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Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

viernes, 12 de enero de 2018

VERGÜENZA AJENA





VERGÜENZA AJENA

Ya estamos bastante acostumbrados a los comentarios destemplados del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.  Mucho se ha hablado sobre su personalidad, que refleja a alguien que proyecta arrogancia, prepotencia y desdén hacia los menos poderosos o simplemente aquéllos que le lleven la contraria.  Eso le ha hecho acusar a la prensa de incurrir en la difusión de noticias falsas (fake news) cuando las noticias le son desfavorables.  Cuando alguien prominente le hace una crítica, intenta devaluarla, como quiso hacer con la actriz Merryl Streep, a quien tildó de actriz sobrevalorada (overrated).  No creo que haya productor en Hollywood que no busque financiamiento para una película con esta actriz cuya mera mención asegura que decenas de miles acudirán a disfrutar de su arte.

Su lenguaje corporal proyecta una persona que se siente dueño del espacio y todo lo que lo ocupa, tratando a los demás con desprecio o condescendencia.  Hasta su esposa queda atrás, sin que el parezca apreciar su presencia.  Cuando habla no mide sus palabras, porque siente que como presidente de una de las naciones más poderosas tiene el derecho de decir lo que le venga en gana.  Sus comentarios y actitudes han ofendido a mujeres, a periodistas, a líderes de otras naciones y a gente común.  El incidente del papel toalla y sus comentarios insensibles en Puerto Rico a raíz del paso del huracán María dejó un sinsabor de tal magnitud que todavía me siento incómoda cuando veo un rollo de papel toalla.

Ayer, sin embargo, botó la bola.  En medio de una reunión con líderes legislativos para discutir asuntos relacionados con una reforma migratoria, expresó su descontento con la presencia de personas provenientes de países que son un “agujero de mie..” (s..thole countries) como África y Haití y su deseo de que hubiese más inmigrantes de países como Noruega.  Si estas expresiones hubiesen sido hechas por un alto ejecutivo de una compañía norteamericana o un atleta u otro famoso que representara a la compañía en anuncios publicitarios, ya lo habrían despedido fulminantemente.  Que las expresiones hayan sido dichas por el máximo representante de cualquier nación constituye una vergüenza cósmica.

Es difícil creer que haya una persona con tan poca conciencia del decoro; de lo que significa ser un jefe de estado.  Me imagino al presidente de Francia o la primer ministro de Inglaterra, ambos personas respetuosas del protocolo y ya hastiados de las actuaciones vergonzosas del presidente Trump, reaccionar con total asombro de que el norteamericano haya descendido al nivel del agujero al que aludió.  Me imagino a los empleados de la Casa Blanca, que no encontrarían dónde meter la cara después de escuchar los desafortunados comentarios. 

No se trata sólo del desprecio a la miseria en que vive la mayoría la población de los países que Trump denigra; se trata además de que la gran mayoría de sus habitantes son de la raza negra  y la gran mayoría de los habitantes de Noruega son blancos, blanquísimos.  Me imagino a los especialistas en comunicaciones en Casa Blanca tratando de ver cómo manejar esto que como decimos vulgarmente para referirnos a lo que no hay por dónde agarrar  -utilizando la imagen escatológica que Trump evoca- es un gigantesco “palo cag..”.

Hoy estuve en mi clase de yoga, conducida por mi amado maestro y padre espiritual Yakeen.  El énfasis fue en el amor, que es lo único que debe prevalecer.  No me siento tan iluminada como para envolver a Trump en pensamientos de amor.  Me resulta altamente irónico que el lunes se conmemora el natalicio de un norteamericano de verdadera estatura moral, quien habría encontrado las palabras apropiadas para enfrentar a este hombre que es como una pesadilla, un gran error, una mácula en la historia que habrá de escribirse sobre la época que la nación americana enfrenta y de la cual, queramos o no somos ciudadanos.  El hombre que sabría tener las palabras apropiadas que yo no encuentro dijo una vez: Love is the only force capable of transforming an enemy into a friend.  Ese hombre fue Martin Luther King y hoy, a casi 50 años de su muerte, hace tanta falta como en la época que le tocó vivir. 

12 de enero de 2018


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