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Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

jueves, 26 de noviembre de 2020

Agradezco

 



AGRADEZCO

Hoy se ha designado como el Día de Acción de Gracias.  Hay quien debate si esto es una tradición impuesta, si tiene sentido asignarle un día a un acto que debe ser espontáneo o si es una mera estrategia comercial.  Lo mismo se dice de otros días conmemorativos. A mí personalmente no me incomoda; de hecho, lo tomo como una oportunidad para recordarme a mí misma la importancia de ser agradecida y para hacer un inventario de bendiciones, pese a que todos los días escribo en mi diario de agradecimiento.  Doy gracias por las pequeñas y las grandes –por el café, por el sueño reparador, por el canto del coquí, por los padres que tuve y por los amigos.

Debo confesar que en estas semanas, particularmente la pasada, he estado deprimida, aunque no por ello he dejado de agradecer.  Por razones que no tengo totalmente claras, me arropó una sensación de soledad, de abandono.  La vida ha sido generosa conmigo, pero también me ha impuesto condiciones –en ocasiones auto-impuestas- en las que me encuentro enfrentando batallas sola. Precisamente la semana pasada recordaba a mi amiga Leila, quien hace cinco años partió a otro plano.  Nuestra amistad fue de esas fuertes, producto de reconocer en cada una precisamente esa fortaleza. La diferencia en edad, estatura y circunstancias de vida  no hacía mella en aquello que nos hermanaba tanto así, que ella solía llamarme su hermana gemela.  Nunca olvido la cara estupefacta de un mozo cuando llegamos al restaurante y ella le dijo que yo era su hermana gemela.  El hombre no sabía si sonreír o mirar compasivamente a Leila dudando de su sanidad mental. Pues precisamente me hallaba pensando en Leila cuando preparaba una receta que a ella le encantaba y solía hacer: pasta en forma de caracoles, rellena de bacalao. 

Entre las muchas cosas que compartíamos, estaba el gusto por la cocina.  La receta de Giovanna Huyke que compartí con Leila nos encantaba a ambas.  Por alguna razón, hacía mucho tiempo que no la preparaba.  Ese día no encontré con quien compartirla, así que la preparé para mí misma, sonriendo al recordar que Leila le llamaba los “buches de bacalao”.  La foto que acompaña este escrito es la evidencia del resultado. Sentarme a comer ese plato me alivió la sensación de vacío que nada tenía que ver con el estómago y que esa semana se había agudizado.  Había iniciado un viaje de esos en los que una se coge pena, enfocando en lo que no se tiene, en lugar de mirar lo que sí se tiene.

Dios/el Universo se encarga de enviarnos recordatorios de la forma más inesperada.  Una amiga reciente me llamó –de la nada- para extenderme una invitación a su casa para compartir con un círculo íntimo –intimísimo- la Nochebuena.  Su gesto me conmovió, porque sin yo haber dicho nada, ella presintió que yo estaría sola esa noche.  Suelo pasarlo con unas amistades entrañables, pero sospecho que este año, por causa de la pandemia, el encuentro no se dará.  Como si fuera poco, esa misma semana el esposo de otra amiga de muchos años, quien también se ha convertido en amigo, me envió un vídeo de un conjunto musical argentino, celebrando la amistad.

Al día siguiente, leía, como todas las mañanas, La Palabra Diaria, que en esa ocasión era -nada más ni nada menos-  que Amistad. De inmediato conecté todas las señales que me recuerdan que no estoy sola.  Tengo amistades de hace muchos años, a las que se han unido otras más recientes.  Todas me han demostrado de diversas formas cuánto me quieren.  Y por si aún me quedaba duda, hoy tuve una experiencia que sólo puede tener origen divino.  Por razón de la pandemia, la iglesia que está casi detrás del complejo donde vivo decidió celebrar un culto en el estacionamiento que queda justo detrás de mi apartamento.  Había pasado una mala noche, razón por la cual escuché con desagrado cómo iban llegando autos a eso de las 6 de la mañana.  Aparentemente la idea era celebrar un culto desde una pequeña carpa, mientras los feligreses permanecían en los vehículos.  Los sentí llegar poco a poco y oía sus voces saludándose.  La idea no me simpatizaba nada, ya que anticipaba una larga ceremonia con más ruido del que quise tras la noche de poco sueño, pero Dios/ Universo me tenía una bendición disfrazada.

El segundo cántico que escuché fue Cada Mañana y súbitamente me transporté al lugar donde solía tomar mis clases de yoga con mi maestro Yakeen y me vi a mí misma tendida en la estera, escuchándolo cantar con su dulce voz, acompañado de su guitarra, mientras las lágrimas de emoción corrían por mis mejillas:

 Cada mañana al despertar

Y por la noche al descansar

Agradezco tus bondades en mi vida

Por todo lo que me permites disfrutar

Aleluya, aleluya, agradecido estoy por tu bondad…

 

Estoy verdaderamente agradecida por todas las bendiciones recibidas de los que están y los que ya no están; de l@s amig@s recientes y l@s de hace mucho tiempo; por los padres que tuve; por la salud y la abundancia y por la conciencia de que pese a las apariencias, no estoy sola.  Gracias, gracias, por todo el amor recibido.

26 de noviembre de 2020

1 comentario:

  1. Bendecida 🌼

    Hermoso mensaje de sanación y confirmación. Esta noche la canto para ti y siempre que lo hago te recuerdo.

    Un abrazote ☀️

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