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Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

sábado, 19 de septiembre de 2020

Luz

 





LUZ INTERMITENTE

Un día como hoy hace tres años, terminaba los preparativos en mi apartamento para refugiarme en la casa de mi prima Socorrito ante el paso del huracán María.  Estaba extenuada de tanto reforzar puertas y ventanas en un ejercicio que parecía fútil ante el poderío que se anunciaba tenía este huracán.  Tenía mucho miedo, porque durante el huracán George permanecí sola en el apartamento y contemplé horrorizada cómo las puertas corredizas de cristal, a pesar de las tormenteras, se inflaron como un globo con los vientos y todavía me pregunto cómo resistieron.  No me quería quedar aquí a probar mi suerte. Terminé los preparativos y me fui, rogando a Dios que cuidara mi espacio.

Esa noche comenzó la lluvia y algo de viento. Nos retiramos a dormir y de madrugada arreciaron los vientos.  Mis recuerdos son como retazos de imágenes y de sentimientos – miedo, ansiedad, preocupación. Y ni se diga el angustioso trayecto de regreso a casa el día después del huracán, cuando pude ver los destrozos en el camino.  Mi mente imaginaba mi apartamento con puertas y ventanas derribadas, lo cual afortunadamente sólo fueron imágenes producto de la ansiedad.  Tristemente, no todo el mundo corrió la misma suerte.

Recuerdo los relatos en la radio, de gente llamando desesperada preguntando por el paradero de sus familiares o solicitando ayuda.  Yo estaba a salvo –tenía techo, comida y agua almacenada.  El agua tardó dos semanas y media; a luz 41 días en retornar, que es muchísimo menos que los meses que tuvieron que esperar miles de puertorriqueños.  Y poco a poco fuimos descubriendo el horror que dejó María con su furia y el que develó por la incompetencia e insensibilidad del gobierno, empecinado en negar lo que era evidente: había miles de personas que fallecieron a causa de la falta de acción gubernamental.  Hubo gente que hasta tuvo que dejar a sus muertos en un auto o vivir con el horror de saber que estaban sepultados en el interior de una vivienda, cubiertos por un alud de lodo.

María nos dio lecciones a todos –lo malo es que unos pocos que estaban en el poder no fueron capaces de aprender.  Todavía hoy hay gente que vive bajo los toldos azules que tardaron semanas o meses en llegar.  El sistema eléctrico que se anunció como robusto y listo para afrontar esta nueva temporada de huracanes es un chiste de mal gusto. Yo sufro las intermitencias del sistema dos o tres veces a la semana.  Justo el miércoles, cuando llegué a casa con mis tripas clamando por alimento y comencé a preparar el almuerzo, puf! se fue la luz.  Tras esperar unos minutos, recurrí a mi estufita de gas de una hornilla, que es ridículo, porque se supone que es para emergencias.  No puedo imaginarme las peripecias que tienen que hacer los padres que ahora hacen las veces de maestros y acceder al internet, con este servicio intermitente en los lugares que puede haberlo, porque hay otros que ni rastro.

Mi estado de ánimo está tan intermitente como el servicio de energía eléctrica –por momentos me siento esperanzada en que habremos de salir adelante y que la mayoría se ha dado cuenta de todos los engaños y cuentos fatulos; por otros todavía veo gente justificando lo injustificable y tengo que echar mano de ese tenue hilito de esperanza al que me he aferrado tantas veces, sin soltar la voluntad de hacer mi parte para lograr salir de este marasmo.

19 de septiembre de 2020

 

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