Datos personales

Mi foto
Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

domingo, 26 de enero de 2020

CONTENTOS








CONTENTOS/HAPPY

¿Alguna vez les ha pasado que usan una palabra que resulta desafortunada por el momento que se vive? Pues eso mismo le pasó a la gobernadora durante la entrevista que le hizo el reconocido periodista de CBS David Begnaud.  La entrevista de por sí resultó extraña porque ella decidió que le hicieran traducción simultánea mediante audífonos a las preguntas que David le formulara y que contestaría en español.  David a su vez tenía una traductora a su lado, que traducía ante la cámara una vez la gobernadora terminaba de dar su respuesta a cada pregunta.  Eso prolongaba la entrevista y en ocasiones, la gobernadora añadía a lo que ya había dicho, luego de que la traductora hablaba.  La más de las veces, resultaba redundante.

Yo no sé si todo esto era una estrategia, si  nacía de la posibilidad de que la gobernadora no se sintiera lo suficientemente segura de hablar en inglés o todas las anteriores.  A mí personalmente no me inquieta que ella no hable inglés con fluidez – muy pocos puertorriqueños lo hacen y después de todo, Ricky hablaba un inglés precioso y ya sabemos lo que pasó.  Lo que sí me inquieta es que la gobernadora, al igual que el innombrable, parece estar recitando un libreto.  Ella dice que escucha al pueblo, pero parece que al pueblo que escucha es al que los alzacolas le ponen de frente para que ella escuche.  Es posible que sean los mismos alzacolas que tras el paso de María llevaron al otro innombrable cuyo apellido empieza con T a Guaynabo City, donde no hubo los daños catastróficos que hubo en otros pueblos y donde se dio el bochornoso y ya famoso espectáculo del papel toalla.

La entrevista con David Begnaud me recordaba los argumentos que presenta un abogado o fiscal –como lo fue la gobernadora, para tratar de convencer a un juez de que su versión de los hechos y el derecho aplicable es la correcta. Y en la entrevista dijo que ella escucha a la gente, que ha tomado las determinaciones correctas y que su administración es distinta a otras.  Unjú.  Ya casi al final dijo algo que me ha hecho pensar mucho.  Dijo que visita el sur todas las semanas y que la gente está contenta –happy- dijo la intérprete.  Como seguidora de la filosofía de Unity sé que la felicidad parte del interior; es decir, aun cuando podamos estar pasando por situaciones difíciles, podemos tener una felicidad interior que nace del agradecimiento por todo lo que tenemos, sin enfocarnos en aquello de lo que carecemos.  No me cabe la menor duda de que muchos de los refugiados en el sur tienen una felicidad en su interior y un sentido de agradecimiento porque están vivos, rodeados de sus seres queridos y en muchos casos, recibiendo atención a sus necesidades más básicas.

Lo triste, tristísimo, es que la mayor respuesta que recibieron los damnificados no la recibieron del gobierno, sino de la ciudadanía que se desbordó para ofrecer ayuda. La incompetencia del gobierno quedó retratada una vez más y se sigue retratando.  No se trata de críticas partidistas  -es preciso escuchar a la alcaldesa de Ponce llorando de coraje, porque cuando pidió agua a través de la agencia que dirigía Carlos Acevedo, no la suplieron a tiempo y quien la auxilió fue la alcaldesa de San Juan. Ahora resulta que muchos de los campamentos se inundan y no sigo contando porque no quiero arruinarles la felicidad a quienes lean estas líneas.

El Diccionario de la Real Academia define contento, entre otras acepciones, como alegre, satisfecho. Debe haber muchos que se sientan satisfechos con las ayudas recibidas, sobre todo a través de organizaciones no gubernamentales e individuos.  Sospecho, sin embargo, que la mayoría no está satisfecha con el manejo de la respuesta a la emergencia por parte del gobierno, ni con las explicaciones que se ofrecen.  No, no estamos content@s, ni happy tampoco.

