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Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

martes, 25 de abril de 2017

Salir o no salir



¿        ¿     ?     ¿
                  SALIR O NO SALIR, ESA ES LA PREGUNTA                                                              
               ?                               ?                     ¿
                                                                                                ¿   ?
Nosotros como pueblo nos encontramos inmersos en un gran laberinto.  Mi amiga Thalía publicó un calendario de mandalas y precisamente la pintura dedicada a este mes de abril es un laberinto.  Dice ella sobre el laberinto: “Al laberinto entramos buscando algo, huyendo de algún proceso que no queremos enfrentar o buscando solución a un conflicto presente.” Me parece más que apropiado para el momento que vivimos.

En este mes se recibió la famosa carta del Departamento de Justicia Federal que le exigió al Gobernador Rosselló enmendar la papeleta del plebiscito para entre otras cosas, que incluyera el actual status territorial.  La legislatura así procedió a hacerlo, llamando precisamente a la alternativa Actual Status Territorial.  Era previsible que así se incluyera y no por la designación jurídica del status que es Estado Libre Asociado.  Obviamente, la administración actual sabe que el ELA tiene arraigo en un sector sustancial del país por varias razones, sean éstas basadas o no en la realidad.

La gran mayoría de nosotros nacimos bajo el ELA. Eso quiere decir que es lo que conocemos; lo que nos resulta familiar.  El Partido Popular, creador de este status, es un partido de centro y agrupa personas de pensamientos diversos con respecto a cuál debe ser la relación con los Estados Unidos. Con el paso de los años, el sector estadista ha ido en aumento, mientras que han incrementado las luchas internas en el Partido Popular, agravadas por la decisión del Tribunal Supremo Federal el año pasado en el caso de Pueblo vs Sánchez Valle.  En dicha decisión, el Tribunal Supremo indica, de manera inequívoca, que aunque Puerto Rico tiene un status distintivo - en efecto excepcional, de gobierno propio con un grado de autonomía comparable a los estados, sus poderes emanan del conferido por el Congreso.  Dicho de manera simple, el que manda en última instancia es el Congreso.

El sector independentista siempre ha sostenido esto.  En el caso de los estadistas, no sé si lo tenían claro, pero a fin de cuentas lo que les interesa es convertirse en un estado, así que si el gobierno federal tuviese aún más poderes sobre nosotros, eso no les preocupa.  Pero a la mayoría de los que hemos estado ligados al ELA, esto nos deja en el medio del laberinto, sin mapa, sin brújula y sin gps. El asunto de tomar decisiones con respecto al futuro de nuestra relación con los Estados Unidos no aguanta más.  Estamos como las mujeres maltratadas, que se mantienen en una relación que les resulta indigna, porque no conocen otra cosa, porque no encuentran cómo salir.

El liderato del partido está dando vueltas, sin ofrecer una dirección.  Algunos, como Hernández Colón, están empecinados en querer hacer ver que el ELA como lo pensó Muñoz – un pacto indisoluble con gobierno propio existe, independientemente de que el caso Sánchez Valle, anula esa posibilidad y la Ley Promesa nos  está atragantando la realidad.  El presidente del partido, Héctor Ferrer ha hablado de que el PPD es un partido donde caben las distintas vertientes, pero los sucesos acaecidos durante la asamblea del pasado domingo parecen desmentir esa aseveración. Según el parte de prensa, varios asistentes, incluyendo al ex gobernador García Padilla, lucían un botón que leía Lealtad. Allí se acusó a Luis Raúl Torres y otros de ser desleales.  Carmen Yulín fue abucheada por algunos.  Tras las expresiones de Tatito Hernández, Manuel Natal y Luis Vega Ramos indicaron que no asistirían al caucus.

Hace unos días una amiga me hablaba de que no le gustaba Carmen Yulín porque criticaba públicamente al partido y “los trapitos sucios se lavan en casa”.   Cierto es que no es conveniente ventilar asuntos internos en público, pero hay veces que no queda de otra cuando se exponen los asuntos de la forma correcta y no ocurre nada.  El país se nos cae en cantos y unos cuantos se preocupan por las llamadas    “lealtades”. ¿Lealtad a quién?  La mayor lealtad se le debe al país.

El partido no celebraba reuniones en meses – era una de las críticas que se le hacía a García Padilla.  Tras las elecciones, se ha mostrado errático en trazar un rumbo.  La mayoría de la gente está, como diría un antiguo profesor, “más perdí’a que el hijo de Limbergh”. Los asuntos relacionados con el status no son sencillos.  La mayor parte de la gente no sabe las implicaciones que tienen la decisión de Sánchez Valle, la distinción entre independencia y libre asociación, el impacto de la Ley Promesa, lo que quiere decir la carta de Justicia Federal, lo que quiere decir la cláusula territorial.  Hay gente todavía empeñada en “quedarse como está”, como una señora que escribió al periódico diciendo que ella no le importaba que el ELA fuera un mero territorio.

