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Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

jueves, 24 de noviembre de 2022

GRACIAS - ¿POR QUÉ?

 


GRACIAS - ¿POR QUÉ?

Hoy se ha designado como el día para dar gracias.  Son muchos los que se resisten a que haya que tener un día para dar gracias, cuando es algo -como el amor- que debe expresarse todos los días. Sin lugar a dudas, no debe ser una expresión reservada para un día,  Lo cierto es que para much@s, dar gracias no viene fácil.  En Ucrania, por ejemplo, la gente vive aterrada por los bombardeos; much@s han perdido sus casas y quienes aún la tienen se enfrentan a un crudo invierno complicado por los apagones mandatorios para economizar combustible, que les deja por horas y tal vez días sin calefacción.  En Haití, la miseria que parece haberse instalado permanentemente ahora se complica por un estado que se ha tornado ingobernable y en cuyas calles regentean pandillas que aterrorizan a la población, que se ve obligada a montarse en frágiles embarcaciones que apenas pueden flotar.  Así han muerto much@s.

A través del mundo much@s se enfrentan a inundaciones, terremotos, conflictos bélicos.  A nivel individual, otr@s se enfrentan a crímenes de odio, discrimen, violencia familiar, pobreza extrema o enfermedades terminales. La lista de desgracias parece no tener fin.  Acá, más cerquita, lidiamos con la monumental ineficiencia gubernamental, el despilfarro de fondos, el descaro de LUMA, las secuelas de María, Fiona, los terremotos, la pandemia, el avance de los puntos de droga, la violencia en general y hacia la mujer en particular, la pobreza en muchas comunidades, la desesperanza, la falta de fe en las instituciones, la corrupción que cada día nos sorprende, pero no, no nos sorprende y eso es lo más triste. Y surge la pregunta: ¿gracias por qué?

En medio de todo esto, está un día como hoy.  En Puerto Rico, por la relación colonial con los Estados Unidos en muchos hogares se celebra esta tradición que no es nuestra, pero que  much@s la hemos adoptado.  Hay quienes celebran con jamón, con pernil, con una transformación del pavo en lo que hemos denominado pavochón –es decir, pavo con sabor a lechón.  Much@s se preguntan por qué celebrar algo que no es parte de nuestra tradición.  Pues por lo mismo que celebramos el día de las madres, de los padres y tantos otros –porque escogimos adoptar la celebración, transformarla y hacerla nuestra.  Al fin y al cabo, hemos adoptado otros ritmos musicales –de Cuba, de la República Dominicana, de América Latina, de Estados Unidos y los hemos hecho nuestros, añadiendo nuestro sazón.  Basta revisar el repertorio de Chucho Avellanet, Olga Tañon, Gilberto Santa Rosa, Haciendo Punto en Otro Son y aunque no me guste –Bad Bunny- para constatar esta realidad.

Yo voy a celebrar el día con una pechuga de pavo que sólo comeré yo, porque el otro comensal detesta el pavo y además siente el deber de rebelarse ante lo que considera una traición a nuestra identidad.  Lo que sobre lo usaré luego para hacer unas empanadillas que me quedan exquisitas. Acompañaré la pechuga con arroz con vegetales y un relleno a base de pan de maíz, salchicha italiana, vegetales y sazones variados, que es una receta nueva de Chef Grego, un chef puertorriqueño que vive en la Florida con su esposa e hijas y tiene una página en Facebook llamada Sabor with Love.  Este hombre ejemplifica lo que es nuestra esencia –utiliza sus conocimientos y técnicas culinarias, añadiendo el toque Boricua.  De postre, flancocho de calabaza –receta de Chef Grego también- que espero me haya quedado bien luego del revolú que quedó en mi cocina ayer después que lo preparé.

Celebro con pavo, acompañado de relleno transformado, porque –en primer lugar- yo celebro como me dé la gana.  En segundo lugar, porque después de todo, he integrado en mis platos influencias de muchas culturas – americana, china, española, italiana, filipina, francesa, mexicana y eso no me hace menos puertorriqueña. Y por si acaso, soy fanática de la yuca, el panapén, el arroz con gandules, las morcillas, lechón –cuerito incluido y tantas otras exquisiteces de nuestra cocina puertorriqueña, que dicho sea de paso, tiene gran influencia del colonizador anterior –España.

Y a la pregunta de por qué darían gracias en los países en guerra o en extrema pobreza, diría que en algún momento darán gracias porque llevan varios días sin bombardeos, o porque los vecinos los socorrieron, o porque tuvieron una comida caliente, o porque vieron un amanecer espectacular, o porque se mantienen unidos como familia.  Nunca olvido la alegría simple de familias pobres en Haití, vistiendo sus mejores galas camino a misa para presentar como ofrenda racimos de guineos ante el altar y la ternura de un padre haciéndole sus moñitos atados con cintas blancas a su pequeña hija.  Otr@s darán gracias en algún momento porque sus heridas están sanando, o  porque tienen un amigo o amiga a quien contarle sus penas.

En Puerto Rico, con todo lo que hemos sufrido en estos últimos años, damos gracias por un clima en general benévolo, por los atardeceres espectaculares del oeste, por la belleza de nuestras playas, por el talento de nuestros artistas, por la solidaridad de nuestra gente, por la creatividad que se manifiesta en tantos aspectos de nuestras vidas, por la música que nos acompaña, por la bendición de un plato de comida que se brinda con amor, acompañado de una rajita de aguacate, por la capacidad de sobreponernos a las desgracias y sacarle punta a las situaciones más adversas.

¿Y yo, por qué doy gracias?  Doy gracias todos los días y lo anoto en una libreta de agradecimientos que ayer mostraba el pensamiento que incluyo al final de este escrito. Algun@s conocid@s les apena que estoy “solita”, pero yo estoy acostumbrada a esa soledad, aunque no niego que me gustaría tener un compañero.  Como digo, yo misma me canto y me lloro.  Doy gracias porque me gozo en preparar alimentos, para mí solita o para compartir.  Doy gracias infinitas a Dios, como dice la canción, “por haber nacido en esta tierra tan hermosa, en esta tierra donde mis ojos vieron la luz por vez primera”.  Doy gracias por los padres que tuve, por la familia que aún tengo y la que físicamente perdí.  Doy gracias por l@s amig@s que son fuente de tantas alegrías y apoyo en las tristezas.  Doy gracias por los dones que Dios me ha dado para compartir mis ideas y mis platos. Doy gracias por mis cinco sentidos.  Doy gracias por el privilegio de vivir en esta Patria que tanto me ha dado y por la capacidad de quererla en sus penas y en sus alegrías.

24 de noviembre de 2022



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