26 de enero de 2020


miércoles, 22 de enero de 2020

CORAZÓN Y MENTE








EL CORAZÓN NO ESTÁ REÑIDO CON LA MENTE

Los últimos acontecimientos de estas semanas han sacudido al país literal y figurativamente.  Dos terremotos los días 6 y 7 de enero -justo despegando el nuevo año, nos tienen con los nervios de punta a todos.  Para los que viven en el sur, la pesadilla es inimaginable.  Si yo brinco con ruidos inesperados o algunos leves temblores, no puedo imaginar lo que se siente estar a la intemperie porque mi casa se desplomó o por el temor de que lo haga.

El pueblo se lanzó a ayudar a los residentes con agua, comida, casetas de campaña, pañales y de todo lo imaginable para atender las necesidades inmediatas.  Las instituciones caritativas establecieron cuentas para ayudas monetarias y el desbordamiento de amor fue palpable.  Una vez más, salió a flote nuestro corazón generoso.  Tristemente, también salió a flote una incompetencia crasa, tras revelarse que existían suministros para atender las necesidades  justo en un almacén nada más ni nada menos que en la Perla del Sur, Ponce.  Los intentos de explicación parecen otro sainete de los Tres Chiflados y me indigna que son más de tres. – la gobernadora, el secretario de estado, el ya despedido jefe de Manejo de Emergencias, hasta el general de la Guardia Nacional que parecía una persona competente y muchos más.

En medio de todo, se hacen despidos con justificaciones variadas, se ordenan investigaciones de forma intempestiva y se hacen designaciones en puestos que no eran factibles técnicamente, para luego decir que no era al puesto, sino a la función, en un juego de palabras.  Yo siento vergüenza ajena.  En medio de todo esto, tenemos un déjà vu colectivo.  Nos transportamos al verano del 2019 y el nivel de confianza en el gobierno, que ya era muy bajo, descendió aún más, si eso es posible. Y allá en Washington, Donald Trump contempla todo esto y se convence aún más de que somos una partida de incompetentes y chanchulleros que no merecemos las generosas dádivas del gobierno federal.  Poco le importa que el pueblo ha demostrado, una vez más, que no tolerará estos actos.

Ya comenzaron las protestas, enteramente legítimas y los reclamos para que Wanda renuncie, como renunció Ricky.  Aquí es donde tenemos que analizar cuál es el plan y no actuar con la misma impulsividad e improvisación que le reprochamos al gobierno.  Hay gente que reaccionó indignada a la celebración de las fiestas de la Calle San Sebastián alegando que eso reflejaba falta de solidaridad, olvidando que cientos de artesanos y pequeños negociantes necesitan su sustento – el mismo que puede servir para apoyar a los residentes del sur.  Olvidan además  que todo apunta a que los temblores van a seguir ocurriendo, por lo que tenemos que adaptarnos todos a esta nueva realidad.  Las reacciones salieron sólo del corazón, sin un proceso de análisis desapasionado.

De ese mismo corazón legítimamente dolido, indignado, traicionado y engañado, sale el nuevo reclamo de renuncia, esta vez a Wanda Vázquez.  Tenemos que enmarcar esto en el contexto de esta nueva realidad.  Si bien es cierto que ella ha demostrado incapacidad para manejar esta hecatombe sísmica/administrativa, no es menos cierto que provocar su renuncia no va a lograr solucionar los problemas que aparecen como los gremlins, en medio del manejo de esta crisis humanitaria que se complica por la incapacidad de atender el manejo de los fondos -recibidos y por recibir- para justamente atenderla.  Supongamos que en efecto, Wanda renuncia.  El secretario de estado es Elmer Román, que era precisamente el jefe del encargado del Manejo de Emergencias y aún no ha sido confirmado en el puesto.  ¿Les recuerda algo? De no ser confirmado, el orden dispuesto en nuestra Constitución dispone que quien pasaría a ocupar el puesto será el secretario de Justicia.  ¿Les recuerda algo?