Esto ocurre porque debajo de pretender que aquí no pasa nada, que nos vamos a quedar como estamos, lo que hay es un dolor inmenso, acompañado de miedo.  Es como si hubiéramos perdido un familiar, como si fuésemos una de esas mujeres engañadas o maltratadas que se aferran al matrimonio, aunque éste no sea lo que se supone que sea –el vínculo de dos personas que escogen amarse, respetarse y permanecer juntos por toda la vida.

Yo sé lo que es esa sensación porque aunque no fui engañada (hasta donde se) ni maltratada, mi matrimonio dejó de ser una relación de amor y estuve aferrada por varios años a la noción de lo que una vez fue y permanecí atada a lo que ya no era hasta que llegó el suceso que me impulsó a buscar mi felicidad.  El ELA no es lo que una vez fue o pensamos que era.  Tenemos que aceptar la realidad de forma madura y a aquéllos de nosotros que queremos mantener una relación digna con los Estados Unidos, mirar desapasionadamente las opciones.  Eso no se logra despreciando a los soberanistas que han tenido el valor de enfrentar una nueva realidad.  No se logra tampoco despreciando al ELA o a Muñoz, sino reconociendo lo positivo que aportaron a nuestras vidas y buscando cómo movernos adelante.

Quien critica desde adentro a un partido no le hace mal –solo busca mejorarlo.  El Dr. Martin Luther King fue duramente criticado por oponerse a la guerra de Vietnam, como si con sus acciones estuviese traicionando la patria.  Estados Unidos ha padecido de un anticomunismo crónico, que le impide ver cómo mejorar su propia situación de inequidad.  Decía el Dr. King en su discurso Beyond Vietnam:

No debemos involucrarnos en un anticomunismo negativo, sino más bien en un empuje positivo hacia la democracia, sabiendo que la mejor defensa contra el comunismo es tomar la ofensiva contra la injusticia. Debemos, mediante acciones positivas, remover las condiciones de pobreza, inseguridad e injusticia, que son terreno fértil en el que crece y se desarrolla el comunismo.

Parafraseando al Dr. King, el discurso del PPD no debe uno anti estadidad, sino uno de ofrecer alternativas a un pueblo que atesora, en su mayoría, lo que representó el PPD y la obra de Muñoz.  Mantener las luchas internas nos acerca más a precisamente eso que se pretende combatir. Y el tiempo apremia.  Decía también el Dr. King en ese discurso cuya lectura recomiendo:

Amigos, debemos enfrentarnos ahora al hecho de que mañana es hoy.  Nos confrontamos con la feroz urgencia del ahora.  En la intrincada situación de vida e historia que se desenvuelve, hay tal cosa como llegar muy tarde.  La  procrastinación es aún ladrona del tiempo. A menudo la vida nos deja parados, al descubierto, desnudos y abatidos frente a una oportunidad perdida.

Ante esta encrucijada, el Partido Popular tiene que tomar acciones valientes, no pusilánimes.  De ser necesario, ir a la ruptura que planteaba Willie Miranda Marín y para ello, como decía Doña Inés, ir sin miedo.  Hamlet, el atribulado personaje de Shakespeare se planteaba la pregunta –ser o no ser.  La pregunta para nosotros es salir de esta realidad que nos agobia, que ya no representa el verdadero espíritu bajo el que se fundó el Partido Popular o no salir y permitir que otros decidan por nosotros.  Como dice el texto que acompaña el mandala de abril de mi amiga Thalía, “Entrar al laberinto no es dañino, pero hay que saber cuándo salir y cómo salir.”  Pues ya sabemos que tenemos salir.  Definamos con valentía el cómo antes de que desaparezca lo que somos.


25 de abril de 2017

martes, 18 de abril de 2017

Cartas







A VECES LLEGAN CARTAS…

La semana pasada me encontraba en mi ejercicio usual de leer el periódico, cuando me topé con la alusión a una carta que me recordó la letra de una canción que interpretaba Raphael.  En alguna de sus líneas la canción dice lo siguiente:

A veces llegan cartas con sabor amargo, con sabor a lágrimas…
A veces llegan cartas que te hieren dentro, dentro de tu alma…

Pues la carta que provoca esta reflexión va más allá de herir –esta carta ofende; esta carta injuria; esta carta indigna.  Me refiero a la carta que escribió un funcionario interino del sub  secretario de Justicia Federal, dirigida al gobernador de Puerto Rico, en torno al plebiscito pautado para el próximo 11 de junio.  Llama la atención que sea un funcionario de menor jerarquía que incluso, está actuando interinamente.  Aunque la persona que actúa como interina tiene los mismos poderes que una en propiedad, el puesto no es ni siquiera del jefe de la agencia, sino del sub secretario.

