él junto a sus hijos, es – en palabras
de Alberto Carrión- algo así como la semilla del futuro, que va alumbrando los
senderos campesinos –bueno, en este caso los senderos del complejo donde
vivo. Así que este guineo, que se maduró
antes de que pudiera echarlo a hervir, es una oda al buen vecino –ese que
comparte lo que tiene. No es un guineo
cualquiera. Si se fijan bien, semeja la figura de un pájaro atrapado, por lo
que podríamos decir que simboliza nuestra Patria aprisionada por el yugo
colonial de la Junta de Control Fiscal.
Nada, que
esta foto que he compuesto se presta para un sinfín de interpretaciones, por lo
que podría exhibirla, como el guineo que recientemente se hizo famoso y una
pareja adquirió por $120,000. Creo que
nadie comprará mi análisis ni mi creación, en primer lugar porque no soy
artista plástica. En este género, como
en todas las otras facetas del arte hay unos círculos elitistas que se asombran
de las “creaciones” de sus colegas y le buscan significados que cualquiera
puede encontrar, como los que ven designios divinos en objetos cotidianos. Esos que se maravillan con estas creaciones
me recuerdan el cuento del niño que delató al emperador que desfilaba desnudo,
cuando los aduladores alababan las ropas inexistentes.
En
segundo lugar, el aspecto del arte es bien relativo y depende de diversos
factores, uno de los cuales es el gusto.
Una obra puede ser arte, pero si a usted no le gusta, no hay manera que
quiera exhibirla en la sala de su casa.
Por otro lado, hay objetos de arte que no son en sí bellos, pero tienen
una historia, reflejan una técnica, retratan una época. Me parece que hay algo de esto último en el
retrato del guineo -el del otro, no el mío.
Dijo el que pagó $120,000 por él: Estamos
sumamente conscientes del flagrante absurdo del hecho de que “Comedian” es una
pieza otramente barata y perecedera de un producto agrícola y un par de
pulgadas de cinta de embalar.
Básicamente sentimos que el guineo de Cattelan se convertirá en un
objeto histórico emblemático.
Vayan
tallando en bronce la frasesita famosa
del chat, porque es reflejo
emblemático del breve pero angustioso período de un gobernante y sus alzacolas:
Cojemos de pend… hasta a los nuestros.
15 de
diciembre de 2019
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