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Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

viernes, 4 de enero de 2019

CANGREJOS










CANGREJOS

Todavía estamos en Navidad y es un poco pesado hablar de los asuntos gubernamentales, pero lo cierto es que el tiempo sigue pasando y las barrabasadas se siguen acumulando.  Tal vez tenga que seguir escribiendo sobre estos temas, a riesgo de sonar cantaletera, pero mejor que me llamen cantaletera a que me llamen cómplice del silencio.

Mis nuevas molestias comenzaron con el anuncio de que la Oficina de la Procuradora de las Mujeres (OPM) había eliminado las multas impuestas a la Compañía de Turismo por los incidentes de hostigamiento sexual cometidos por su entonces director.  Luego de que la propia OPM investigara, se concluyó que en efecto, los actos ocurrieron. De hecho, las mujeres habían ido a quejarse a Fortaleza antes de que el director fuese confirmado.  Christian Sobrino,  quien creo presidía la junta a la cual el director ejecutivo de Turismo debía responder, escuchó de las quejas y las atribuyó a un problema laboral.  Aquí mucha gente sabía del asunto y no hicieron absolutamente nada.

La ley 17 de 1988 según enmendada que prohíbe el hostigamiento sexual le impone una responsabilidad absoluta a un patrono por los actos de sus supervisores, independientemente de si se conocía o no de los hechos.  Además, impone una obligación de divulgar la política pública contra el hostigamiento sexual y proveer un procedimiento adecuado y efectivo para atender las querellas que se presenten por este motivo, que no tienen que ser escritas.  Lo que ocurrió en Turismo violenta todos los principios en los que se fundamenta la ley.

Según un reportaje, la Procuradora de la OPM indicó que el protocolo de Turismo no se podía implantar porque no había una querella verbal o escrita. Helloooo, pues evidentemente el protocolo no era el mecanismo adecuado y efectivo que exige la ley.  Medio mundo sabía lo que estaba pasando, incluyendo al director de Recursos Humanos y no hicieron nada.  Podría entrar en más aspectos de esto, pero me parece que abordaré el tema en futuros escritos.

Otro ángulo que muestra cuán mal nos va son los incidentes que han surgido en la pasada semana en la Policía. Sabido es que la fuerza policiaca está desmoralizada.  Bueno, sabido por todo el país menos el comisionado Escalera y el mandamás de Pesquera.  Ha habido reportajes de cuarteles con un solo policía, que es algo parapelos para el policía y los ciudadanos que merecemos sentirnos seguros.  Pese a esto, el miércoles  salió a relucir que el representante Georgie Navarro –ese que ha protagonizado incidentes en que alega ser víctima de agresiones- había desmentido que tuviese escolta asignada.  El jueves “aclaró” que no se trata de escolta, sino que se le asignó un agente en destaque para hacer labores administrativas.  El detalle es que el agente pertenece nada más ni nada menos que al Cuerpo de Investigaciones Criminales.  Esta es la gente que investiga los crímenes.

El jueves de la semana pasada el Nuevo Día publicó un artículo donde indicaba que al 30 de noviembre del pasado año se habían esclarecido tan sólo el 23% de los asesinatos.  Quisiera que alguien me explicara cómo es que con una fuerza disminuida y la necesidad de personal especializado, se remueve a un agente que está en la unidad a cargo de investigaciones para que haga labor administrativa en la oficina de Georgie Navarro.  El senador Miguel Romero, anterior secretario del Trabajo aludió a que estos destaques son permisibles en ley para evitar tener que contratar personal adicional.

A ver, vamos a suponer que usted opera un restaurante gourmet y tiene dos chefs para servir una clientela que va en aumento y a duras penas puede cubrir la demanda.  Una cafetería con la que tiene negocios le solicita le transfiera uno de los chefs para preparar emparedados de jamón y queso, labor que pudiese hacer casi cualquiera y usted accede, porque la cafetería le va a pagar el salario al chef que usted ya no tendrá.  Tendrá que ver cómo se resuelve para atender su clientela. No parece lógico, ¿verdad?  Pues algo así es el negocio que el comisionado de la Policía autorizó, porque la ley lo permite, según explicó Romero, siempre que la rama que utiliza al empleado, en este caso la legislatura, cubra el salario.  Escalera dejó claro que las funciones no serían de escolta.  Ah, bueno, siendo así…

Me pregunto dónde es que esta gente deja enganchado el cerebro cuando entran en funciones.  A mí no me cabe en la cabeza que estas transacciones de personal beneficien al pueblo, pero para todos estos personajes es perfectamente admisible.  Del mismo modo se implantó aquélla infame Ley 7 bajo Fortuño, donde se establecía una fecha de corte y todo empleado que tuviese menos de los años requeridos en el empleo sería cesanteado.  Fui testigo de oficinas donde sólo quedó un supervisor, sin nadie a quien supervisar. Y después tenían la desfachatez de decir que los servicios no se afectarían.