Y mientras nos enfrascamos en esta lucha, Donald Trump se sienta con popcorn a mirar cómo nos despedazamos nosotros mismos.  Que conste, que yo personalmente creo que Wanda, al igual que Pierluisi, no era la persona indicada para asumir la gobernación que le cayó como paracaídas y sus actos recientes lo acaban de confirmar para quienes tuvieran dudas. Ahora bien, no es cuestión de sacar a esta gobernadora para poner a otra persona que lo haga igual o hasta peor y mientras tanto, las gestiones necesarias para asistir a los afectados por los terremotos se retrasan aún más.

No me cabe duda que es imperativo protestar y dejarle saber a la gobernadora que estamos vigilando cada paso que toma.  Si ella desiste de su aspiración como candidata, santo y bueno, pero renunciar del todo no resuelve el problema; por el contrario, lo complica aún más.  Con el mismo corazón inmenso que tenemos, sin soltarlo, debemos asumir la conducta del jugador de ajedrez, que mide todos sus actos, anticipando los del contrario.  En muchos casos, he sido acusada de ser indiferente, debido a que suelo mantenerme ecuánime en medio de las crisis.  No se confundan.  Como buena pisciana, tengo mi personalidad un tanto dividida –late en mí un corazón apasionado, sensible y amoroso y al mismo tiempo, poseo una mente analítica que mide sus pasos, anticipando los de los que me rodean.


22 de enero de 2020


jueves, 16 de enero de 2020

Perras









PERRAS

Es interesante como el lenguaje se va moldeando de acuerdo con los tiempos y una misma palabra puede ser usada para simplemente describir, denominar y hasta ofender. Hace unos años se comenzó a usar la palabra perra entre los jóvenes para aludir a chicas que estaban in, que se mostraban desinhibidas e incluso se veía como algo positivo entre ciertas féminas. Para el año 2006 escribí en torno a esta tendencia y dije:

Las palabras son poderosísimas.  Muchas de ellas tienen tras de sí una carga histórica muy penosa.  Ese es el caso de la palabra “nigger” en inglés, que era el término que utilizaban los blancos para referirse a los negros desde los tiempos de la esclavitud y más tarde de forma despectiva  y humillante.  Años más tarde, algunos negros la comenzaron a utilizar entre sí, como algo coloquial, que a algunos parece hermanarlos.  No obstante, sigue siendo peyorativa cuando la usan los blancos, particularmente de forma despectiva.  En uno de sus programas, Oprah Winfrey entrevistó a varios compañeros negros exitosos en diversos campos del arte, algunos de los cuales utilizan entre sí el término “nigger”.  Manifestó Oprah (y estoy enteramente de acuerdo), que ella no puede referirse a sus hermanos de raza como “nigger”, por la carga emocional que tiene la palabra y los exhortó a dejar de utilizarla.

No soy experta en etimología, pero sospecho que el uso de la palabra perra en el contexto de los que practican el género reggaeton, proviene de la traducción de “bitch”, que significa, aparte de la hembra del perro, mujer libertina o dominante.  En inglés, es altamente ofensivo referirse a una mujer como “bitch”, aunque como en el caso de “nigger”, algunas han comenzado a llamarse   entre sí con esa palabra.  Al igual que no quiero que nadie me diga perra, tampoco quiero que me llamen “bitch”, o como se refieren aquí en “spanglish”, “bicha”.  Curiosamente, el Diccionario de la Real Academia incluye entre la definición del término perra, las acepciones “prostituta” o “indigno(a)”.  ¿No es hora que prestemos atención a los significados de las palabras?  Yo no soy ni perra, ni prostituta, ni indigna.  Y que conste, que debe haber unas cuantas prostitutas con más dignidad que algunas perras.

