ESPARCIENDO AMOR
El martes
pasado decidí llevar un brazo gitano relleno de crema y fresas a mi encuentro semanal
del grupo de voluntarias de la Fundación Muñoz Marín, como celebración
anticipada del Día de San Valentín. Sí,
ya sé que el coro de cínicos dirá que esto es un pretexto capitalista para forzar
a los pobres incautos a gastar dinero, que el verdadero amor no necesita de
flores, chocolates, joyas para ser expresado y que incluso hay quien regala
para intentar aplacar su sentido de culpa.
Todo eso puede ser cierto, pero yo expreso el amor cuando, como y con
quien me da la gana, así que el Día de San Valentín es tan bueno como cualquier
otro. No tengo problemas para expresarlo
ese día, como de hecho lo hago aunque no haya una celebración especial.
La
celebración de San Valentín me ofrece el pretexto perfecto para embarcarme en
una de mis maneras favoritas de expresar amor: a través de la cocina. Cuando preparaba el brazo gitano pensaba en
que la acción de esparcir el relleno sobre el bizcocho era como esparcir
amor. A través de ese postre, con cada
fresa que piqué en trocitos y luego coloqué amorosamente sobre la crema batida,
estaba entregando pedacitos de mi amor, como suelo hacer con los platos que preparo.
He sido
afortunada en tener mujeres en mi vida -todas excepto una ya fallecidas- que me
han mostrado este camino de ofrendar amor a través de la cocina: mi mamá, mi
madrinita, Titi Leo, mi amiga Leila y mi amiga Elena, que ahora enfrenta retos
de salud que le impiden dedicarse a la cocina. A través de la preparación de
los alimentos pienso, de forma inconsciente, en las personas a quienes habré de
ofrecerlos. Es una manera de ofrendar
algo de mí, en cierto modo retribuyendo el amor que me han brindado.
Yo he
sido bendecida en esta vida con mucho amor, a pesar de que muchos ya no están
físicamente. En el caso de las parejas
que he tenido, aunque ya han dejado de serlo bendigo su presencia en mi vida,
porque cada uno aportó algo valioso.
Contrario a muchas mujeres, no conozco en carne propia el maltrato –siempre
tuve parejas que me demostraron afecto y respeto –unos más que otros. A pesar de que en este momento no tengo
pareja, sigo creyendo fielmente en el amor.
El amor proviene de diversas fuentes: familia, amigos, pareja, Dios, la
Patria. Dicen que uno brinda lo que tiene –pues yo brindo amor porque lo he
recibido.
El martes
esparcí amor sobre el interior del brazo gitano. Ayer entregué unas galletitas
en forma de corazón (no las hice yo) a una amiga y su mamá. Hoy llevaré chocolates hechos en Puerto Rico
a las empleadas de mi oftalmólogo que con tanto amor atienden a los
pacientes. Ya he enviado y recibido
varios mensajes de amistades. En la tarde comeré un asopaíto de camarones que me
brindaré a mi misma, independientemente de si aparece otro comensal.
Les deseo
que tengan un día repleto de amor hoy, mañana y siempre; que puedan ver todas
las bendiciones recibidas, independientemente de los momentos amargos que
tengan o hayan tenido. Ah, y si alguien
les prepara un plato exquisito, mejor todavía, pero si no, ofréscanse ustedes
mismos una exquisitez y ocúpense de seguir esparciendo amor, de la manera que
les brinde felicidad.
14 de
febrero de 2019
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