El descontento en la uniformada es palpable.  Según informes, el 31 de diciembre, fecha en que se teme un alza en el uso de armas, hubo 1,000 policías ausentes. Lo que le puso la tapa al pomo, como diría mi Tía Laura, fue el incidente del policía que entró a una cooperativa federal y mantuvo de rehén a empleados y clientes, mediante amenaza a un empleado de mantenimiento.  El policía dijo que quería llevar un mensaje, aunque no dijo cuál era.  Pues yo creo que el mensaje está más que claro: la fuerza policial está enferma emocionalmente.  Y hay que entender el porqué está enferma.

Tienen los salarios más bajos, en unión a los maestros.  Arriesgan sus vidas todos los días con equipo y vehículos obsoletos.  Sufren una incertidumbre con respecto a sus beneficios de retiro, que pese a que fue su decisión no aceptar los beneficios del seguro social, no sabemos si se les orientó adecuadamente al momento de tomar la decisión.  Es muy fácil juzgar, con un sueldo adecuado, a aquél que se resiste a que le reduzcan aún más la paga quincenal que recibe, que es ya de por si poca. 

Encima de todo esto, la paga de horas extra demora en llegar y muchos de ellos tienen que vivir en cuarteles, lejos de su familia durante la semana, porque viven muy lejos del lugar donde están destacados.  Por si fuera poco, el jefe máximo, un individuo arrogante, prepotente, ha dicho que si él fuera policía, renunciaba.  Luego del incidente de la cooperativa, ha dicho, cuando se le dijo que los policías estaban cansados, que cansados estamos todos.  Así es bien fácil, con un salario de $248,000, guagua último modelo comprada con los fondos nada más ni nada menos que del Sistema de Emergencia, escolta y no tener que estar solo, de retén en un cuartel a las tantas de la madrugada, a la merced de individuos que le limpian el pico a cualquiera, sin contemplaciones.

Y ahí no queda esta saga digna de una novela de Luis Rafael Sánchez que podría llamarse La guaracha del más que mea Pesquera. Resulta que otra vez los fiscales del departamento de Justicia metieron la pata  en un faux pas apoteósico.  Durante la vista celebrada ayer contra el policía ahora delincuente, no se pudo encontrar causa porque la fiscalía no pudo establecer la identificación del individuo.  ¿En serio?  Un caso que mantuvo al país en vilo por varias horas, con un hombre que aunque evidentemente desquiciado, ha cometido un delito y la fiscalía no pudo establecer su identidad, cuando unas 50 personas lo vieron, aparte de los policías que lo esposaron finalmente.

El hecho de que la persona esté mal emocionalmente no quiere decir que está apto para ejercer funciones, como pretende uno de los líderes de las organizaciones policiales, quien solicitó que no fuera despedido.  El hecho de que tuviera razones para actuar de forma errática no excusa su comportamiento, que puso en riesgo su propia vida y la de otros ciudadanos.  Como dice una expresión en inglés, the writing is on the wall.  Sólo Pesquera y Escalera no la ven.  El gobernador tampoco ve que Pesquera debe salir del gobierno ya. 

El periódico da cuenta de que 1744 agentes fueron referidos a la División de Sicología y Trabajo Social de la Policía en el 2018 y se espera que este año sea una cantidad mayor. 1744 es un montón de gente y resulta inquietante que éstos puedan estar portando un arma.  Los policías no se merecen el trato que reciben de sus superiores y la ciudadanía no merece caer de rehén en esta pugna entre los policías y sus jefes.

Sigue pasando el tiempo y los problemas se siguen acumulando, agravados por el hecho de que la alta cúpula gubernamental demuestra la mayor incapacidad para atenderlos –no admiten la existencia de los problemas.  Y cada día, en lugar de mejorar, vamos pa’ tras como el cangrejo. Nos toca a nosotros, los que vemos estos problemas, exigir su solución.

4 de enero de 2019





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