El debate que surgió tras las palabras pronunciadas por el comentarista ultraderechista Luis Dávila Colón contra la alcaldesa de San Juan me recordó este escrito del pasado.  Catorce años después, sigo pensando exactamente igual.  Este señor tiene un estilo que me repele, por la forma agresiva con que se expresa contra aquéll@s que no comparten su visión y muy particularmente si se trata de una mujer. Es curioso que en esa estación hay otros con un estilo similar, que va más allá de ser incisivo en las preguntas o señalamientos y raya en la falta de respeto.  Lo que dijo debe ser analizado en todo su contexto.  No lo dijo de forma ecuánime, con voz serena, sino que lo dijo con rabia, con un coraje que le he visto a muchos cuando se refieren a la alcaldesa.  Y lo cierto del caso es que Carmen Yulín Cruz levanta pasiones –no se puede permanecer neutral ante sus declaraciones.  En mi caso, he estado de acuerdo con muchos de los planteamientos que ha hecho, pero en otras, estoy en desacuerdo.

Lo que ha salido a flote  en esta controversia es la tendencia en muchos sectores del país a atacar a una mujer poderosa -no en el ámbito de sus ideas o acciones, sino en el plano personal.  Y los ataques machistas provienen tanto de hombres como de mujeres, porque el machismo no es exclusivo de los hombres.  Cuando solía ofrecer talleres sobre discrimen y hostigamiento sexual como parte de las funciones de la oficina que dirigía, me dolía profundamente que muchos de los comentarios más machistas que escuchaba provenían de otras mujeres. Experimenté también el dolor de sentir que algunas resentían que yo estaba al mando y les incomodaba mi estilo de dirigir.  Si yo osaba levantar una ceja ante un planteamiento improcedente era signo de arrogancia, mientras les toleraban a jefes varones bromas de mal gusto o que les incluyera entre sus funciones hacer café.

Hay gente a quienes les causa un supremo coraje que una mujer esté al mando, sobre todo si es una mujer que no se anda con paños tibios.  Y que conste, que creo que la alcaldesa se excede en ocasiones en la forma de expresarse, pero eso no debe justificar el ataque personalista. Lo que ocurrió con el señor Dávila Colón debe motivar una reflexión profunda en torno a la forma en que tratamos a aquéll@s que no piensan como nosotr@s.  Dávila Colón no es el único que piensa que Carmen Yulín es una perra.  Hay much@s que piensan lo mismo, pero no tienen un micrófono ante sí.  Debemos pensar que Donald Trump es presidente de los Estados Unidos porque hay miles que piensan como él.  Se impone un adecentamiento de la forma en que nos expresamos para que podamos vivir de forma más armoniosa en esta isla que posee los nobles sentimientos que hemos demostrado en estos días tan agitados literal y metafóricamente.

En cuanto a las mujeres, se impone un rechazo total a permitir que se nos llame perras.  No somos perras; somos seres humanos del género femenino.

16 de enero de 2020




martes, 14 de enero de 2020

Lo que vemos







LO QUE VEMOS Y LO QUE NO

Yo tiendo a ser una persona positiva, fiel creyente de que el bien supera al mal y que hay más de una forma de mirar una misma realidad.  Los últimos días así me lo demuestran.  Con todo mi positivismo y mi proceder ecuánime, debo admitir que el terremoto del 7 de enero, justo al comienzo de este año, jamaqueó mucho más que las paredes de mi apartamento –jamaqueó mi espíritu, mi paz, mi sentido de seguridad. El temblor del día anterior me asustó, pero el del día 7 me tomó por sorpresa porque estaba profundamente dormida y el terremoto me despertó. Me levanté totalmente desorientada, a oscuras y temblando al cuadrado –por el terremoto y porque mi cuerpo temblaba por derecho propio. El número de réplicas, que varían en frecuencia e intensidad añade a mi nerviosismo.

