EL CORAZÓN NO ESTÁ REÑIDO CON LA MENTE
Los
últimos acontecimientos de estas semanas han sacudido al país literal y
figurativamente. Dos terremotos los días
6 y 7 de enero -justo despegando el nuevo año, nos tienen con los nervios de
punta a todos. Para los que viven en el
sur, la pesadilla es inimaginable. Si yo
brinco con ruidos inesperados o algunos leves temblores, no puedo imaginar lo
que se siente estar a la intemperie porque mi casa se desplomó o por el temor
de que lo haga.
El pueblo
se lanzó a ayudar a los residentes con agua, comida, casetas de campaña, pañales
y de todo lo imaginable para atender las necesidades inmediatas. Las instituciones caritativas establecieron
cuentas para ayudas monetarias y el desbordamiento de amor fue palpable. Una vez más, salió a flote nuestro corazón
generoso. Tristemente, también salió a
flote una incompetencia crasa, tras revelarse que existían suministros para
atender las necesidades justo en un almacén
nada más ni nada menos que en la Perla del Sur, Ponce. Los intentos de explicación parecen otro
sainete de los Tres Chiflados y me indigna que son más de tres. – la gobernadora,
el secretario de estado, el ya despedido jefe de Manejo de Emergencias, hasta
el general de la Guardia Nacional que parecía una persona competente y muchos
más.
En medio
de todo, se hacen despidos con justificaciones variadas, se ordenan
investigaciones de forma intempestiva y se hacen designaciones en puestos que
no eran factibles técnicamente, para luego decir que no era al puesto, sino a
la función, en un juego de palabras. Yo
siento vergüenza ajena. En medio de todo
esto, tenemos un déjà vu colectivo. Nos
transportamos al verano del 2019 y el nivel de confianza en el gobierno, que ya
era muy bajo, descendió aún más, si eso es posible. Y allá en Washington,
Donald Trump contempla todo esto y se convence aún más de que somos una partida
de incompetentes y chanchulleros que no merecemos las generosas dádivas del
gobierno federal. Poco le importa que el
pueblo ha demostrado, una vez más, que no tolerará estos actos.
Ya
comenzaron las protestas, enteramente legítimas y los reclamos para que Wanda
renuncie, como renunció Ricky. Aquí es
donde tenemos que analizar cuál es el plan y no actuar con la misma
impulsividad e improvisación que le reprochamos al gobierno. Hay gente que reaccionó indignada a la
celebración de las fiestas de la Calle San Sebastián alegando que eso reflejaba
falta de solidaridad, olvidando que cientos de artesanos y pequeños negociantes
necesitan su sustento – el mismo que puede servir para apoyar a los residentes
del sur. Olvidan además que todo apunta a que los temblores van a
seguir ocurriendo, por lo que tenemos que adaptarnos todos a esta nueva
realidad. Las reacciones salieron sólo
del corazón, sin un proceso de análisis desapasionado.
De ese
mismo corazón legítimamente dolido, indignado, traicionado y engañado, sale el
nuevo reclamo de renuncia, esta vez a Wanda Vázquez. Tenemos que enmarcar esto en el contexto de
esta nueva realidad. Si bien es cierto
que ella ha demostrado incapacidad para manejar esta hecatombe sísmica/administrativa,
no es menos cierto que provocar su renuncia no va a lograr solucionar los
problemas que aparecen como los gremlins,
en medio del manejo de esta crisis humanitaria que se complica por la
incapacidad de atender el manejo de los fondos -recibidos y por recibir- para
justamente atenderla. Supongamos que en
efecto, Wanda renuncia. El secretario de
estado es Elmer Román, que era precisamente el jefe del encargado del Manejo de
Emergencias y aún no ha sido confirmado en el puesto. ¿Les recuerda algo? De no ser confirmado, el
orden dispuesto en nuestra Constitución dispone que quien pasaría a ocupar el
puesto será el secretario de Justicia. ¿Les
recuerda algo?
Y
mientras nos enfrascamos en esta lucha, Donald Trump se sienta con popcorn a
mirar cómo nos despedazamos nosotros mismos.
Que conste, que yo personalmente creo que Wanda, al igual que Pierluisi,
no era la persona indicada para asumir la gobernación que le cayó como
paracaídas y sus actos recientes lo acaban de confirmar para quienes tuvieran
dudas. Ahora bien, no es cuestión de sacar a esta gobernadora para poner a otra
persona que lo haga igual o hasta peor y mientras tanto, las gestiones
necesarias para asistir a los afectados por los terremotos se retrasan aún más.
No me
cabe duda que es imperativo protestar y dejarle saber a la gobernadora que
estamos vigilando cada paso que toma. Si
ella desiste de su aspiración como candidata, santo y bueno, pero renunciar del
todo no resuelve el problema; por el contrario, lo complica aún más. Con el mismo corazón inmenso que tenemos, sin
soltarlo, debemos asumir la conducta del jugador de ajedrez, que mide todos sus
actos, anticipando los del contrario. En
muchos casos, he sido acusada de ser indiferente, debido a que suelo mantenerme
ecuánime en medio de las crisis. No se
confundan. Como buena pisciana, tengo mi
personalidad un tanto dividida –late en mí un corazón apasionado, sensible y amoroso
y al mismo tiempo, poseo una mente analítica que mide sus pasos, anticipando
los de los que me rodean.
22 de
enero de 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario