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Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

viernes, 9 de agosto de 2019

¿CUÁNDO PASAMOS LA PÁGINA?











¿CUÁNDO PASAMOS LA PÁGINA?

Hace unos días una amiga me dijo que hacía tiempo que no escribía.  Esto del tiempo es relativo. Mi último escrito es de hace dos semanas –y al momento que ella me pregunta semana y media, lo cual es indicativo de que no hace tanto tiempo.  Lo que ocurre es que en estas dos semanas ha ocurrido el equivalente a años de historia. Ricardo Rosselló  anunció su renuncia el 24 de julio al filo de la medianoche. Más tarde, nombra a Pedro Pierluisi como Secretario de Estado y la Cámara de Representantes le dio su aval, tras un proceso complicado de juegos de pies. Pero si complicado fue esto, más complicado es que el 2 de agosto –es decir hace una semana, se hizo efectiva la renuncia de Ricardo Rosselló y Pedro Pierluisi, sin haber sido confirmado por el Senado, juramentó como gobernador, amparándose en una enmienda de 2005 a una ley que establecía el orden de sucesión en caso de renuncia u otras circunstancias en que el gobernador abandonara el cargo.

De inmediato se levantaron voces alegando que dicha enmienda era inconstitucional, porque nuestra Constitución requiere que el secretario de estado sea confirmado por ambas cámaras, cosa que no había ocurrido.  Pierluisi se aferró a la norma de que una ley es constitucional mientras un tribunal competente no declare lo contrario y se dedicó a reunirse con diversos sectores y tomarse fotos reunido con funcionarios, como diciendo: ya me senté y apelando a la necesidad de pasar la página.  De hecho, grabó un mensaje en esa dirección.  Fueron muchos los que se dejaron convencer por esa cara de hombre serio y respetable, clamando por la necesidad de una estabilidad. Mientras tanto, Thomas Rivera Schatz, presidente del Senado y figura dictatorial, controversial, cínica, prepotente, arrogante,  poderosísima –y no sigo, porque sería redundar- en el PNP, presentó una demanda que posteriormente fue elevada al Tribunal Supremo, solicitando entre otras, se declarase inconstitucional la ley en cuestión.

No hay que enredarse en “matar al mensajero”.  Pese a que para muchos –incluyéndome- Rivera Schatz es una figura detestable, en este caso actuó con toda razón.  Resulta abominable que una persona advenga al poder aprovechándose de un error en una ley que Pierluisi -como abogado que es- tenía que saber no podía prevalecer sobre la Constitución o al menos, había sobradas razones para pensar que podía ser invalidada.  Cierto es que mientras la ley no se impugne, es válida, pero ¿quién quiere exponerse a que el tenue agarre sobre la silla de gobernador se desvanezca de  un tirón?  Pues eso fue lo que pasó – el Tribunal Supremo, en una decisión histórica, unánime, declaró inconstitucional la ley.  Nuestra Constitución –esa que muchos desprecian, prevaleció.  Pierluisi tuvo que abandonar la preciada silla.

Una vez ordenada la salida de Pierluisi, el orden de sucesión dispone que no habiendo secretario de Estado, sea Wanda Vázquez, hasta hace dos días secretaria de Justicia, quien ocupe el cargo de gobernadora y como tal juramentó en la sede del Tribunal Supremo, ante su Jueza Presidenta, con todas las de la ley.  Y esto sigue…La batalla está en pleno apogeo, ya que Rivera Schatz y Wanda Vázquez se detestan.  En el caso del primero, no hace ni el esfuerzo de disimular.  Ya ha hecho exigencias de que Vázquez debe abandonar el puesto y cederle el paso a la Comisionada Residente Jennifer González.  Yo no soy fanática de Wanda Vázquez –creo que hay mucho que no ha quedado claro en su proceder con ciertas investigaciones –las hechas y las que no se hicieron.  Pero intentar imponer a una persona por sobre la decisión que es claramente de la gobernadora es cuando menos, una soberana falta de respeto.

La misma incomodidad que me causó que Pierluisi se sentara en la codiciada silla (no sé por qué – yo no quisiera ese tostón), me causa que un hombre machista y engreído –sí, redundo, pero es que este personaje tiene que ser denunciado de todas las maneras posibles- le falte el respeto al puesto de gobernador(a), pretendiendo usurpar la autoridad intrínseca de nombrar un secretario o secretaria de estado.  Esa facultad –le guste o no a Rivera Schatz, le corresponde a la gobernadora.  Al cuerpo que él dirige y a su homólogo, les corresponde confirmarlo.  Eso es lo que dispone la Constitución que él salió a defender.

Aquí no se trata de si Jennifer es mejor que Wanda –que no lo sé y si por mi fuera no escogía a ninguna- se trata de que las instituciones se respetan y hay que dejar a un lado, aunque sin perder de vista, el juego de las estrategias políticas, cosa que a Rivera Schatz se le hace bien difícil, porque hay que reconocer que es sagaz como pocos.  Este momento histórico que hemos tenido el privilegio de vivir, requiere que nos concentremos verdaderamente en el bienestar del país, no de la boca pa’ fuera. La exigencia va también para nosotros como pueblo, de que soltemos los amarres a ideas pre - concebidas.  No nos hemos tirado a la calle a protestar de todas las maneras posibles, para ahora exigir ciegamente la renuncia o permanencia de Wanda; de enfocarnos en las intrigas del odiado Tommy o de pasar resignadamente la página para sentir el consuelo pasajero de que volvemos a la aparente normalidad.

Nuevamente surgen las mismas voces de la necesidad de pasar la página.  No la podíamos pasar con Pierluisi y con Wanda se hace necesario  poner el marcador en el libro, para obtener más información; mirar objetivamente las alternativas, sabiendo que hay una urgencia por terminar este libro, pero no podemos hacerlo leyendo como el papagayo. Hay algunos que pretenden interpretar el libro a su conveniencia; otros pretenden ignorarlo. No hay vuelta atrás; nuestro mundo cambió en apenas tres semanas de protestas y tres gobernadores, dejando al descubierto sus protagonistas. Jamás será el mismo. Y yo me alegro.

9 de agosto de 2019

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