La cantidad de información que se recibe es al mismo tiempo ilustradora y fuente de angustia.  Con el tiempo, he tenido que activar los filtros que mi mente analítica afortunadamente posee.  Hay información útil para lograr entender lo que está pasando a nivel geológico y psicológico, pero también hay información distorsionada en el mejor de los casos y totalmente falso en el peor, que añade a la ansiedad. Nuestra mente procesa todo esto dependiendo de nuestras creencias más arraigadas.  Hay quien ve el mundo como algo amenazante, peligroso; hay quien lo ve como algo en constante evolución; hay quien lo ve como algo armonioso.  Además, hay quien ve a los seres humanos como gente malvada, prestos a aprovecharse de tod@s y hay quien los ve como seres nobles.  Yo pienso que hay un poco de todo.  La maldad, la bondad, el oportunismo coexisten en todos nosotros – es cuestión de proporción.  Y claro, todo lo relacionado al terremoto ha sacado lo mejor y lo peor en nosotr@s.  Afortunadamente, lo mejor ha triunfado.

La evidencia de que la bondad se impuso la vimos este fin de semana, con cientos de personas dando la mano a los residentes del sur.  Sí; están los aprovechados, que buscan cualquier ocasión para ventajería política o incluso para beneficio personal, pero son los menos.  En medio de todo esto, batallamos con las reacciones que nos provocan los ruidos y los temblores frecuentes.  Yo confieso que me tengo que repetir que es normal y que no puedo anticiparlo todo.  Lo cierto es que por años, a pesar de las advertencias de los geomorfólogos,  hemos vivido  de espaldas a la realidad  de que un terremoto nos podía sorprender en cualquier momento.  Y el lobo llegó por el sur.

Mientras yo escribo en la nueva tranquilidad de mi apartamento –sí porque esta tranquilidad es relativa- hay miles de personas durmiendo fuera de sus casas, por temor a un colapso, o porque sencillamente no tienen casa.  No pueden echar mano de lo que les pertenecía y en esencia, sólo se tienen a sí mism@s. No puedo ni imaginar cómo se siente eso.  La casa, por más modesta que sea es el lugar donde nos sentimos protegid@s.  Esta nueva realidad es enfrentarse a que a fin de cuentas, lo más valioso es la vida propia y la de quienes amamos.

Y como ocurre cuando se nos muere alguien querido y sentimos que todo se paraliza, la realidad es que la vida sigue.  Quedarnos arrinconados e inmóviles no es una verdadera opción de vida para aquéll@s que nos quedamos.  Nuestra conciencia de lo que es seguro ha cambiado y seguirá cambiando. Aparte de observar lo que leemos, lo que escuchamos y lo que vemos, hace falta mirar a nuestro interior, para entender de dónde provienen nuestras reacciones y modificar aquellas creencias que no nos sirven y por el contrario nos hacen daño.  ¿De qué me sirve pensar que un terremoto mayor puede ocurrir, si no hay nada que yo pueda hacer para protegerme?  Peor aún, ¿qué sentido tiene enviar fotos de alegados desastres que generarán más ansiedad, o aludir a los riesgos que hay y que de todos modos no podemos evadir?

Lo que decimos proviene de cómo vemos la realidad.  Por eso coloqué una foto de un collar que compré  en un viaje a Canadá.  Hasta hace unos días, yo veía una media luna y una estrella.  Fui al cine y la joven que me atendió en el quiosco del popcorn se quedó mirando el collar y me dijo que le encantaba –que ella veía como una ola, de esas sobre las que cabalgan los surfers.  Es verdad; al llegar a casa me detuve a mirar el collar y en efecto, puede ser una ola y también la luna.  Y claro, ahora mucha gente podrá ver una ola no de las que apasionan a los surfers, sino un tsunami. Yo escojo ver la luna o la ola de los surfers.  ¿Cuál escoges tú?



14 de enero de 2020