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Este blog tiene el propósito de compartir mis ideas que estoy segura son las de muchos. Escribo sobre lo que me enternece, lo que me intriga, lo que me indigna o lo que me divierte. No me impongo fechas límite -escribo cuando quiero. El lector también puede elegir -hay relatos mas extensos, otros mas cortos. Entre cuando quiera. Vivo orgullosa de quien soy, de donde vengo y hacia donde voy, aunque no sepa como llegar... La imagen que lo acompaña es El Laberinto, de la serie Mandalas de Procesos, de Thalía Cuadrado, psicóloga clínica y artista, que me honra con su amistad. Me pareció apropiado para acompañar este blog sin dirección, porque son muchas las veces que me he sentido en un laberinto. Afortunadamente, siempre salgo…

domingo, 12 de noviembre de 2017




¿DE QUÉ ESTAMOS HECHOS?

La canción El wanabí, del grupo Fiel a la Vega tiene un estribillo pegajoso que reza “ dame un momento pa’ probar de qué estoy hecho…” y lo tengo enredado en la mente hoy. El vocablo inventado alude a la persona que aspira a ser – en inglés want to be ; en el argot wanna be y de ahí el wanabí.  Ese wanabí quiere ser alguien; aspira a más de lo que conforma su presente y a veces, como dice la canción, echa todo hacia un lado, el familiar y la amistad, cambiando el suelo de tantos años por un estudio que paga mas.

En estos momentos miles de puertorriqueños estamos en una encrucijada que nos marca.  Algunos hace tiempo que sienten que la isla les queda chiquita –que sus sueños necesitan mayor espacio para que su talento alce vuelo.  De eso dan fe los Ricky Martin, los Lin Manuel Miranda, los Yadier Molina y Carlos Correa, como en un momento lo fueron Antonio Paoli, los hermanos Figueroa y nuestro inolvidable Roberto Clemente.  Es algo casi innato querer aspirar a ser lo mejor que podamos ser.  En el caso de los que menciono han alcanzado fama internacional, pero nunca olvidaron sus raíces y continuaron - a veces al regreso, a veces desde la distancia-  aportando sus energías para el beneficio del resto de la población.

Tras el paso del Huracán María muchos han tenido grandes retos de salud y de vivienda que les obliga a abandonar el país en busca de mejores condiciones de vida.  Otros no han podido continuar operando sus pequeños negocios que eran el sustento de sus familias y de dos o tres empleados. La situación les ha forzado a tomar una decisión que tal vez bajo otras circunstancias no habrían tomado.  Por otro lado, hay muchos que no han sufrido grandes pérdidas, pero su vida se les ha hecho algo incómoda, aunque tienen la facilidad de tener un generador eléctrico y cisterna.  Les incomoda, como nos incomoda a todos, que hay más tapones, más filas y menos opciones en los comercios.  Sin embargo, su nivel de tolerancia es muy bajo para estas incomodidades.  En lugar de agradecer todo lo que tienen, se lamentan de lo que carecen.

Hay otro grupo de puertorriqueños que salen del país desesperados, sin un plan de vida y deslumbrados por unas ofertas de asilo temporal en casa de amistades o familia.  No conocen el idioma, no tienen reservas de dinero y se lanzan en una huída desesperada, sin saber que del otro lado pueden terminar peor de lo que estaban, al dejar todo lo conocido –la red de apoyo de la familia y amigos, por perseguir ese sueño de una “vida mejor”.  ¿Qué es una “vida mejor”?  Como todo, eso es relativo.  Lo que sí es una realidad es que ninguna vida puede ser mejor cuando se reniega de quien se es.  No importa a dónde vayamos, ni si lo admitimos o no, siempre seremos puertorriqueños.  En este momento, demostramos de qué estamos hechos cuando decidimos si incluimos o no el bien colectivo en el propio; cuando miramos o no la desgracia ajena y hacemos algo para aliviarla; cuando apoyamos a los que están dando el todo por el todo para recuperar el país, o nos limitamos a criticar con saña a los que señalan los errores cometidos.

Es el momento de probar que estamos hechos de una raigambre que luchó en otros momentos contra la miseria; que se irguió apoyándose los unos en los otros.  No se trata de si te quedas o te vas; se trata de si buscas tu bienestar –aquí o allá- sin olvidar tu familia y amigos, o si te vas a la huída,  sin mirar atrás. No le fallemos a los que nos precedieron –que se sepa que somos hijos orgullosos de esta noble tierra que ahora necesita nuestra ayuda. 

12 de noviembre de 2017



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