Cierto es que probablemente tanto el secretario como el sub estaban en sus vacaciones de Pascua, a lo cual tienen derecho, pero trasluce la poca importancia que el Departamento de Justicia Federal brinda al tema del status de Puerto Rico.  En el texto de la carta se le informa al gobernador que Justicia Federal no puede aprobar las definiciones contenidas para las fórmulas incluidas en la papeleta que se propone para el plebiscito.

No me voy a referir a las objeciones en torno a la opción de la estadidad, porque para mí, la estadidad no es una opción.  Para aquéllos que sientan que están ligados a la nación americana en cultura, visión de mundo e idioma, es una opción tan digna como cualquier otra, pero yo no me siento ligada a esa cultura ni en visión, ni en idioma, ni en cultura.  Tan sólo tengo cierta afinidad con conceptos de justicia social y adopción de ciertas costumbres surgidas por el paso del tiempo.

Aunque esto ya era algo que se había objetado aquí, la carta expone que la definición de libre asociación es una variante de la independencia.  El PNP, muy convenientemente, había enjaretado el concepto de libre asociación con el de independencia, porque sabe que una parte sustancial de la población le tiene miedo a la independencia.

Ese miedo tiene su raíz en varios sucesos.  Primero, los ataques al congreso de EU por parte de nacionalistas.   Nuestro pueblo es uno que ha rechazado la violencia de forma consistente.  Segundo, la visión de que muchas repúblicas vecinas se inclinaron a un régimen que ha sido visto como dictatorial – entiéndase Cuba y más recientemente, Venezuela.  No estoy entrando en un análisis de si esto es correcto o no –se trata de la percepción. Por último, el liderato independentista ha padecido por años de una actitud prepotente, altanera – de mirar por encima del hombro a todo aquel que no tenga su misma visión y nos trata como si fuéramos seres con cerebro de mime, incapaces de ver la única verdad, que por supuesto, ellos son los únicos que ven.

En el caso del Estado Libre Asociado, opción que no se incluyó, la carta no lo nombra, sino que se refiere a éste como el “actual status territorial”.  Más adelante discute el concepto de libre asociación como algo que pudiera percibirse como un “Commonwealth” mejorado, aspecto que ha sido rechazado anteriormente por el gobierno federal como inconstitucional y señalan sería “misleading”  - es decir, que induce a error y es en realidad una independencia.

Finalmente incluyen un párrafo que alude a la confusión con respecto a la ciudadanía bajo la libre asociación versus la independencia e indica que bajo ambos se requeriría una evaluación de lo que representaría para la ciudadanía americana, sin hacer expresión de lo que implicaría, pero sin cerrar la puerta a la permanencia de la ciudadanía.  Nada, una soberana mogolla que parece dejarnos peor que cuando empezamos.

Mientras se analiza el contenido de la carta, el Partido Popular continúa en una carrera en círculos, que me recuerda a los tres chiflados.  Resulta vergonzoso ver un partido cuyo norte era la justicia social, reducido a un organismo enfrascado en luchas semánticas.  Es triste ver cómo sus líderes se mantienen aferrados a la noción de algo que una vez fue, pero que tras la decisión del caso Sánchez Valle ha quedado totalmente derrotado.  Más allá de los aspectos legales, el asunto se reduce a un apego a la ilusión de lo que por años conocimos, pero que pese a nuestro anhelo, ya no es.

Puedo hablar con conocimiento de causa, porque soy criatura del Estado Libre Asociado.  Crecí bajo la creencia de que Puerto Rico había logrado un pacto bilateral con los Estados Unidos; que había hombres de palabra, como Muñoz, como Kennedy; que Puerto Rico había alcanzado un nivel socio económico envidiable, gracias a la cooperación de EU.  Independientemente de los errores que pueda haber cometido Muñoz, es innegable que logró levantar el nivel de vida de un país sumido en la pobreza más abyecta.  Con los años, el Partido Popular se fue olvidando de atender aspectos que iban a la médula del asunto de la relación con EU y se limitaron a atender escaramuzas incidentales.

El asunto no aguanta más.  Es imperativo y urgente un análisis serio, sin gríngolas, de la necesidad de renegociar esta relación que ya resulta indigna, principalmente porque lo hemos permitido.  Resulta indigno estar esperando que alguien nos diga lo que tenemos que hacer.  Es hora de definir lo que queremos en verdad, no de forma demagógica.  Y la bola está en la cancha del Partido Popular, porque el PNP tiene muy claro que su norte es la estadidad. No se trata de lo que sea estratégicamente conveniente, sino de plantarnos firme para decir qué es lo que queremos.  No podemos convencer a otros, si nosotros mismos no nos hemos convencido.

