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Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

martes, 17 de abril de 2018

SE COLGÓ





SE COLGÓ

Creo que la secretaria del Departamento de Educación (DE), Julia Keleher, es una profesional altamente preparada.   Ella trabajó bajo contrato con el Departamento de Educación Federal y estuvo en Puerto Rico a cargo de evaluación de contratos, manejo de riesgos y aspectos organizacionales.  Aún pertenece a la facultad de Administración de Empresas de la Universidad George Washington, ofreciendo cursos sobre manejo de proyectos y diseño de estrategias para evaluar el aprovechamiento estudiantil. Según su perfil en Linkedin  posee un bachillerato en Ciencias Políticas de la Universidad de Pensilvania, una maestría en Administración de Empresas de la Universidad Strayer y un doctorado en Liderazgo en Educación de la Universidad de Delaware. Ha sido certificada por la Universidad de Stanford en decisiones estratégicas, toma de decisiones y manejo de riesgo, aspecto que choca con todo lo ocurrido recientemente.  En papel, como ocurre con tantos otros profesionales, ella es una maravilla.  Pero como dice una frase muy nuestra, no es lo mismo con guitarra que con violín.

Presumo que fue reclutada tomando en cuenta su impresionante resumé y tras escollos para poderla nombrar como secretaria del DE, trabaja bajo contrato con Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal (AAFAF), entidad con personalidad jurídica propia y que se crea en el 2017 como sucesora, aparentemente de una entidad creada como Junta en el 2015, con modificaciones en el 2016.  A mi modo de ver, ese es uno de los problemas – los enfoques de ambas agencias son distintos.  Me parece que la preparación de la doctora Keleher puede ser muy útil para la AAFAF, pero choca con el objetivo principal del DE, que es educar, no administrar fondos y diseñar estrategias financieras.  Para el DE esto último es accesorio, pero se ha convertido en lo principal.

Lo que le ocurre a la doctora Keleher le ocurre a muchos jefes de agencias con excelentes calificaciones académicas -se escocotan  en la parte administrativa.  Son como alguien que conocí que era un fenómeno diseñando proyecciones económicas impresionantes, pero tenía un problema serio para manejar sus finanzas personales. Todos los conocimientos y experiencia de la doctora Keleher se han estrellado contra una realidad que muchos no ven.

Esto quedó de manifiesto ayer, cuando la versión de la doctora Keleher fue confrontada con el hecho evidenciado mediante vídeo, de que la información que ella había recibido y defendió el pasado viernes en torno a una de las escuelas a ser cerradas, no era cierta.  Se había alegado que los salones eran muy pequeños y el parque de béisbol que debían usar los estudiantes de la escuela especializada estaba en malas condiciones.  El vídeo reflejó que se trata de una escuela nueva –de hace dos años y que el parque está en excelente estado.  Es evidente que alguien no le ofreció la información correcta a la secretaria.

Prácticamente todo el mundo está de acuerdo en que hay que cerrar algunas escuelas, pero hay explicaciones que no hacen sentido.  Cerrar escuelas en buen estado, con inversiones recientes, no hacen sentido desde el punto de vista económico, sin contar con el aspecto de cómo se van a afectar comunidades aisladas.  Suena descabellado ofrecer por $1.00 una escuela a una academia religiosa o a un contratista de servicios, mientras se le niega a la UPR.  Hay comunidades que han dedicado esfuerzos a mantener las escuelas en buen estado y sus estudiantes han demostrado excelente aprovechamiento académico.  Hace poco tiempo se le dio impulso al concepto Montessori y ahora resulta que 14 de las escuelas serán cerradas.  Aunque se dice que el concepto se trasladará a la escuela recipiente, el asunto no ha convencido a casi nadie.

Evidentemente, hay un problema de comunicación.  Tal vez la doctora Keleher deba repasar sus notas de los cursos que le ofrecieron  en la Universidad de Stanford  sobre toma de decisiones estratégicas.  Pero aún con ese repaso, hay unos aspectos que la universidad no enseña –se adquiere con el conocimiento de una cultura, de la idiosincrasia de un pueblo, de un cierto olfato para saber cuando un ayudante te está diciendo algo que no cuadra.  Y eso no tiene que ver con que ella sea estadounidense, tiene que ver con que se ha empeñado en creerle a las proyecciones que alguien le diseña; en querer atacuñar unas teorías económicas en un entorno que clama porque se le escuche y se tome en cuenta una necesidad que no aparece en los libros.  Resulta muy revelador que en un reportaje sobre la situación de varios pueblos de la montaña, alcaldes de ambos partidos señalan que el cierre de escuelas es un rudo golpe, más aún después del huracán.  El reportaje cita al subsecretario asociado de Educación, Eligio Hernández reconociendo que no tomaron en cuenta la secuela del huracán como una “variable”.  “Esos datos no los tenemos”.  Hace falta mucho más que excelentes credenciales académicas y experiencia para comandar una agencia tan compleja en estructura e idiosincrasia como el Departamento de Educación de Puerto Rico, combinado con el hecho de que la estructura gubernamental entera sufre de un desbarajuste monumental.  Esto no es Stanford, ni Washington, ni Pensilvania.  Somos chiquitos, pero como dicen –rendimos.

El sistema nuestro se tragó a la doctora Keleher.  Ha demostrado no tener lo que se requiere.  Con toda su impresionante preparación, le ocurre como a tantos excelentes estudiantes de derecho que obtienen buenas notas en los exámenes, pero se cuelgan en la reválida.  Yo he visto escritos de graduados de derecho, que no tienen ni pie ni cabeza.  Hacen todo un análisis, muy fundamentado, pero cuando llegan a la conclusión, esta parece contradecir todo lo que se ha dicho antes.  Puedo entender por qué esos estudiantes se cuelgan en la reválida, como puedo entender por qué la doctora Keleher se colgó como secretaria de Educación.

17 de abril de 2018

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