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Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

miércoles, 26 de diciembre de 2018

LA NOSTALGIA NAVIDEÑA








LA NOSTALGIA NAVIDEÑA

Llevo días, por no decir que semanas, con un sentimiento indefinido, que entremezcla tristeza, desgano, desazón, acrecentado por eso que se ha denominado Christmas blues. No es nada extraño caer presa de estos sentimientos –es algo muy común.  En mi caso, pienso que se combina la incertidumbre personal con la colectiva -el país está en tremenda encrucijada y muchos ni cuenta se han dado.  El paso de los años ofrece la oportunidad de pasar revista sobre nuestras vidas e inevitablemente, se repasan las ausencias.  Me invade un sentimiento de culpa -que no ayuda en nada- cuando pienso en todas las bendiciones recibidas, que son muchas.

Para tratar de sacudir estos sentimientos, me embarqué en mis proyectos culinarios, algo que siempre ayuda.  Este año decidí hacer el coquito de chocolate en vez de la variante de café que por años estuve haciendo.  También hice una receta distinta de las bolitas de nueces, conocidas como snowball cookies.  Esta vez las hice de limón y almendras.  Creo quedaron muy dulces para mi paladar, pero han gustado.  Tal vez haga unos ajustes a la receta.  El majarete no sufrió alteraciones adicionales a las que ya había hecho con la receta de Giovanna Huyke.  Es un postre que me recuerda mucho a mi mamá y a Madrinita.  Creo que un medidor de cuán mal pueda estar en cuanto a mis Christmas Blues es ver que aún me impulso a hacer estas delicias.

Mi amiga Carmencita me envió un arreglo navideño que me hizo recordar a mi amiga Leila, quien solía enviarme arreglos para mi cumpleaños. El día de Nochebuena compartí con Flor Negroni y su familia, algo que me brinda ese calor de hogar que no depende de lazos de sangre. Me mantengo ligada a mi Buddy y sé que el afecto es indisoluble.  Hay sobrada evidencia de que no estoy sola y aún, me invade este sentimiento que no he podido sacudir.  Ojalá que este trío de manjares navideños, como los Tres Santos Reyes, logren despejar esta nube que se cierne sobre mi.  Y si a ustedes se les asoma la misma nube, espero que venga la brisa de la canción del ¡Fuá! y se la lleve.

Feliz rojiverde Navidad sin blues.

26 de diciembre de 2018

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