La carta es dolorosa por muchas razones.  El periodista Benjamín Torres Gotay la ha descrito como la “carta maldita” y me parece muy atinado.  Tanto así, que al escribir este ensayo la computadora se congeló y se negaba a responder a mis comandos.  Pero busqué la manera de terminar mis pensamientos.  Somos mucho más que unas definiciones fría y acomodaticiamente redactadas.  Somos un pueblo luchador, compasivo, talentoso, con una herencia de hombres y mujeres que trazaron el camino que ahora ignoramos.  Es hora de escribir nuestra propia carta que nazca del corazón y con base en la razón, que pueda resonar con la última línea de la canción que interpretaba Raphael:

A veces llegan cartas que te dan la vida, que te dan la calma…

18 de abril de 2017




jueves, 6 de abril de 2017

MISS CHICHARRÓN







MISS CHICHARRÓN

Al igual que muchos, con frecuencia he afirmado que en ocasiones, la realidad es más increíble que la ficción.  El lunes me hallaba leyendo el periódico de forma algo apresurada, porque debía salir a una cita médica, cuando algo me llamó la atención.  Era parte una reseña de la competencia de trajes típicos como parte del concurso de Miss Puerto Rico Universe. Aparecían unas fotos de varias chicas luciendo sus trajes típicos y en el calce de la foto de Miss Bayamón aparecía lo siguiente: “Miss Bayamón lució un chicharrón volao como detalle”.  Sí, así como leen –un chicharrón volao.  En la foto se ve la chica con algo en la cabeza, que no sabía lo que era hasta que leí el calce –nada más ni nada menos que un pedazo de chicharrón volao.  Sé que resulta difícil de creer, pero la foto está ahí, en el periódico El Nuevo Día del lunes, a la página 45.

Quería leer el artículo para conocer más detalles, pero se me hacía tarde, así que lo dejé pendiente.  Hoy leí el artículo completo.  Dice la reportera, en torno a dos de los atuendos: “Hubo vestimentas alegóricas a las piraguas de Las Piedras y el chicharrón de Bayamón.  Esta última llevaba un pedazo de la fritura como adorno de cabeza”.  No me quedó claro si el pedazo de chicharrón era real o una representación en papel maché u otro material.  Se me quedó grabada la imagen de un pedazo de chicharrón volao enredado en el pelo y la pobre chica tratando de quitar el olor a chicharrón de su cabellera con medio frasco de champú con olor a lavanda luego de finalizada la competencia, tras la cual ella no aparece como finalista.

Me parece triste la vida de estas chicas que participan de estos concursos –tienen que ponerse lo que les digan, a la hora que se lo digan y pasearse frente a decenas de pares de ojos que las van a juzgar de forma inmisericorde.  Si yo fuese  Miss Bayamón me parecería espantoso desfilar con un pedazo de chicharrón volao en la cabeza, pero tal vez ella está encantada de la vida.  No sé cómo se sentirá al pasar los años y ver las fotos en que aparece con el  muy particular tocado.  Me imagino a conocidos preguntándole por el adorno que parece de lo más chic si no se sabe lo que es.  Tal vez ella respondería que representaba unos azulejos encontrados en un edificio histórico de Bayamón, o una particular hoja de origen francés.  Después de todo, caso cualquier cosa que proviene de París rezuma chic.

No sé cuantos sepan lo que es boudin noir – es francés y se pronuncia budán nuar.  Hay que colocar la boca de cierta manera y arrastrar la r final con ese acento tan hermoso que es el idioma galo.  Hasta un insulto suena bonito.  Lo mismo no ocurre con el alemán, que hasta un saludo suena como un regaño.  Pero bueno, retorno al boudin noir, que para que los que no sepan es nada más ni nada menos que morcilla.  Yo adoro la morcilla, pero creo que si compitiera en un concurso que requiriese desfilar con una morcilla en la cabeza, mejor renuncio.

Tengo claro que la idea de los trajes típicos es que representen la ciudad, en este caso, o el país, cuando se compite a nivel mundial.  Cierto es que el chicharrón es típico de Bayamón, como la quenepa de Ponce o el mangó de Mayagüez, pero lo cierto es que hay maneras artísticas de representar los árboles frutales.  Añadirle el toque artístico, con elegancia, a un pedazo de chicharrón está bieeeeeen difícil.  Es como hacer un tocado con un bacalaíto, un pincho o una alcapurria de  Piñones para la representante de  Loíza.  

Me intriga el destino del pedazo de chicharrón luego de finalizada la competencia.  Me pregunto si quedó abandonado en un rincón del local, tal vez luego se cubrió de hormigas, o un perro se lo llevó en la boca.   A la chica de Bayamón le deseo que no sea recordada como Miss Chicharrón, o quién sabe, tal vez ella respondería “a mucho orgullo”.


6 de abril de 2017